Gazeta de Antropología
Nº 26 /1 · 2010 · Artículo 11 · http://hdl.handle.net/10481/6791
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Emergencia civil y economía del refugio en los campamentos de refugiados saharauis de Argelia
Civil emergency shelter and economy in Saharawi refugee camps in Algeria

David de Juan Canales
Investigador predoctoral, Departamento de Antropología Social. Universidad Autónoma de Madrid.
david_dejuan@hotmail.com



RESUMEN
Este artículo de investigación es fruto del trabajo de campo realizado en el año 2006 en los campamentos de Refugiados Saharauis en Argelia. En él se muestra como la sociedad civil emergente de los campamentos ha mantenido en el desierto argelino unos valores y costumbres que al mismo tiempo han sufrido transformaciones con motivo de las nuevas condiciones políticas, sociales y económicas. Desde el período del "alto el fuego" en 1991 pero, sobre todo desde el año 2003, se ha evidenciado lo que denominamos "economía del refugio". En el texto se definen sus variables y como condiciona los hábitos y el modo y la calidad de vida de los saharauis. Creo y espero que este artículo será de interés para organizaciones políticas y las ONG que están trabajando en este campo. El punto de vista antropológico ofrece nuevas perspectivas y pone un especial cuidado para con lo que la gente hace y dice.

ABSTRACT
This research is based on fieldwork carried out in the camps for Saharawi refugees in Algeria. The article shows how the emerging civil society in the camps has maintained certain values and customs in the Algerian desert, while at the same time they have undergone transformations arising from new social and political conditions. In the period following the ceasefire in 1991, and especially since "refugee economy" has emerged. This article defines that economy, and analyses its effect on the habits, lifestyle, and quality of life of the Saharawi. The article is of interest for political organizations and development NGOs working in this field. The anthropological approach taken in this research pays particular attention to, and offers new perspectives on, the refugee's experiences and views.

PALABRAS CLAVE | KEYWORDS
saharauis | economía del refugio | sociedad civil | Saharawi | refugee economy | civil society

Estrategias de transformación social en el proceso revolucionario hacia un modelo nacional y la emergencia de una nueva sociedad civil

Como en cualquier otra sociedad, en la saharaui se están produciendo transformaciones de tipo estructural y funcional que tienen su explicación fundamentalmente en procesos históricos, políticos, económicos y culturales. En este artículo atenderemos a los aspectos económicos de los campamentos de refugiados, derivados del conflicto internacional, y sus consecuencias en las prácticas socioculturales, aproximándonos al mismo tiempo a su cotidianeidad y a sus discursos, desde los cuales construimos este trabajo.

Estas transformaciones son manifestaciones de la voluntad colectiva e individual, que a su vez se originan desde intereses y estrategias sociales, familiares, personales, políticas, económicas, etc. que generan prácticas y visiones que redefinen la misma realidad dinámica que se resiste. Esta realidad se enmarca además dentro de un contexto cultural globalizado que invierte en nuevas tecnologías (TV, radio, Internet) que conectan a los pueblos y que actúan como ventanas hacia el exterior, y de una economía de mercado. En los campamentos la cooperación es la principal vía de entrada de estos elementos.

La estructura tribal saharaui se ha ido transformando gracias al proyecto político democratizador de la RASD y a la voluntad del pueblo. Individuo y sociedad pasan a ser valorados como dos modos de pensar la realidad, de manera que lo tribal permanece pero a la vez se transforma y se adapta a los nuevos tiempos que requieren ir configurando un Estado nacional. La RASD existe, se ha estructurado en estos 32 años y funciona como un Estado. Existe además una actitud crítica constructiva que se manifiesta en los Congresos Nacionales desde sectores más o menos críticos que reclaman un mayor fortalecimiento de la conciencia nacional y una menor dependencia del exterior. Para ello, es necesario que se les dote de los recursos y la capacidad de construir y recuperar su propia identidad y especificidad, tanto a nivel cultural como económico.

A su vez, se incorporan discursos y prácticas más progresistas y enriquecedoras en cuestiones de género y etnicidad que nos permiten establecer un diálogo con el pasado y con las generaciones. La pluralidad étnica, su historia, orígenes, cultura, idiosincrasia, hacen que las transformaciones sociales sean complejas, como en toda sociedad, y que podamos explicar de forma lógica y natural procesos culturales. Debemos comprender la historia del pueblo saharaui y evitar discursos demagógicos como se han oído respecto a temas como la mujer, las tribus, etc. y reconocer que en sólo 32 años han conseguido lo que el resto aún no ha conseguido o les ha costado más..

La nueva sociedad civil que emerge gracias a la voluntad nacional ha generado lo que denominaremos Economía del refugio, caracterizada por su dependencia de la cooperación y la necesidad de establecer vínculos comerciales y políticos con el exterior. La población, en constante tensión y alerta por su situación política, tiene en el comercio otra vía de ingresos y de alimentos, una cura contra el desánimo, la impotencia y el aburrimiento. .

Quien soporta todas estas transformaciones, además del individuo, de la sociedad, de los distintos colectivos, es la principal estructura social, la familia. Los acontecimientos influyen en el modo de vida de las familias, en el modo en que producen y se reproducen, y en sus prácticas y normas sociales. La familia saharaui es una unidad extensa va desde lo más cotidiano y sentimental hasta los territorios ocupados o países que acogen a los emigrantes saharauis. Lo tribal permanece como elemento de conexión y sistema de referencia heredado que aún hoy cumple funciones de solidaridad social. Pero como dijimos anteriormente, el Estado emerge y transforma ciertas estructuras y funciones a un marco más igualitario y dentro de los derechos humanos. La familia y no la tribu, son ahora el eje transmisor valores sociales individuales y colectivos. Desde este concepto se inicia una etapa en las transformaciones sociales saharauis, principalmente en lo referente al comercio y al trabajo, fuente de recursos para la subsistencia, que quiere alejarse de actitudes pasivas como la de mero receptor de la ayuda humanitaria.

Emerge una nueva sociedad civil que para mantener o adaptar sus hábitos culturales necesita de nuevas estrategias y vías de introducción y transferencia de dinero. La familia se convierte en el eje de la actividad comercial, que tiene como función cubrir sus necesidades, y que sustituye a la tribu como elemento unificador por encima del cual está el Estado. El objetivo principal de las familias es la búsqueda de nuevas alternativas de negocio y comercio, aunque sus esfuerzos se centran sobre todo en que algún miembro de la familia emigre a otro país y consiga trabajo.

Sin embargo, a pesar de esta nueva dinamización de los campamentos, el refugio no garantiza la vida y la dignidad de las personas, como tampoco puede garantizar el ejercicio de una democracia plena, puesto que no existen los medios necesarios, y porque la necesidad siempre se impone como límite para la libertad.

Todos estos inconvenientes han sido utilizados por algunos grupos para acusar a la RASD, y más concretamente al Frente Polisario, con el fin de anular o deteriorar su imagen, de no responder a las necesidades de su pueblo. Ante estas críticas es necesaria la unidad social y la imagen compartida del Sahara Occidental que ya nació de la voluntad cuando se definieron como pueblo.

A pesar de no tener las condiciones propicias, en la RASD, la pluralidad de opiniones convive con la unidad del ser saharaui. Mientras, el debate cotidiano y político que existe en los campamentos, propio de todo sistema democrático es necesario para el buen funcionamiento de cualquier Estado. El Polisario (1) es consciente de que los cargos, estructuras y funciones, necesitan de renovación para favorecer la madurez del sistema. La cuestión es cómo hacerlo sin que surjan conflictos que desestabilicen una situación tan delicada como el refugio. La política del Frente Polisario en la educación de los jóvenes, gracias a los países amigos, garantiza su formación académica y la capacidad de enfrentarse a estas dificultades, y constituyen una prueba más de que el Sahara Occidental, a pesar de las circunstancias, es un país inmerso en un proceso democrático contemporáneo que promociona leyes y principios de igualdad y libertad social.

Finalmente, la estructura político-social que ha asumido la RASD, tiene influencia extranjera, pero puede imaginarse siendo complementada recuperando estructuras, relaciones o modelos útiles tribales a nivel estructural-funcional, como las Asambleas, que darían una continuidad histórica a su identidad y que podría ofrecer un modelo más completo de Estado. La identidad saharaui se ha enriquecido gracias al contacto con otros pueblos, pero también podemos decir que Trab el Bidán para el saharaui se ha extendido al resto del mundo, y que las fronteras sólo son los límites de la modernidad. A pesar del refugio y de la diáspora, tanto su gente como el conflicto tienen una proyección internacional que les redefine. Éste segundo éxodo , el de la diáspora, está motivado principalmente por razones económicas, pero se conserva en el subconsciente colectivo el hecho de ser saharaui y de una causa común.


La economía familiar

La institución saharaui del matrimonio se está transformando en estos últimos años por la influencia de la cultura y medios de comunicación extranjeros (nasrani). Ello ha dado lugar a nuevas necesidades, a nuevos discursos e imágenes, nuevas influencias culturales que son adoptadas o rechazadas y que provocan reacciones en la vida cotidiana de los campamentos.

El comercio, principalmente de tipo textil, productos de cosmética y droguería, alimenticio y de piezas de electrónica y de mecánica, funciona como transporte de costumbres y objetos, de realidades, que adquieren nuevos significados. Pero también establece relaciones de interés mercantil donde surge el intercambio de conocimientos que a su vez provoca una serie de reacciones.

En este sentido ha venido actuando de manera convergente la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria, pues ha permitido el flujo de personas, ideas y bienes, conectando de manera estrecha los campamentos con el mundo que le rodea. Estas realidades se han difundido rápidamente en los campamentos, lo que ha producido transformaciones visibles en la vida cotidiana, la cultura, y el conjunto de normas que la regulan, especialmente sobre los jóvenes.

