El nuevo azul. Actualizaciones de los hábitats ante la transformación de las dinámicas del agua
Metadatos
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Jiménez López, DiegoEditorial
Universidad de Granada
Director
Valero Ramos, ElisaDepartamento
Universidad de Granada. Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica y en la IngenieríaMateria
Arquitectura Agua Ingeniería Hidrología Hidrología urbana Arqueología del paisaje
Materia UDC
72 6201
Fecha
2016Fecha lectura
2016-01-12Referencia bibliográfica
Jiménez López, D. El nuevo azul. Actualizaciones de los hábitats ante la transformación de las dinámicas del agua. Granada: Universidad de Granada, 2016. [http://hdl.handle.net/10481/42432]
Patrocinador
Tesis Univ. Granada. Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica y en la IngenieríaResumen
El hombre ha buscado siempre una relación con la naturaleza de explotación de sus recursos
para la propia supervivencia de la especie, civilización tras civilización ha desarrollado un diálogo
natural que ha construido a través de estos acuerdos nuestros actuales paisajes. Esta necesidad ha
desarrollado hábitats que a la vez proteja a la especie humana del mundo natural, haciendo referencia
a los fenómenos del mundo físico y a la vida en general. Nuestros hábitats, salvo situaciones
excepcionales, se han acomodado a estos fenómenos naturales, generando entornos acondicionados
y lugares más estables para la humanidad.
El hombre ha desarrollado tecnologías que ha permitido explotar con mayor celeridad los recursos
naturales y en consecuencia ha provocado cambios en el medio ambiente. La deforestación y la
ganadería como causas preindustriales junto a la contaminación atmosférica con la llegada de la
revolución industrial, son causas que han provocado cambios anormales en el medio natural, y especialmente
en la climatología de numerosas regiones del mundo, con la existencia de alarmantes
variaciones en los indicadores regulares del clima mundial, provocando un calentamiento global
del planeta, y en consecuencia, alterando rápidamente la fenomenología climática, pronosticando
consecuencias directas y simples que alterarán la geomorfología de nuestros hábitats, entre ellas el
aumento del nivel del mar, que amenazará con inundar muchas ciudades costeras; prolongadas
sequías y olas de calor, provocando escasez de agua; la destrucción de ecosistemas; tormentas,
huracanes y monzones más severos; y emigración descontrolada.
Los cambios en las dinámicas del agua son las más urgentes como agentes transformadoras de
nuestros hábitats, se hace necesario definir nuevos acuerdos de relación formal entre el agua y el
territorio habitado. El colapso de las infraestructuras de contención en los bordes costeros, las
inundaciones de los territorios ganados al mar, en los cauces ocupados de los ríos, en los barrancos
y ramblas plagadas de edificaciones, son testigos que demandan alternativas acerca del devenir
de estos entornos habitados, ante las previsiones que apuntan al empeoramiento de la situación actual. Esta aparición descontrolada del agua convive paradójicamente con la escasez del agua
de consumo, unida al uso abusivo de la población que también demanda alternativas para una
adecuada gestión.
Un nuevo horizonte azul, busca esta nueva relación de los hábitats con la naturaleza desde las
nuevas dinámicas del ciclo del agua. Muchas de las ciudades que están sufriendo las consecuencias
se están replanteando si los avances tecnológicos, en el campo de la ingeniería, el urbanismo o la
arquitectura, pueden seguir imponiéndose a la lógica geomorfológica en la ocupación del territorio
y en consecuencia cómo deben evolucionar las respuestas formales en el proyecto del hábitat.
La relevancia de estos nuevos mecanismos de diálogo con la naturaleza supone un paso más en la
construcción del paisaje y de la ciudad para la actualización de nuestros hábitats, para reestablecer
una convivencia equilibrada con la fenomenología del agua, acercando la disciplina arquitectónica
a nuevas materias externas hasta ahora poco utilizadas, como la geología e hidrología. Repensar los
hábitats como una oportunidad de reordenación del territorio y excusar la construcción de nuevas
infraestructuras de protección y control para propiciar un diálogo físico de continuidad con la
ciudad. Generar un nuevo compromiso con el paisaje y que lo construya con sus propias leyes
naturales, sin imponer la ingeniería sobre ella, incorporando dispositivos propios de la geología y
la hidrología para la construcción de estos nuevos paisajes. Y ¿por qué no?, volver a recuperar el
diálogo perdido de respeto y no imposición con la Tierra, que nos aproximen al concepto de este
nuevo estado Azul.