Nicola Fumo (1649-1725) e la sua bottega. La scultura in legno barocca nel circuito del Mediterraneo
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Merola, GiuseppinaEditorial
Universidad de Granada
Departamento
Universidad de Granada. Programa de Doctorado en Historia y Artes; Dottorato di Ricerca in Metodi e Metodologie della Ricerca Archeologica e Storico-Artistica e Storia e Arte. Università degli Studi di SalernoMateria
Fumo, Nicola, 1649-1725 Escultura barroca
Fecha
2023Fecha lectura
2020-07-27Referencia bibliográfica
Merola, Giuseppina. Nicola Fumo (1649-1725) e la sua bottega. La scultura in legno barocca nel circuito del Mediterraneo. Granada: Universidad de Granada, 2020. [https://hdl.handle.net/10481/78904]
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Tesis Univ. Granada.Resumen
La investigación pretende centrar la atención sobre el fenómeno de la circulación de la
escultura de madera barroca en el circuito Mediterráneo, a partir de la ciudad de Nápoles que,
durante el siglo XVII, era un lugar de encuentro para artistas, así como un centro de producción
y suministro de la mayoría de las obras destinadas no solo a la demanda de clérigos y
aristócratas locales, sino también de la clientela extranjera. El interés de estos aficionados,
dirigido a productos de diferente naturaleza, consagró aquellos aspectos aparentemente más
artesanales y menores de la actividad de taller, reconociendo la posición privilegiada de la
estatuaria policromada. Esta situación condujo a la afirmación progresiva de especialistas en el
sector, que no eran ajenos a las orientaciones estilísticas de los escultores y pintores de mármol
contemporáneos, sino que por el contrario estaban involucrados en el clima cultural del siglo.
Estudios recientes han ofrecido en particular la oportunidad de considerar las crecientes
relaciones de intercambio entre Italia y España, donde el floreciente mercado de la “hechura de
Nápoles” se afirmó con una demanda dirigida a los principales maestros del sur de Italia, hasta
el punto que la ciudad se convirtió en uno de los principales epicentros de la oferta artística.
Prueba de ello es el encargo a Cosimo Fanzago del virrey Don Manuel de Zúñiga y Fonseca,
VI Conde de Monterrey, del rico altar mayor decorado para la iglesia de las Agustinas Recoletas
de Salamanca, o las preciosas figuras de plata que representan las Cuatro partes del Mundo que
hizo Vaccaro por orden de Francisco de Benavides, IX Conde de Santisteban, para el soberano
Carlos II, que hoy forman parte del Tesoro de la Catedral de Toledo. Además, en 1692 el pintor
Luca Giordano se trasladó a la corte española, trabajando para las residencias reales como el
Escorial, el Buen Retiro, el Alcázar, Aranjuez y para varias iglesias y capillas nobles.
No es sorprendente, por tanto, que este gusto también se dirigiera a las esculturas de madera
pintadas. El caso más importante es sin duda el de Cristo caído con la Cruz a cuestas de Nicola
Fumo, del cual el historiógrafo napolitano De Dominici plasmó vívidos recuerdos gracias sobre
todo a la circulación de un grabado en cobre realizado antes de la salida de la obra para España.
La figura completó el aparato decorativo de la capilla del Santo Cristo de la Redención en San
Ginés junto con el Cristo atado a la columna de Giacomo Colombo y un Ecce Homo, donados
en 1699 por el II Marqués de Mejorada y de la Breña a la congregación allí establecida. Esta
concentración de obras en una iglesia del centro de Madrid, aunque no faltaron los escultores
asentados en la capital, es una señal evidente del crédito que han disfrutado estos maestros en
la península. Il lavoro di ricerca è stato elaborato con l’intento di portare l’attenzione sul fenomeno della
circolazione della scultura in legno barocca nel circuito del Mediterraneo, a partire dal contesto
della capitale Vicereale che fece da scenario ai crescenti rapporti di interscambio con la Spagna.
L’analisi ha preso in considerazione le relazioni di bottega sorte tra fine Sei e inizio Settecento
a Napoli, nel cui ambito si svilupparono le carriere dei singoli artefici.
Il caso studio selezionato è stato quello dello scultore Nicola Fumo, il quale più di altri con la
sua opera condizionò gli scultori lignei del Sud Italia e il mercato artistico napoletano.
L’obiettivo principale era definire il profilo biografico dell’artista, chiarendo i termini della
presunta formazione nella bottega di Cosimo Fanzago e incrementando le conoscenze in merito
all’ampia produzione o alle collaborazioni con differenti maestranze specializzate, come
Lorenzo Vaccaro, Luca Giordano e Francesco Solimena.
L’interesse per il maestro era inoltre rivolto a determinare il ruolo dei suoi più stretti
collaboratori precisando l’inserimento degli allievi nell’ambiente produttivo, oltre al loro
comune contributo nell’intensificarsi dei legami con la committenza vicereale allo scopo di
ricostruire il quadro operativo e stilistico della sua bottega.