El matrimonio ha ido transformando algunas características debido a la influencia de una economía del refugio y de una juventud sin futuro profesional. Tradicionalmente entendido como un símbolo de cambio hacia la madurez y una muestra del estatus social de las familias de los novios, ahora, estos requisitos requieren cada vez una mayor inversión monetaria en banquetes y regalos, como garantía e indicador de la capacidad del hombre saharaui para cubrir las necesidades de la mujer en el futuro en el aspecto material. La permanencia de esta situación de refugio ha hecho que la inversión sea creciente en muebles, viviendas (construidas con materiales más duraderos y más caros), y equipamiento en general para el desarrollo de la vida cotidiana..

Para conseguir el monto de una dote para casarse, para mantener hijos y familia, es necesario tener acceso al dinero y a bienes manufacturados. A partir de 1994, las fuentes de entrada de dinero se han ido incrementando y la gente se ha visto obligada a inventar nuevas fuentes de ingreso. La creciente circulación de dinero se ha visto reflejada principalmente en los costes de la boda y en el valor de la dote, que se elevan hasta por encima de los 3.000 € por pareja, llegando hasta los 5.000 y 6.000 €, asombrosa cifra para un campamento de refugiados.

La reproducción social de las familias saharauis de los campamentos en los últimos años está crecientemente ligada al uso del dinero. A diferencia de los años de guerra donde el Estado proveía todos los niveles de consumo, ahora es parcialmente en el mercado, donde las familias saharauis satisfacen sus necesidades o expectativas de consumo. Sin embargo, las familias parten de una condición de desigualdad en este acceso al consumo en base a sus recursos monetarios y relacionales, como iremos viendo, y como consecuencia de la situación geográfica de las wilayas con respecto a Tinduf, que les acerca a una mayor variedad de productos y mejores precios.

Esta situación incontrolable de las vías de acceso a los recursos está generando un proceso de desigualdad social entre las familias que el Estado no puede resolver porque no posee un sistema redistributivo. El Estado ingresa muy poco dinero por actividades mercantiles (comercios, matriculación de coches, o aduanas) (2).

Sin embargo, gracias al dinero y las mercancías, las familias crean nuevas estrategias de producción y reproducción, nuevas actividades y nuevos usos del dinero. El hombre se apropia de las parcelas públicas, como son la política y los negocios, las mujeres quedan relegadas a lo privado y les cuesta más acceder a las instituciones y a trabajos fuera de casa, ya que tiene la presión de que su roll social ha sido siempre el cuidado de la familia y el hogar.

El modo en que se accede a los recursos condiciona el modo de vida, por ello detallamos a continuación las vías de transferencia e introducción del dinero que permiten a las familias elegir entre iniciar un negocio, apoyar los estudios de un hijo, incentivar la emigración de algún miembro, o bien otros tipos de inversión cuyo principal obstáculo es el elevado capital inicial requerido.


Vías de transferencia e introducción de dinero (Fuente: Elaboración propia, 2006):

- A través del Programa de Vacaciones en Paz (3):

· Por parte de las familias españolas que visitan los campamentos (en Navidad y Semana Santa principalmente) que mandan dinero a través de los niños, o dan dinero a los familiares saharauis que visitan España. Si los niños han estado en varias familias las vías de ingreso se multiplican. También si una familia saharaui tiene varios hijos fuera se multiplican estas posibilidades. Pero hay niños que no salen de los campamentos o que van a campamentos colectivos, y por lo tanto las familias no obtienen ingresos. Finalmente, este programa tiene la edad límite de los 14 años, y a partir de esa edad se quedan en los campamentos, con lo que desaparece esta vía de ingresos. La única posibilidad a partir de aquí es salir mediante becas de estudio o intentar emigrar.

· Las donaciones son a menudo materiales: coches, móviles, dinero, etc., y muchas de ellas se pueden revender o utilizar en los campamentos para crear un negocio propio.

- A través de la cooperación: Hay saharauis que colaboran con las instituciones y que pueden beneficiarse de alguna partida presupuestaria. Aunque principalmente los beneficios corresponden a un mejor acceso a mercancías. Sin embargo, el trabajo con los cooperantes no es el más rentable a nivel económico, se trabaja intensamente y se cobra muy poco, aunque sus gastos de manutención son nulos. Las relaciones personales y los favores futuros que pueden surgir, en cuanto a pasaportes, invitaciones a un país, etc., son muy valiosos.

- La emigración supone por un lado el ingreso de remesas de dinero que vienen de mano en mano o a través de los bancos por parte de las familias saharauis. El desierto está vivo y conecta grupos culturales y países como Mauritania, Argelia, España, Marruecos, Mali y los campamentos, lo que favorece una gran actividad económica. Los bancos son muy utilizados por quienes pueden traspasar las fronteras y se dedican por ejemplo al negocio de vehículos. Los emigrantes tienen una posición privilegiada respecto a quienes no salen de los campamentos dado que tienen más alternativas y oportunidades para conseguir dinero, aunque se añade la dificultad de tener que luchar por la supervivencia en un lugar desconocido. Lo poco o mucho que ganen irá para los campamentos y para invertir en España, en Mauritania o Argelia. Cuanta más familia tengas en el extranjero más ingresos hay en los campamentos. Los jóvenes que han podido estudiar en el extranjero, los que han conseguido beca, o los que han podido irse mediante alguna invitación, intentan encontrar un trabajo y regularizar su situación para poder enviar dinero.

- El comercio de productos y manufacturas en forma de venta o trueque de excedentes de alimentos que una familia considera sacrificables para cambiar por otros productos que se necesiten más. Comercio legal con Mauritania, España y Argelia. Comercio ilegal de tabaco, gasolina, meteoritos (4) (Europa y Estados Unidos), etc.

- Leve movimiento de dinero de cooperantes, familias extranjeras y saharauis que visitan los campamentos.

- Pensiones de jubilación que cobran aquellos que han demostrado trabajar para España. Actualmente algunos saharauis están tramitando el reconocimiento de este derecho.

Incentivos de la RASD por servicios prestados.

- Finalmente, y como resultado indirecto de todas estas actividades, tenemos las relaciones personales y los favores burocráticos en los países receptores, cuyo valor es inestimable, como por ejemplo en certificados y procesos de regularización, búsqueda de trabajo, envío de mercancías y dinero.

Sin embargo, las nuevas actividades que se realizan en los campamentos no tienen un gran futuro a largo plazo para el sostenimiento de un modelo de desarrollo social en el que los jóvenes se profesionalicen, y no huyan al extranjero en busca de dinero, trabajo y profesionalización. En los campamentos la materia prima no existe, el cupo de trabajadores de un sector se coparía rápidamente, y los trabajos profesionales y el comercio darían pocos beneficios. Debemos imaginar nuevas alternativas y promocionar trabajos que tengan apoyo financiero desde el exterior como sería la informática, que necesitaría tan sólo del material y de personal cualificado para hacer productos que sirvan en cualquier lugar del mundo. Ello requiere también las condiciones laborales y legales necesarias para que en un campamento de refugiados se puedan desarrollar estos trabajos.

Mientras tanto, la subsistencia cotidiana de los campamentos se reduce a la ayuda humanitaria, a un pequeño rebaño de cinco o seis cabras, y a alguna actividad comercial y laboral. Quienes pueden desplazarse y tienen jaima y ganado, prefieren estar en el bedia (5) (el campo), nomadeando, descansando y comiendo sano, gracias principalmente a los pozos de agua o los años de lluvia como fue el 2006. Desde el bedia se envía a la familia o se venden productos: carne, leche, piel y grasa del camello, plantas medicinales, etc. en los campamentos. Aún se practican rutas camellares en el Trab el Bidán. Hay ganaderos que pueden ganar mucho dinero con la compra-venta de ganado: un camello puede costar unos 800 € ( un producto valorado como alimento que también forma parte de las celebraciones en bodas, etc.). Cuando escasea el ganado se trae en camiones desde Mali. Las celebraciones y el bedia suponen un aporte extra para la alimentación en calidad y en cantidad.

Durante el viaje a la zona liberada en 2006 observamos como el desierto ha estado siempre lleno de vida, caracterizada por la austeridad, que se refleja en lo material e inmaterial de los pueblos que lo habitan y que le otorga un valor específico sobre sus derechos culturales. Aunque el suelo es rico en minerales, la falta de agua no permite una mejor explotación. Este inconveniente ha hecho históricamente de esta zona, el Bidán, un lugar de nomadeo, generando una cultura material austera y una cultura de transmisión oral y de fácil transporte, además de una ganadería a pequeña escala y una estructura social tribal que mantiene al grupo fuertemente unido. Una de las vías de explotación y foco de yacimiento de empleo sería la recuperación y fortalecimiento de las tradiciones saharauis, principalmente la ganadería, que recuperaría el arte de la matanza y de cómo cortar la piel para ser utilizada posteriormente mediante el adecuado tratamiento del cuero. Respecto al cuidado y alimentación del ganado nos permite recuperar las rutas del bedia, mejorar la alimentación humana y promocionar el mantenimiento de los recursos por los propios saharauis. En la elaboración de manufacturas se recuperarían y se incluirían nuevas técnicas e ideas para su comercialización. Finalmente se potenciaría un sistema agrícola en ciertas zonas que abrirían la oferta de trabajo en una actividad tradicionalmente dependiente de las lluvias y poco tenida en cuenta.

