Enfermedades y terremotos en la Granada del siglo XVIII
Metadata
Show full item recordAuthor
Ibarburu Antón, JulenEditorial
Universidad de Granada
Materia
Terremotos Enfermedades Siglo XVIII Granada Earthquakes Diseases 18th century
Date
2022-12-31Referencia bibliográfica
Ibarburu Antón, J. (2022). Enfermedades y terremotos en la Granada del siglo XVIII. Dynamis, 42(2), 525–549. [https://doi.org/10.30827/dynamis.v42i2.27720]
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Proyecto de investigación I+D “Relatos, discursos y gestión de la memoria y el pasado de agentes e intermediarios en la Monarquía Hispánica (siglos XVI-XVII)”, con referencia PID2019-109489GB-I00Abstract
El terremoto de Lisboa de 1755 generó una considerable destrucción
en numerosas villas y ciudades de la Península Ibérica. La sociedad se vio conmocionada por
el desastre; era necesario comprender el fenómeno para intentar evitar, en la medida de lo
posible, futuras destrucciones y actuar con agilidad para promover una pronta recuperación.
En este sentido, vinculado con el debate sobre la formación de la Tierra tal y como se conocía
en el momento, se desarrollaron numerosas teorías sobre la causa del fenómeno. Desde las
posiciones religiosas se conminaba al arrepentimiento, mientras que una protociencia geológica
defendía el origen natural del terremoto y, por ende, concluía que era difícil de evitar. No
obstante, pese a las disensiones en la comprensión de los seísmos se daba un cierto consenso
sobre sus efectos. La destrucción física era más que evidente, pero estos daños urbanísticos
parecían estar acompañados por numerosas enfermedades surgidas a raíz del terremoto y
documentadas por los diversos poderes locales. Parto así de la obra del cirujano de Uxíjar,
Joseph Aparicio Morata, para analizar las diversas formas en las que la medicina del siglo XVIII
comprendió los daños que estos fenómenos generaban sobre la naturaleza humana. El miedo
desatado por el desastre podía alterar de tal forma las sustancias humanas que entre sus
resultas los abortos, melancolías y delirios eran de esperar. Cuando la tierra se abría surgían
de ella numerosos gases tóxicos que, una vez en la superficie, se disipaban e infectaban a las
comunidades vecinas. Los efluvios liberados conectaban a su vez con fenómenos astrológicos
por su carácter aéreo, así los cometas poseían una poderosa vinculación con los terremotos y
sus efectos, hasta el punto de ir parejos. El estudio de la dimensión infecciosa de los terremotos
revela una cara muy poco conocida de estos desastres que tantas penurias han causado
a lo largo de la Historia.