Los enebrales de la alta montaña de Sierra Nevada: conservación y restauración
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URI: http://hdl.handle.net/10481/73929Metadatos
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Zamora Rodríguez, Regino Jesús; Barea Azcón, José Miguel; Pérez Luque, Antonio Jesús; García García, Daniel; Aspízua, Rut; Cano Manuel, Francisco JavierEditorial
Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Universidad de Granada
Materia
Enebrales Sierra Nevada
Fecha
2022Referencia bibliográfica
Zamora, R.; Barea-Azcón, J.M.; Pérez-Luque, A.J.; García, D.; Aspízua, R. y Cano-Manuel, F.J. (2022). Los
enebrales de la alta montaña de Sierra Nevada: conservación y restauración. Consejería de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible (Junta de Andalucía)-Universidad de Granada. 89 pp.
Patrocinador
Proyecto LIFE ADAPTAMED (LIFE14 CCA/ES000612), acción E1.Resumen
El enebral y la comunidad vegetal acompañante es uno de los ecosistemas más singulares de
Sierra Nevada. Estos ecosistemas aparecen a lo largo de casi 35.000 hectáreas distribuidas entre
los 1.800 y los 2.800 m. de altitud, formando una orla que transcurre desde el límite del arbo lado hasta donde comienzan los singulares roquedos y pastizales característicos del criorome diterráneo. En su conjunto, a esta formación se le conoce como matorrales de alta montaña y
está incluido en el anexo I de la Directiva Hábitat con el nombre de ‘Formaciones Montanas de
Cytisus purgans’ (Hábitat 5120).
El enebro (Juniperus communis L.) es una de las especies más características de estos ambien tes y en consecuencia una de las que mayor contribución presenta a la hora de mantener las
funciones esenciales de los matorrales de alta montaña de Sierra Nevada. Estos enebrales se
encuentran justo al límite de su área de distribución y, en consecuencia, se trata de poblaciones
considerablemente sensibles a multitud de perturbaciones. Entre estas perturbaciones destaca
el cambio climático, el cual implica que cada vez sea más frecuente la presencia de periodos
secos en los cuales la capacidad de regeneración del enebro se ve muy mermada, prácticamen te paralizada. Igualmente, entre estos factores destaca la reducción de poblaciones de aves que
contribuyen a dispersar sus semillas, como es el mirlo capiblanco, una especie de túrdido (mir los y zorzales) que no se reproduce en Sierra Nevada pero que cada otoño aparece en grandes
bandos para consumir y dispersar las semillas de esta planta.