Actualmente sigue existiendo el nomadeo, cerca de los uadis (ríos temporales de alimentación pluvial). En estos parajes, nómadas y saharauis de los campamentos reponen su salud al alimentarse de una fauna y vegetación escasa pero saludable, ya que los animales toman hierbas y agua de mejor calidad. El número de jaimas agrupadas en el bedia depende de la familia que allí se encuentre, a la que se añaden en ocasiones amigos y conocidos que podemos decir que han cambiado el concepto de frig en un conjunto de relaciones nuevas. Se diseminan por todo el desierto en época de lluvia, y en algunos lugares con pozos y vegetación casi anual se han originado asentamientos más o menos estables, con poca población, donde poder comerciar (Bir Tigisit, Bir Lehlu, "El Hoyito"), y que se utilizan principalmente como escala técnica desde Tinduf (300/400 km). En estos sitios se puede comprar comida y líquidos, manufacturas, combustibles, que provienen de los comerciantes que pasan hacia Mauritania, Argelia, Mali, Senegal, Marruecos. Son lugares donde el valor económico de las mercancías puede ser superior al de los campamentos cuando hay menor demanda, o inferior cuando hay que consumir la mercancía.

La revolución ha modificado las relaciones entre los saharauis, y su idiosincrasia tribal de antaño se borra a medida que aparecen generaciones más jóvenes con nuevos idearios igualitarios nacidos de la revolución. Las Jaimas que vemos en el bedia están hechas de trozos de tela, o cosidas a los guetón que les dio la cooperación. La decoración y los utensilios que podemos encontrar son tanto actuales como tradicionales (aún se siguen haciendo) y principalmente llegan desde Mauritania: el minyil (cuchillo curvo para esquilar la lana de la oveja, aunque su verdadero uso es para segar el trigo), el tadit ( jarra para ordeñar la leche), el mehraz (recipiente para moler y secar la carne), el emzezza (cuchillo largo para despellejar y cortar el pelo), el shukua (recipiente para almacenar la leche o el agua: cuando tiene pelo por fuera se moja y permite conservarlo frío).

Tanto en el bedia como en los campamentos nos encontramos bombonas de gas, placas solares, etc. y aparatos modernos que han cambiado el modo de vida tradicional. Sólo algunos saharauis que siguen siendo nómadas viven como antiguamente. Este es el caso de algunos pastores de cabras, quienes comienzan a cuidar del ganado desde la pubertad. El pastoreo esarha, empieza a las 5 de la mañana con la ayuda del perro. Sobre las 7 de la mañana el pastor separa a las crías de la madre para ordeñarla, y después se le devuelven para que sigan alimentándose. Sobre las 10 de la mañana se regresa a la jaima. El rebaño, de entre 40 y 70 cabezas, siempre duerme cerca de la tienda y del fuego. El territorio que abarcan depende de las lluvias, de donde haya más hierba y agua. Existe un conocimiento compartido de los pastores, que se comunican para ayudarse. Actualmente, los pastores de cabras son gente mayor, los hijos se dedican al ganado camellar, más rentable, o a otros negocios que veremos a continuación. Antiguamente una caravana iba a la ciudad una vez al año para vender cabras y comprar comida y ropa, iba el hombre de la familia y volvía al mes o mes y medio. El contacto colonial con España cambió totalmente el modo de vida beduino.


El valor de la cultura

La poesía saharaui representa el sentimiento y las vivencias en la transformación de conceptos como tierra, individuo, y colectivo, en definitiva, de la identidad saharaui. La emigración, la diáspora y el éxodo, el medio ecológico, las costumbres, la economía y, en definitiva, su modo de vida, se muestran a través de la poesía del combate, del sentimiento y del conflicto.

Tierra de las colinas está escrito por Emhammed uld Tolba, clásico poeta y gramático saharaui que en este poema ensalza la zona del Tiris y expresa su añoranza. Traicionero es el tiempo está escrito por Mohamed El Mustafa uld Mohamed Salem uld Mohamed Lemin uld Abdelahi (Badi), poeta saharaui vivo nacido en 1936. Procedente de una familia beduina, en 1979 se trasladó a los campamentos de refugiados saharauis. Ha participado en numerosos eventos culturales. Miembros de su familia son poetas de renombre como Djil uld Sidi Baba y Benyug uld Abdalahi. Para Badi, "la poesía es como un huerto en el que siembras y cosechas, pero antes de cosechar hay que cuidar el huerto, trabajar la tierra, protegerlo del viento y eliminar malas hierba. Para ser poeta hay que nacer, pero además cultivarse. Conocer y saber tratar todos los géneros". Badi da importancia a la crítica poética: "hay poetas que tienen mucha prisa, publican su poesía antes de exponerla a la crítica. Yo, someto mi poesía al análisis y a la crítica, así saldrá una buena poesía. No puede haber un poeta que sea el mejor de todos y el mejor para siempre, hay, eso sí, buenos momentos poéticos. El crítico es el médico de la poesía, conviene consultarlo antes de publicar". En este poema describe una región que fue abandonada por los saharauis a causa de la guerra, donde pasó su infancia, y que al volverla a ver encontró triste y diferente. La geografía es determinante en la vida de los pueblos y modifica sus hábitos, en este caso, de manera traumática. El reflejo que queda en la poesía es la cicatriz que marca a las gentes que la habitan.

Tierra de las colinas

Tierra de las colinas.
Dios dará lluvia
que riega tus jardines.
Oh tierra de la colinas.
Las partículas de tu encarnada arena
parecen oro.
Y estando en ti no hemos de preocuparnos
de pinzas para sacar espinas.

 

Traicionero es el tiempo

Evidente que el tiempo es traicionero,
no es eterno
porque allá eran nuestras acampadas
en Ayuer, Tartag
y allá otras hoy desiertas en Agzumal.

Ya no hay hogueras ni comidas a servir
en las dunas,
y ya no se ven libres rebaños, ni aquel amor
a sus anchas
en pequeñas dunas.

Y ya no se ve la más hermosa en lefrig
ni fortunas de rebaños.

Los veranos se hacen duros y su invierno
se viste de imposible.
Y sobre los montes del Camun extraños son
los nombres
de Agzaf, Fez y Meimun,
y aún es más extraño Mammas (6), que
no conocíamos.

El alma de ayahfun que rozan los vientos
del norte y mi amor
ya no ven el blanco brillo de la jaimas
cerca de pozos,
y los manantiales ya no dan para abrevar cabras
ni camellos
y mi amor se priva de ver arbustos de Atil ni huellas
de gacelas en los montes.

(Traducción de Bahia Mahmud Awah) 

 

Los colonizadores utilizan estrategias que consisten en tergiversar y eliminar el legado histórico y la expresión cultural, de modo que la identidad quede diluida, alterada o extirpada. Se limita así el acceso a su propia cultura. A esta situación se añade para el saharaui la restricción de movimiento poblacional que impide que los lazos y costumbres familiares se mantengan, y que favorece que la cultura, de transmisión oral, se pierda (7). Por otra parte, la cultura saharaui intercambia y comparte elementos con otros pueblos, lo que provoca una mayor visualización de los cambios generacionales y la necesidad de crear puentes de comunicación entre adultos y jóvenes.

La recuperación de la historia y la costumbre a través de la memoria, la oralidad y los documentos escritos, son modos de potenciar la lucha política y la especificidad cultural como patrimonio de la humanidad. La recuperación y el mantenimiento de la cultura desde la memoria no tiene porqué significar su práctica cotidiana, es más bien una fuente de consciencia para las nuevas generaciones sobre los acontecimientos pasados y su transformación. Uno de los obstáculos añadidos en la construcción nacional es incorporar la fantasía, el esencialismo o la invención.

El concepto de identidad cultural se modifica y se construye en el diálogo consigo mismo y con los otros, y en este caso interesa poder reconstruir una historia que aún no está escrita y que corre el peligro de perderse por su carácter oral y efímero, y que puede dejar a muchos saharauis huérfanos de sus raíces. Algunas ideas, como el Grupo para la recuperación de la memoria histórica y la proyección cultural están en el Informe presentado para el proyecto de la CAM en el 2005 (8).

Uno de los aspectos fundamentales en los que venimos trabajando estos últimos años es en el rescate de lo tradicional y su transformación en la sociedad, desde la perspectiva del codesarrollo de un trabajo compartido y crítico, hasta el punto de que nosotros mismos hemos pasado a ser sujeto de estudio en algunos momentos de nuestras entrevistas. Hemos sido partícipes de grupos de trabajo que estudian la sociedad saharaui, cuyos frutos son algunos textos desde la antropología del desarrollo que podrán servir a la cooperación.

Cuando parece perderse la vida entre vasos de té, los campamentos cobran vida con actividades tan tradicionales como el comercio, las nuevas tecnologías y las comunicaciones. Todo ello favorece un tipo de economía en el refugio que estimula, activa e incentiva la creación de negocios y las habilidades nuevas. Se establecen nuevas relaciones entre los individuos, y los conceptos de lo extranjero (nasrani) y lo externo se incorporan desde nuevas dimensiones culturales (9).

Es la voluntad nuevamente la que impele a los saharauis a rechazar el asistencialismo y los paliativos de la ayuda y la cooperación. La cooperación, prolija en subvenciones, no ha conseguido equilibrar recursos y resultados. La relativa eficacia de los proyectos se debe a la falta de coordinación, complementariedad, seguimiento, y a la poca participación local en el diseño de los mismos. Aunque resulte paradójico, podemos decir que no existe una red solidaria eficaz entre instituciones, las cuales chocan con la burocratización de la ayuda y la misma realidad. Últimamente se ven algunos cambios en este sentido como ha sido la creación entre todos los agentes que actúan bajo el Ministerio de Salud Saharaui de un órgano de coordinación (Mesa de Concertación) de las acciones de cooperación en el ámbito de la salud materno infantil, o el intento de mejorar la coordinación de la ayuda entre la AECI, las Comunidades Autónomas y los Fondos de Cooperación (10).

El conocimiento antropológico genera un valor social del que los grupos de estudio saharauis participan. El conocimiento y la cultura son riqueza y yacimiento de trabajo, que bien podrían generar un beneficio económico y ofrecer una visión más concreta sobre la sociedad y sus necesidades cotidianas. Los proyectos deberían incluir partidas para las investigaciones que llevan a cabo especialistas de ambos lados de la pobreza. Es el momento de que los pueblos generen sus propias visiones y sus propios sistemas de autopoder y autogestión, con el fin de evitar colonizaciones económicas, políticas e intelectuales como la que otros autores durante la época colonial europea y española (Bonelli 1944). La cooperación se podría nutrir de la eficacia de este tipo de estudios socio-culturales que nacen de la propia gente y vuelven hacia ellos.

Por otro lado, la mujer es una fuerza social que transmite valores sociales y que emerge a nivel político para disminuir las desigualdades generadas desde posiciones sexistas. La mujer apoya procesos de sensibilización en cuestiones como la educación, la formación, la igualdad, y en general, da mucha importancia a los jóvenes y a la situación de refugio. Actualmente existen dos generaciones que han dejado de conocer su pasado cultural, sus tradiciones, y la transmisión de este legado desde la familia o la escuela preocupa a las mujeres. Por otro lado, la cultura saharaui se ha politizado tanto que van quedando en segundo plano los temas sociales y culturales cotidianos y tradicionales, sustituyéndose por una historia bélica y del refugio, que podemos observar muy bien en canciones y poesías. La sociedad saharaui está de acuerdo en que la cultura es el principal elemento de lucha y reivindicación, fundamental para la sensibilización y la búsqueda de apoyo político. Aquí son vitales la formación desde la educación, los museos, la escuela, la familia y la memoria. Estos ámbitos pueden ser reforzados por la cooperación y el desarrollo, ya que hemos de alimentar el cuerpo y la mente en su conjunto.

Para evitar que se den situaciones de desequilibrio desde el punto de vista económico y de acceso a los recursos para las familias, los nuevos proyectos de cooperación pueden fomentar la solicitud de microcréditos, como los que han implementado desde el gobierno vasco y Hegoa. No sólo se crean nuevas fuentes de ingreso sino que se permite mantener y recuperar tradiciones al aportar materiales e instrumentos que en el refugio son difíciles de conseguir. Otro objetivo a conseguir sería encontrar líneas de mercado para la venta de sus productos, ya sea a nivel interno o externo. Sin embargo, los microcréditos tienen el inconveniente de estar hechos desde una perspectiva de economía de mercado, tanto en sus sanciones como en sus requisitos, entre los que se demanda trabajar en una institución pública para evitar que sea un anónimo y asegurar la devolución del crédito. Además, la gente en general no sabe de estas iniciativas y muchas personas sin ingresos trabajan en sus jaimas con los recursos que encuentran esperando este tipo de atención para sobrevivir.

Hemos visto por lo tanto, que su riqueza más inmediata está en su cultura y en sus gentes (11), sobre todo en la poesía. Asociaciones creadas por saharauis y españoles, como la Asociación de la Diáspora saharaui Beni Hassan, de carácter cultural y apoyo al inmigrante, que pasan a ser gestionadas por los propios saharauis son pasos hacia la eliminación del paternalismo del cooperante. De este modo se conquistan y visibilizan parcelas de poder que hasta entonces ejerce la cooperación desde su posición privilegiada de poder económico..

La artesanía es también esa cultura visible y practicada, en este caso por una parte de los saharauis (antiguos maalemin, también llamados majarreros por los antiguos colonos españoles, y actualmente llamados harafiin por los propios artesanos). El paso de maalemin o maestro al de harafiin o especialista, disminuye la categoría y el valor de su trabajo, pero intenta eliminar toda connotación de referencia tribal. La artesanía pertenece a esa estructura económica tradicional que se ha transformado en negocio y en servicio para la comunidad a cambio de dinero. Mujeres especializadas en el cuero y los tejidos, y hombres en los metales y la madera, arreglaban y fabricaban productos nuevos y tradicionales con las herramientas disponibles. Estos conocimientos se transmitían de generación en generación por los maalemin, grupo de incierto origen (bereber o judío) acogidos por distintas tribus arab. Después de la revolución, personas de otros grupos tribales que ya no se identifican tribalmente, poseen y trabajan estas habilidades y conocimientos artesanales o artísticos, y se autodefinen como artesanos (harafiin) y artistas.

Para establecer un comercio permanente dentro de una economía del refugio se necesita producir una manufactura rentable, que depende a su vez de la obtención de materia prima y de la valoración del modo de hacer tradicional. Para su viabilidad se ha pensado en la creación de cooperativas, tanto por su pequeña dimensión social y el corporativismo familiar de alto sacrificio colectivo, como por el reducido coste que tienen y la posibilidad de financiarse con microcréditos de fácil devolución. Son las mujeres artesanas las que actualmente se agrupan en colectivos que se financian con microcréditos, lo que supone nuevos ingresos en algunas casas.

Por otro lado, encontramos algunos saharauis que han salido al extranjero y que tienen una actitud más empresarial, como un mecánico cubano del marsa del Oeste de Smara, que piensa en que los beneficios son de quien ha invertido: estos comerciantes prefieren no vender a su propia familia para no contraer deudas impagadas. Sin embargo, es imposible evitar los vínculos familiares y, tarde o temprano se termina fiando y compartiendo.

Otra transformación conceptual ha sido el término beidani o bidani, palabra proveniente de l'abiad (el blanco), que antiguamente significaba modo de vida de los bidani, y que hoy ha pasado a tener como único criterio de significación el hecho de hablar hassania, de manera que el origen, el color de piel o la tribu están dejando de ser elementos limitadores y definidores de la realidad. Los bidán hoy son el grupo de bidani cuya tierra es el Trab el Bidán, hoy un rompecabezas que llega más allá de las fronteras y donde están los saharauis.


La economía del refugio y los procesos migratorios

La economía (12) del refugio se caracteriza entre 1975 y 1991, dentro de un contexto bélico, por la supervivencia y el asistencialismo, gracias a la ayuda de los organismos de cooperación nacionales, internacionales y locales. Aunque en aquella época no hay mucha comida se sacrifica el consumo de productos para el trueque. Los productos de trueque, principalmente la comida, no tienen un valor fijo, sino que se negocia: el comercio se basa fundamentalmente en la técnica del regateo. El trueque es un mecanismo alternativo de intercambio entre la población cuando no hay dinero y se llega a un acuerdo. Actualmente el trueque se produce en los intercambios entre automóviles y sus piezas, fuentes de proteínas, verdura y fruta fresca, y antes pescado seco traído de Mauritania. Por ejemplo, por un cordero te pueden pedir 2 sacos de arroz, 1 saco de azúcar y 2 melhfas. El trueque ha sido fundamental en el modo de vida beduino, y se sigue manteniendo en la actualidad. Generalmente los servicios y el comercio se pagan con dinero, en euros o dinares. Sin embargo, cuando no se puede pagar, se toman objetos del deudor, incluso aunque no sirvan, asegurando al menos algún cobro. Un proverbio de los comerciantes dice que "el comerciante que no presta no vende", es decir, el préstamo teóricamente asegura la confianza de un futuro cliente a pesar de los riesgos de impago, de manera que el préstamo es otro elemento económico fundamental de la vida nómada que se observa en los campamentos. Trueque y préstamo nos ofrecen una imagen dinámica y explicativa de como el refugio satisface necesidades vitales.

Durante la guerra los hombres vivían en el frente, y las mujeres organizaban la vida diaria en los campamentos. Con el estancamiento de la situación política y la tregua permanente, hombres y mujeres vuelven a compartir el espacio social en los campamentos, del que el hombre se vuelve a apoderar tomando una posición dominante dentro del esquema familiar. La mujer, aunque tiene un importante peso dentro de lo privado y utiliza estrategias de negociación de gran habilidad política y social, queda de nuevo desvinculada de lo público. Incluso su papel en las tiendas o el mercado, el marsa, es prácticamente nulo, a no ser que el marido no esté o que haya fallecido, y se encarga por lo tanto de las tareas del hogar. Las hijas son las que principalmente ayudan en casa, aspecto que se convierte en una obligación social. Afortunadamente, el esfuerzo personal de las mujeres y hombres saharauis que entienden la necesidad de modificar estos roles sociales obsoletos de opresión que respondían a una situación y unas necesidades grupales muy concretas, y sobre todo gracias a la Unión nacional de Mujeres Saharauis (UNMS) (13), la mujer, como colectivo desfavorecido continúa luchando por la Igualdad de Oportunidades y de Trato.

Por otro lado, la economía del refugio no es productiva ni desarrollada, tan sólo encontramos acciones desde la cooperación como los huertos, el Centro Avícola, y algunas manufacturas en artesanía. Esta situación de inmovilidad y de improductividad tiene un punto de saturación e inflexión, favoreciendo los movimientos migratorios (causas también de la diáspora), que se convertirán en una necesidad personal y familiar de supervivencia para un pueblo tradicionalmente beduino y comerciante. Se ha producido un colapso entre cuerpo y mente, se enfrentan al vacío, a la ausencia, a la impotencia. Surge la necesidad de dirigir la propia vida y la propia historia, y alejarse de este laboratorio y observatorio social artificial que mantiene la política internacional. Comienza la lucha contra una pobreza, motivada por la ausencia de vías regulares de ingreso de dinero, trabajo, o ayuda del gobierno, y que ha generado sus propias estrategias en la generación de vías de ingreso y transferencia monetaria y de trueque.

Además de alimentarse, es necesario invertir en ocio, en proyectos culturales, actividades que permitan a la mente crear, mantenerse y estimularse, porque esta forma de supervivencia del sujeto social en su medio ecológico es vital. Así aparece también la economía del refugio, como una fábrica de sueños, de voluntades y acciones, donde hacen falta recursos para que el pensamiento deje de vivir encerrado y cobre vida en las manos y obras de los sujetos.

La economía del refugio valora productos que aunque sean necesarios, se deciden cambiar o vender por otros. Vienen principalmente de la ayuda humanitaria y de la importación o contrabando, y originan un leve movimiento comercial y económico, una actitud empresarial inicial. El comercio de alimentos, ropa, artesanía, etc., generan leves ganancias que se reinvierten en el propio negocio y en la familia. Estos negocios se enfrentan a la demanda de una población que no puede pagar, y las deudas surgen. Aquellos que no pueden ni siquiera seguir este leve ritmo económico emergente se convierten en segmentos sociales más pobres y dependientes. La voluntad, genera en el refugio estrategias a partir de los recursos existentes, sean materiales o no, independientemente de su procedencia. Los recursos, sean bienes o redes de colaboración, se convierten en puentes de solidaridad, tanto en los campamentos como fuera de ellos (diáspora). Son puentes que permiten alcanzar otros recursos que generen bienes, servicios, capital social extranjero, capital económico o relaciones. Fuera de los campamentos comienza a existir una red saharaui, que quizá un día se asemeje al modo de hacer judío, que tiende a hacerse fuerte económicamente y que financiará la libertad del Sahara Occidental a través del cabildeo (14).

Para los saharauis, como para otros inmigrantes, ir al extranjero significa ganar dinero y poder mantener a las familias en los campamentos mediante el envío de remesas. Pero cuando llegan al nuevo país, necesariamente entran en su dinámica social, y adquieren las mismas obligaciones y los mismos problemas que los demás, más si cabe, cuando su situación no es legalmente estable. Sin embargo, mucho o poco, cualquier cantidad de dinero supone en los campamentos un gran paso hacia la autosuficiencia familiar y permite el comercio y la posibilidad de crear algún negocio familiar. Los saharauis que emigran normalmente tienen estudios o alguna otra ventaja que les permite ganar dinero o tener acceso a algunos recursos.

La autosuficiencia en los campamentos es un objetivo para los saharauis y debería serlo para la cooperación. Se han levantado polis en un lugar donde antes no había nada. Es el intento por mantener a su propia familia sin ayuda exterior, sin que lo haga una institución, y desde una voluntad de autosuficiencia y dignidad. La población ha generado dinámicas de intercambio, búsqueda de recursos y establecimiento de redes, que nos llevan a un sistema económico de refugio que aún está configurándose. Es interesante a nivel antropológico que esta economía sea resultado de la acción y la voluntad de la población local, del ejercicio de su potenciación. Se está dando la vuelta a la cooperación y aquellos proyectos que dependan de un aporte externo completamente (económico, material, en gestión, etc.) fracasarán en su sentido último. Para ello es necesaria la resolución del conflicto, pero mientras tanto, en un lugar como en los campamentos, la ayuda exterior debería fomentar los principios de autogestión e inversión en las personas y su cultura.

La población saharaui siente y sabe que hay mucho por hacer, y posibilitar incentivos evitaría que muchos emigraran lejos de su familia y de su causa. Siempre habrá otros que quieran emigrar, es irremediable. Pero normalmente las migraciones masivas tienen que ver con perspectivas de bienestar que se transmiten de "boca en boca", y que generan una necesidad vital que hace que alguien de la familia se sacrifique y emigre, unas veces como mejora personal y otras por el grupo familiar que recibe estas remesas de dinero. La salida de población preocupa al Frente Polisario en el sentido de que altera la estabilidad y los recursos humanos de los campamentos, a pesar de que los saharauis que salen no dejan de tener presente la causa y la obligación de defender a su pueblo en caso de necesidad. Una alternativa que se ha planteado para que no se produzca la salida de capital social es que los proyectos de cooperación incluyan una partida monetaria dirigida a los sueldos de profesionales. De todas formas, este éxodo migratorio no tiene que ver con una huida definitiva, es una inversión en recursos y relaciones en el exterior que, obviamente tiene su repercusión en el debilitamiento de los servicios sociales que presta la RASD, principalmente en la educación y la sanidad, dado que sus profesionales son los que más emigran. Por otro lado, también se dan casos de saharauis que han estado tiempo fuera y desean volver a los campamentos con su gente y su vida robada.


La economía del refugio y la cooperación

Existen discrepancias sobre el modo en que se realizan las ayudas de emergencia del PAM y otros donantes en los campamentos, cuyos envíos son principalmente el arroz, el azúcar, el aceite, la harina y las legumbres en cantidades que son insuficientes, ya que los almacenes para previsiones de tres meses están vacíos en los campamentos, por lo que es necesario realizar envíos de emergencia durante el año. Los envíos regulares cumplen las previsiones energéticas de los individuos, pero un equipo técnico pluridisciplinar ha determinado una situación de desnutrición y anemia, sobre todo en bebés y sus madres, que se observa en la pérdida de musculatura (15). Probablemente influye el medio hostil en el que sobreviven, que requiere de una gasto energético importante. Además, parte de su dieta que no es abundante en la ayuda humanitaria como productos los frescos, se compra por la venta otros productos de la ayuda, trueque, o gracias a las vías de introducción de dinero vistas. El consumo de agua altamente fluorada, la falta de medicamentos, el deterioro de la higiene, la ausencia total de pescado fresco, la falta de infraestructuras adecuadas, y el crecimiento poblacional que no aparece en ninguna estadística, influyen en la deficiencia alimentaria. Últimamente la cooperación ha añadido una mezcla de trigo y soja, galletas energéticas, fruta y vegetales frescos, y la creación de huertas pequeñas para cubrir carencias, pero tampoco es suficiente (16).

Las familias que tienen una alimentación mejor son las que disponen mejores recursos, pero como hemos visto, es una situación que genera desigualdades. Por otro lado, el tipo y el modo de alimentación transforma las costumbres y hábitos de la población. Matar un carnero o un camello tiene un significado más allá de lo estrictamente alimenticio, es un signo de bienvenida, es parte del banquete de una boda, y si no existe la posibilidad de sacrificarlos, o bien desaparece como elemento cultural o bien se transforma.

Los medios y materiales que la cooperación ha ido invirtiendo en los campamentos se ha ido deteriorando con los años, y las condiciones del terreno dificultan su renovación y su cuidado. Sus agentes (cooperantes, instituciones, y simpatizantes) han contribuido también de manera personal, sobre todo en el caso de las familias del programa de Vacaciones en Paz. La cooperación ha influido más allá de los proyectos, lleva consigo conocimientos, relaciones personales y carga cultural, que se produce en ambas direcciones entre donantes y receptores. Los cooperantes e investigadores, que se llevan vivencias, ideas y pensamientos tienen un papel fundamental. La cooperación no solo permite la alimentación del cuerpo y a cubre sus necesidades básicas, sino que también satisface el espíritu.

La entrada de dinero, bienes y derechos, ha sido invertida por los saharauis en alimentar a sus familias y en crear una red de relaciones, infraestructuras y comunicaciones que les ha permitido volver a hacer del Sahara un lugar habitable, desde donde sus gentes salen a comerciar y formarse a otros países. Su hospitalidad y generosidad crean y mantienen relaciones personales y profesionales duraderas. Las familias son una enorme fuente de recursos que han permitido crear innumerables negocios, de la misma manera que las remesas.

La cooperación, en su modelo asistencialista y paternalista, se ha olvidado del desarrollo de la persona integral en una sociedad por derecho libre pero de hecho mutilada. Sin embargo, tiene mérito el haber podido hacer algo en estas condiciones, que por otro lado provocan profundas depresiones y trastornos de tipo traumático: primero, porque para vivir dependen de los demás; segundo, porque aquellos que se han formado y están preparados para ejercer una profesión no lo pueden hacer, no pueden desarrollarse como personas ni pueden ayudar a su pueblo ni a sus familias; tercero, porque viven en un país que no es el suyo, en una situación política sin lógica que separa familias e individuos; Y cuarto, porque viven limitados física y emocionalmente. Las actividades informales, son también una respuesta a la falta de resolución de la cooperación, lo cual es algo negativo si tenemos en cuenta que lo informal va de la mano de lo precario y la falta de normatividad que incluya el bien de los más desfavorecidos.


Sectores formales de la economía del refugio

En los primeros años del refugio hombres y mujeres trabajaban conjuntamente, no había gas para cocinar, ni hornos y la leña se traía de muy lejos. Desde entonces hasta la actualidad, los trabajadores del gobierno de la RASD han trabajado generosamente para el Estado, o cobrando pequeñas cantidades o incentivos cada cierto tiempo. Ahora el Polisario pide en los proyectos de cooperación cierto apoyo económico para los trabajadores del Estado que mantienen relación con estos proyectos. Un chófer del gobierno nos cuenta que él no tiene un sueldo ni una ayuda monetaria sino que recibe algunos favores para él y su familia, como un mejor acceso a los alimentos, materiales, información y gestiones administrativas, además del transporte gratuito. Solamente con estas ventajas puede mejorar mucho la vida de una familia en los campamentos.


Tabla 1
. Sueldos y ayudas. (Fuente: Elaboración propia desde las entrevistas, febrero 2006) (17).

En los últimos años se han creado las llamadas tiendas del Estado para poder pagar a los que trabajan para el gobierno. Están situadas en las wilayas, Rabuni y las regiones militares. A sus empleados además les dan ayudas cuando se casan, en bautizos o si ocurre alguna desgracia. En el desierto, en los lugares de paso, también existen, y los beduinos también compran en ellas. El precio suele ser un poco más bajo que en una tienda normal o bien dan facilidades de pago. En estas tiendas se hacen préstamos hasta un límite de 3 ó 4 meses, y puede comprar cualquier persona. El beneficio es para el comercio, es decir, para el Estado, y al vendedor se le da un 5% del beneficio. Los soldados también realizan actividades económicas, porque sus "sueldos" son muy bajos. Los militares que trabajaron para España tienen su pensión de la metrópoli, de la cual a veces vive toda la familia. En las regiones militares, zonas limítrofes y bedia, el tráfico de carbón de árbol, la quema de árboles, así como el comercio de alcohol, drogas, gasolina o tabaco está prohibido, y puede costarte la cárcel. Ser militar no es productivo económicamente, uno observa a su alrededor como todos intentan ganar dinero mientras el militar debe cumplir con su obligación.

Existen iniciativas informales particulares y colectivas sin que el Estado intervenga, como es el caso de la cooperativa creada como tienda de alimentación y telefonía que se formó entre varios trabajadores y pacientes de Njaila (centro de residencia con medios sanitarios para ex-combatientes). Los productos los compran en Tinduf y los beneficios se reparten entre todos al final de año. En las wilayas hay comunidades de mujeres asociadas gracias a la UNMS y algunas ONGD que han fomentado la creación de cooperativas. La organización a nivel de base es fundamental en los campamentos. Hay bases que pertenecen a la UNMS agrupadas en 5,10 ó 12 mujeres que se reúnen semanalmente para hablar de temas sociales y económicos, y aportar dinero. Cada día le toca vender a una mujer. Se apunta todo y se reparte el beneficio a final de mes.


El marsa

En el año 1976-1977 surgieron las primeras tiendas en los campamentos. La gente había olvidado el comercio, y se preocupaba por sobrevivir y evitar epidemias. Para mantener la igualdad económica, el Polisario prohibió las tiendas y decidió no autorizar ningún tipo de comercio, salvo una tienda por daira y una más grande en la wilaya. Los que despachaban en estas tiendas eran ex comerciantes a quienes se les permitió vender alguna cosa, el resto eran productos que proporcionaba el Ministerio de Comercio a precio económico. Aún así, la gente no tenía dinero.

Cada vez iban apareciendo más comercios, algunos declarados y otros clandestinos. En el VII Congreso de la RASD (18) en 1991, se aprobó la legalización del mercado libre y se reguló el cobro de impuestos de los comerciantes que importaban productos de fuera de los campamentos. El estallido comercial fue sobre 1994, gracias a las diferentes vías de ingreso ya mencionadas.


Tabla 2
. Cambio de moneda. (Fuente: Elaboración propia: febrero 2006) (19)(20).

El mercado en hassania es el assug, pero en los campamentos se llama marsa, influencia mauritana del francés marché. El comprador es el charray y el vendedor el tajer. Antes, la tienda hanut, se llamaba como el propietario. El horario comercial lo decide el propietario, pero encontramos las puertas abiertas generalmente, entre las ocho de la mañana y la una del mediodía, y desde las tres de la tarde hasta las ocho o nueve de la noche. Normalmente es el mismo propietario quien atiende su negocio, y en ocasiones algún familiar lo sustituye. Entra dentro de lo que podemos denominar solidaridad social el hecho de comprar a quien necesita ayuda. A veces esta solidaridad puede darse más entre la gente que tienes al lado, con la que tienes contacto, y que no necesariamente es tu familia.

El mercado se dispone generalmente en el centro de la wilaya, mientras que las tiendas de barrio cubren las necesidades en la lejanía de las dairas. Su estructura y diseño viene determinado por el tipo de producto, manufactura, y valor. Las tiendas de un mismo tipo suelen estar agrupadas y se buscan zonas de mayor tránsito. Las tiendas de barrio son un poco más caras que el marsa, debido a que en el marsa hay más competencia, más variedad y se vende más, mientras que las tiendas de barrio son para una necesidad puntual, aunque, en ocasiones, para aumentar la salida de sus productos abaratan los precios. En el barrio sólo se puede hacer tienda de alimentos, no de ropa. La gente compra en las tiendas de sus familiares, ventas a veces difícilmente cobrables que se compensan con su ayuda en el negocio. El regateo depende del comerciante pero suele haber un precio máximo y uno mínimo basado en las facturas de compra de la mercancía.

En el marsa de algunas wilayas, últimamente tienen problemas de espacio, no pueden crecer más. Actualmente parece ser que no hay que pedir permisos para poner un negocio, aunque al principio sí se acordó dónde se ponía el mercado y cómo se disponían las tiendas. Desde el año 2000 han emergido a gran velocidad, y cuando creció tanto que hubo que cerrar algunas calles, se empezó a controlar su expansión mediante el visto bueno del wali y algún pago a la wilaya. La falta de espacio provoca aglomeraciones, que nuevos matrimonios (a diferencia del pasado) deban establecerse lejos de la madre de la novia, o el estrechamiento de los pasos y caminos.


Sectores informales de la economía del refugio

La construcción de casas de adobe es toda una techné que consiste en mezclar proporcionalmente el agua y la tierra para elaborar un ladrillo o bric consistente que proteja del calor (de Juan 2006). Dicha práctica se viene realizando desde 1985 y ha generado un sistema de oferta y demanda de profesionales (principalmente jóvenes) y materiales, en torno a la vivienda, que le convierte en uno de los primeros sectores de la economía de los campamentos.

Un señor de 42 años, casado, con familia y con su empresa de construcción en el refugio, nos dice que "el valor de la mercancía depende de la compra y de dónde procede el género". El beneficio está en función de la inversión que hace el comerciante: el alquiler del camión, los trabajadores y el intermediario. Los productos necesarios para la construcción provienen de Argelia, sobre todo de Tinduf.

El constructor nos cuenta que empezó con una ayuda económica de su padre y de su hermano en el 2002. Su primera tienda también fue de construcción porque siempre ha existido en los campamentos, pero ahora sólo vende el material porque hay trabajadores que ya construyen las habitaciones, y no le interesa tener empleados a pagar. Trae la mercancía de Orán y cuenta que en la aduana los argelinos no son tan restrictivos con los saharauis, aunque depende mucho de las relaciones que cada uno tenga. El dinero ganado es para la familia y para que la mujer no trabaje fuera de casa (la mujer en general sigue vinculada a lo privado y con pocas oportunidades). Este negocio le permite ingresar entre 80-100 € mensuales. Como ejemplo de precios por unidad (en €) de material de construcción (21) tenemos que las barras de hierro que soportan la jaima es de 14, la tela de la jaima 600, un metro cuadrado de baldosas 14, un saco de cemento 8, 100 brics 10, una cisterna de 1000 litros 60 y las planchas de zinc de entre 2 m y 5 m salen entre 15 y 45.

Los talleres mecánicos podemos decir que son el negocio más productivo, tanto en los campamentos, como fuera de ellos a los intermediarios. Un cambio de motor cuesta 200 €, la mano de obra por día 20 €, un cambio de amortiguadores 10 € y de ballesta 40 €. La inversión en un taller es grande, requiere de infraestructura. Incluimos tanto el negocio con la compra-venta de vehículos como de piezas. Algunos comerciantes van a Mauritania para comprar piezas de repuesto. Muchos residen allí grandes periodos del año porque es un lugar barato y donde hay negocio, principalmente a través de las ciudades de Nouakchott y Nouadhibou, donde llegan coches de Europa.

Se compran los coches principalmente en España a particulares, en desguaces o talleres. El transporte de los vehículos se hace en barco, y su coste se determina sumando: el precio del vehículo + grúa (200) + plaza de transporte en el barco(900) + salida del puerto mauritano (300) + aduana (300) + viaje a los campamentos (300). Aunque lo mejor es llevarlo encima de un camión bien cargado de piezas y recambios, así sale más barato, pues te cobran por el camión, no importa el peso. Los coches llegan en buenas condiciones y con sus documentos. En Rabuni, el comprador, paga las tasas de matriculación. En el Ministerio de Justicia se hacen los papeles de compra-venta del coche, con testigos, por unos 250 €. Para circular en Tinduf hay que arreglar otros papeles y cuesta 7 € más. Todas estas gestiones se hacen entre la propia la familia, con un contacto en el país de donde proviene la mercancía. La estabilidad del familiar en el extranjero es importante, se consigue principalmente mediante permisos de residencia, para lo cuál es importante las relaciones que haya establecido previamente con otros saharauis o con algún extranjero.

Como no todos los comerciantes pueden ir por el género, una persona se encarga de los pedidos de mercancía con copias para los gobiernos de las fronteras que se atraviesan para que puedan controlar su transporte en las aduanas, evitando el comercio de mercancías ilegales. Si esta lista no se ajusta a lo que llevan en el camión puedes perder parte o toda la mercancía, o incluso pagar una nueva cantidad. Estas operaciones requieren una inversión previa: la gasolina, el alquiler del camión por unos 60 €, la gente para cargarlo 10 €, y los controles de aduana que en ocasiones tienen un precio sobre los 3 €. En el textil se saca un beneficio con la venta del 2% aproximadamente, aunque en algunos negocios se saca hasta un 10-15% como en los talleres, los muebles o la construcción.

El transporte mediante taxis es fundamental en los campamentos. Su coste varía según las zonas: entre Smara y Rabuni (30 km) 0,50 €, entre Smara y el 27 de Febrero (16 km) 1 € , entre Smara y Auserd (17 km) 1 €, entre Smara y el Aaiun (37 km) 1 €, entre Auserd y el Aaiun (20 km) 1 €, y entre Smara y Tinduf 1 €. Del Aaiun y Auserd a Rabuni 1 €. A Dahla han ampliado el tramo de carretera pero es un viaje de 4 horas con 160 km que sale por unos 5 €. El combustible se echa en Tinduf porque es más barato que el que se vende en los campamentos (en Rabuni, en puntos estratégicos del camino o en los marsa, principalmente), y que está en torno a 0,5 €/litro de gasolina y 0,38 €/litro de gasoil. Los viajeros se cogen o bien por el camino, o bien en las paradas que hay dentro de los campamentos, en los lugares de cruce más importantes, y también en los controles, paso obligado para todos los vehículos, donde incluso puedes encontrar a alguien que te lleve sin pagar, te conozca o no. Existe toda una idiosincrasia en la recogida de personas, y un extranjero suele tener más facilidades para el transporte por motivos de hospitalidad. Pero el transporte lo realizan también vehículos particulares por voluntad propia o vehículos del Estado sin cobrar.

En una de las tiendas del 27 encontramos un antiguo taxista que trabajó para la colonia española entre 1973 y 1975. Llegó a los campamentos sólo, en 1975, su familia se quedó en Dahla. Estuvo en el ejército desde 1996 hasta el 2000 como oficial y teniente, pero lo dejó para cuidar de sus niños pequeños. Su esposa está enferma en España y sólo viene algún mes al año para estar con ellos. Sus hijos le traen dinero gracias al Programa de Vacaciones en Paz, antes iban los tres pero ahora solo va uno, y cada uno podía traer unos 80 €. Sus hermanos, que viven en los territorios ocupados, también le ayudan con dinero, con lo que ha montado una pequeña tienda de comestibles.

Existen trabajos menos clasificables dentro de una dinámica y visibilidad manifiesta. En algunas casas se reparan radios y aparatos electrónicos. Las piezas vienen de Argelia o Mauritania, nuevas y en ocasiones del despiece. En otras ocasiones se hace artesanía o se cose. Podemos observar como la casa se convierte en el lugar no solo de encuentro para la familia, sino también en lugar de trabajo. Las tiendas de barrio pueden ser el propio Guetón, una estancia adaptada de la casa, o una nueva habitación anexa a la casa y visible desde el camino, de manera que la estructura de la casa se amplía tanto a nivel físico como a nivel conceptual. Es en este lugar donde trabaja principalmente la mujer, sin ningún tipo de remuneración ni visibilización.

Desde hace algún tiempo existe la venta de objetos de souvenir para los turistas, una iniciativa económica interesante que importa artículos de Mauritania en su mayoría o están hechos en los propios campamentos por los artesanos (fundamentalmente maalemin). Las tiendas de este tipo muestran como los saharauis son conscientes del interés que suscitan como objeto de análisis. De hecho, han proliferado en estos últimos tres años los agentes externos de estudios de antropología, sociología e historia. Todos estos conocimientos son valores convertibles en producto comercial.

Un carpintero nos cuenta que haber iniciado el negocio junto con su hermano le ha requerido una inversión de 1.400 €. "Se tiene que ir al Ayuntamiento o la wilaya a comunicar la apertura del nuevo establecimiento porque hay ciertas normas y pagos que hacer. Debes solicitar el solar (puesto que el terreno es limitado) y pagarlo, y pedir también que te den luz del grupo electrógeno". Pero esta cuestión no está nada clara, otros comerciantes parece ser que no pidieron ningún permiso. Y aunque en el marsa supuestamente esté cubierto todo el terreno previsto, la gente sigue construyendo tiendas. El material de carpintería se trae de Tinduf, allí se compran y se cortan tablones grandes, mejor si es de madera roja shdari de los territorios ocupados. Todos aquellos que trabajan en oficios complementan varias actividades, así no es difícil ver que en una carpintería se reparan bicis, se sueldan piezas, etc. Entre las manufacturas más interesantes tenemos:


Tabla 3. Precios en tienda de carpintero. (Fuente: Elaboración propia, febrero 2006).

El propietario de una tienda de muebles iba a Mauritania a por la ropa, pero dice que algunos negocios son como "comprar cebolla y vender cebolla, que al final sólo te queda la cáscara" (proverbio popular). Es decir, no podía competir con tiendas más grandes que compraban mucha cantidad a mejor precio y que vendían luego más barato. Por eso decidió irse a Orán a ver qué negocio podía empezar: "Hay que tener en cuenta que la mercancía sea vendible y que no tenga mucha competencia. Como la gente de aquí se iba a Tinduf a comprar colchones, muebles, telas, etc., sobre todo para las bodas, a un precio elevado, y teniendo que alquilar un vehículo para traerlo, decidí comprar y traer el género ya montado por costureros y carpinteros argelinos en la ciudad de Orán a mejor precio. El beneficio que saco es aproximadamente de un 15%.". En una tienda de muebles podemos encontrar armarios por 75-110 € (de 2-3 puertas), 120-140 € (de 4-5 puertas), 700 € por un sofá de 6 piezas estilo europeo, 180 € por una biblioteca de 2 metros, ó 20 € por una mesa de madera para comer.

Los artesanos o maalemin más ancianos, en el intento de perdurar las costumbres ejemplifican la permanencia de lo tribal en esta transformación nacional. Los jóvenes, aunque mantengan el oficio hadadin, tienen otra mentalidad, expanden su interés a otros conocimientos, de manera que se les reconozca su trabajo sin unirlo al estigma de un grupo tribal sobre el que rondan múltiples supersticiones y leyendas. Actualmente se llaman harafiin o artesanos para evitar conflictos. Sin embargo, el folclore popular mantiene imágenes sobre ellos de gente alegre y libre, de gusto por el dinero y la carne hasta el punto de perder el sentido. El artesano ha de ir a la Meca cada año para pedir perdón por ganar dinero. Por otra parte, ha modernizado sus materiales y herramientas, que fabrican ellos mismos o compran en Tinduf. Su trabajo consiste en arreglar objetos para los demás, ya que demuestran una gran habilidad manual que se puede observar en su lugar de trabajo, el "marsa" o la propia jaima. En época de guerra se les consideró un grupo inferior debido a que los negros sí iban pero ellos se quedaban con las mujeres y los niños haciendo armas y utensilios.

El negocio de telefonía se inicia con el alta de una línea fija que necesita de documentos argelinos por un coste de 150 € cada 6 meses. La empresa te cobra 0,40 €/minuto por llamada al extranjero mientras que aquí se cobra 0,70-0,75 €. En el interior de la wilaya la empresa la cobra a 0,05 céntimos y la tienda a 0,10. Siempre sale más barata una llamada dentro de la misma compañía argelina: Mobilis, Estrella y Djezzy, siendo esta última la mejor dentro de las wilayas con beneficios de 3 € por tarjeta y Mobilis para el extranjero con beneficios de 5 € por tarjeta. Las tarjetas son de 5,10 y 14 € con caducidades de 1, 2 y 3 meses. El alquiler de un establecimiento te cuesta unos 15 €/mes, la antena 50 €, el móvil 50 €, la ficha de la antena 3 €. Se puede vender la tarjeta completa al público por un euro más de su coste. En Dahla no hay cobertura y se utiliza Thoraya, que funciona vía satélite y que también utilizan los beduinos y los comerciantes para comunicarse. La competencia ha ido aumentando en estos años, y la gente se ha unido para ir creando negocios. En una misma familia puede darse que varios miembros se dediquen a actividades diferentes o que varios trabajen en una misma. Algunos entrevistados han llegado a hablar de cierto ahorro. El mercado lo definen desde la libertad de compra-venta, donde cada uno pone el precio que quiere. Las familias españolas que llegan en los períodos de Semana Santa o Navidades influyen en el mercado, se vende más y los productos están mas caros, también se vende más en el Ramadán, el día del final del Ramadán y 71 días después del final del Ramadán. También al inicio del curso escolar y de la Universidad porque el material que da el Estado no es suficiente. Las nuevas formas de comunicación que hemos visto: Internet, teléfono, televisión y radio generan negocio y comercio de aparatos que provienen de distintos países y que las familias más adineradas se costean. Con la nueva antena de Smara ya no es tan rentable este tipo de negocios. Además, gran parte de la población tiene un móvil propio y comprar tarjetas le sale más económico.

Una tienda de fotos de Smara comenzó hace cinco años con ayuda del gobernador al observar la necesidad de hacer carnés y fotos de boda. Su dueño ha ido mejorando la construcción de la tienda (al principio con sus propias manos y después con la ayuda de un albañil) y ha ido comprando nuevos aparatos para poder ofrecer un mejor servicio. La fotografía la aprendió de los libros, con la experiencia y con sus amigos, muchos de los cuales le mandan cámaras y piezas nuevas o que ya no necesitan. El material necesario para su trabajo lo compra en Argel. Ahora revela en Tinduf porque allí tienen mejor tecnología. Un revelado de 36 fotos son 5,80 € (2-2,5 € de beneficio). Las fotos con dos copias son a 1 €, 8 fotos de carné 1 €, 8 fotos de carné digitales 2,5 €. Su trabajo depende de la energía eléctrica, algunos tienen la suerte de poder coger electricidad de la línea de alta tensión argelina que pasa cerca de Smara, y los que no, de placas solares o bien tienen un motor para un par de horas.

Los carniceros compran los camellos en Tinduf o en el bedia por unos 600 y 1000 €/u., ya que al peso no compensa. Durante la noche se llevan los camellos con los todoterreno a un lugar alejado de la wilaya. Allí se le corta el cuello y se descuartiza. Las piezas se venden en ese momento en una subasta improvisada, algunos a particulares y otros para las tiendas del marsa, teniendo en cuenta la calidad de la carne, principalmente según la edad. Cada dos o tres días se vende uno entero. En todo el proceso sólo aparecen hombres. Pero los restos de la matanza y el despiece han llegado a limitar con las jaimas, dentro y fuera de las wilayas, suponiendo una amenaza para la salud. Del camello, ni la cabeza ni las patas desde la rodilla hacia abajo se comen. Lo normal es que si vas a pedir carne te pongan un poco de todo en el kilo: carne, víscera, grasa y hueso. El hígado es muy apreciado por sus virtudes para la salud, y se come crudo con un poco de azúcar o bien muy poco hecho en las brasas del frenna. La grasa de la giba es también muy nutritiva. En general la grasa se toma cruda o se calienta, y el aceite que suelta una vez frío se toma a cucharadas, puesto que es una gran fuente de energía. En la carnicería (magzra) 1 kilo de vísceras cuesta 6 €, 1 kilo de carne 6 €, un compuesto de carne-hueso-grasa cuesta 5 €, 1 kilo de la parte de la joroba 5-6 €, y la cabeza sola 6 € o bien se regala si se ve que no se vende, ya que gusta a muy poca gente.

Los restaurantes son negocios que en las wilayas no son muy frecuentados. Tienen más éxito en Rabuni porque es el centro administrativo, por lo que los precios además son más económicos. Los restaurantes que pertenecen a la wilaya pagan un impuesto de 200 €/mes por alquiler por ciertas ventajas de localización, el resto no. Al día un restaurante de la wilaya puede ganar unos 30-40 €. Se puede comer un pollo por 6 €, un plato de alubias por 2 €, bocadillos por 0,20 €, un café por 0,20 €, un agua por 0,50 €; mientras que en Rabuni sale más económico porque hay una clientela fija y es centro administrativo y punto obligado de paso y de estancia de la cooperación.

Ya hemos hablado de las tiendas de alimentación, las cuales podemos dividir en las que ofrecen alimentos envasados de caducidad larga y media (como los productos lácteos) y las tiendas de frutas y verduras de productos muy perecederos. Normalmente las tiendas de frutas y verduras, así como las de carne, se disponen juntas, mientras que las de alimentación están más dispersas. No existe una planificación urbanística que facilite el movimiento de personas o vehículos por el marsa, todo aparece emergido del caos, aunque luego, a nivel organizativo no hay grandes problemas.


Tabla 4. Beneficios aproximados en la venta de productos. (Fuente: Elaboración propia, 2006).


El valor de lo cotidiano

Aunque la situación del refugio ha retrasado la edad de casamiento debido a las dificultades que existen para obtener la dote y celebrar la boda; casarse, tener una familia, y vivir en una casa o jaima, son objetivos prioritarios en la vida de una persona que se satisfacen mediante algunas de las vías de entrada de dinero descritas y que a menudo sostienen a más de una familia. Mientras tanto, se vende la ayuda humanitaria. Si con este dinero se puede iniciar un negocio se puede optar a una mayor autosuficiencia. Otra opción es trabajar para alguien, generalmente un familiar.

Una de las preocupaciones en los campamentos es que te den los papeles para salir al extranjero, es un proceso que requiere paciencia y papeleo. En ocasiones los saharauis están pendientes de invitaciones de extranjeros, reclamos de ofertas de trabajo que primero deben rechazar los autóctonos, traslados por enfermedad, o estudios que son aprovechados para hacer los papeles de residencia. Conviene conocer gente que te ayude a salir y a hacer negocios y que te facilite el papeleo.

Los retornados (estudiantes llegan otros países, emigrantes que ha estado trabajando fuera, etc.), cuando vuelven a los campamentos se encuentran con que no hay trabajo, con que culturalmente se han de adaptar, de modo que ven los límites en bienestar que no tendrían si tuvieran la oportunidad de desarrollar su propia economía en un país libre. El dinero es importante en un campamento de refugiados porque al fin y al cabo viven conectados con el resto del mundo que está globalizado y capitalizado, y porque los propios saharauis se consideran grandes consumidores.

Un joven de 30 años nos cuenta como con 300 € empezó en los negocios con una perfumería que luego amplió con productos de ropa y calzado. Más tarde puso una cabina telefónica, uno de los primeros negocios desde que entró dinero, y aprovechando que sabía español, ayudaba a la gente a entenderse con las familias españolas, así no se tenían que desplazar a Tinduf. Las mujeres llaman más, así pasan el tiempo. Pero además tienen grandes dotes comunicativas que les permiten tener buenas relaciones con el exterior y seguir manteniendo las ayudas y las relaciones.

Posteriormente puso una perfumería a medias con su tío. Este enfermó y gracias a una invitación pudo irse a España. Para poder comprar género tenía que cerrar la tienda y decidió desprenderse definitivamente de ella y abrir un taller con la ayuda de su tío y sus hermanos juntando 15.000 €. Vendió la perfumería "la compré por 300 € y la vendí por 800 € en tres años" . Su tío enviaba vehículos y piezas desde España, "aunque en este negocio no todas las piezas sirven, algunas hay que modificarlas o pasarse por los desguaces hasta encontrar las apropiadas". Su tío ingresa dinero en una cuenta de España por la venta de los coches que llegan por las Islas Canarias y Mauritania. Los hermanos recogen el dinero ganado en bancos de Argelia o Mauritania. También hay quien trae el dinero en mano pero es poco seguro. Ese dinero se redistribuye entre las familias y los necesitados, para principalmente acceder a una mejor alimentación. Emerge también un sentido de la propiedad dentro de la economía del refugio relacionado con la idea de invertir en algo más valioso y productivo al que sacar rentabilidad, propio de las economías de mercado.

La variación de los precios de consumo entre los años 1994 y 2006 es considerable. A partir de 1994, cuando emerge el comercio motivado por la entrada de dinero, surgen tiendas pequeñas y los productos adquieren un valor de venta. La mayor variedad de productos fomenta el comercio y una mayor movilidad en los precios y en los intercambios. Desde el año 2000 el comercio es una actividad consolidada, aunque no regulada, sino informal. Los productos frescos y en general de alimentación provienen de Argelia (Tinduf), el resto y en mayor medida, de la Cooperación. Los campamentos también suponen una competencia para Argelia, ya que los saharauis por ejemplo, compran los dátiles a los argelinos muy baratos y luego se los venden a los mauritanos por un precio más barato que el de los argelinos. Los camellos y cabras vienen del bedia o de países cercanos. De Mauritania, e incluso de España, viene la artesanía, la ropa, la cosmética y la electrónica.

Daremos una imagen del coste de la vida mediante una serie de tablas. Entre los gastos periódicos, en ropa y bazar, que son imprescindibles desde el punto de vista social y de la supervivencia, y si tenemos en cuenta que la vía de ingresos es nula o muy escasa de manera formal, su falta pasa a convertirse en un obstáculo para desarrollar una vida normalizada.

Durante la guerra disponías de un par de camisas y de pantalones para todo el año. Hoy, gracias a las vías informales de entrada de dinero hay más poder adquisitivo. Pero el coste de los artículos también han subido, aunque muchos productos sean fabricados en China y su precio sea más barato, y también se consume más porque el desierto lo desgasta todo.


Tabla 5. Precios en el bazar y vestimenta. (Fuente: Elaboración propia, febrero 2006) (22)(23).

Hemos cogido una muestra teórica de un niño, un adolescente y dos adultos, que formarían un supuesto grupo doméstico europeo, distinto de la familia extensa-relacional saharaui, que nos permite comparar con la realidad y concluir que existe un déficit alimentario. El PAM no considera que la población haya aumentado de la misma manera que lo considera el Frente Polisario. Sin embargo, es un hecho que la población ha aumentado debido al proceso de paz y al aumento de matrimonios y nacimientos, y que existe un déficit alimenticio. A ello se suma la falta de stock alimentario.

La última tabla del PAM (24) sobre provisiones para la garantía de la vida son de 2004, y aunque 2007 admite las mismas cantidades, desde entonces ha descendido la ayuda con motivo de las quejas por el comercio y su venta por otros productos. Las Caravanas y la ayuda de otras instituciones como la AECI, Ayuntamientos, Asociaciones, son un alivio para este auxilio intermitente y mal calculado en el que se ha convertido una ayuda humanitaria de continuas acciones de emergencia.


Tabla 6. Coste de la alimentación sana en los campamentos (Fuente: Elaboración propia, 2006)
 (25)(26)(27)(28)(29).

Presentamos también una tabla muy ajustada de los elementos más esenciales para la boda, con el objetivo de presentar el coste teniendo en cuenta las vías de ingreso. La ayuda de los amigos y familiares es fundamental.


Tabla 7. Coste de una boda. (Fuente: Elaboración propia, febrero 2006).

Finalmente, además del coste de la alimentación que podemos calcular para un tiempo determinado, sumamos el coste de la boda, el coste de la vestimenta y el bazar, y finalmente el coste de la casa.


Tabla 8. Promedio del coste de una casa. (Fuente: Elaboración propia, febrero 2006).



Mapa de los marsas más importantes. (Fuente: Elaboración propia, 2006). 



 

Notas

1. Para ampliar información sobre este tema tenemos: Mohamed-Fadel ould Ismaïl ould Es-Sweyih, La République sahraouie, París, Ediciones L'Harmattan, febrero, 2001. Versión en castellano en:
http://www.arso.org/rep.saharaui.htm (páginas 23-68).

2. Sería interesante discutir sobre si es pertinente o no en una economía del refugio poner medidas recaudatorias y redistributivas que resuelvan situaciones de crisis cuando los sistemas impositivos generan mayor presión sobre los ciudadanos y ahogan las inversiones. Estos remanentes podrían venir de la propia cooperación y de actividades comerciales más reguladas y con riesgo de generar grandes diferencias sociales.

3. Programa de verano para los niños saharauis en países amigos en carácter de acogida con una familia para restablecer su déficit alimenticio y ofrecerle nuevas posibilidades de ocio que en los campamentos no hay. Durante la estancia se crean lazos afectivos y económicos que continúan incluso después del regreso del niño con su familia biológica. En ocasiones se establecen acuerdos entre las familias para que el niño se quede en España pero en otras ocasiones se han intentado que el niño se quedara en España en contra de la voluntad de la familia biológica.

4. Se habla de 301 tipos de meteoritos con precios de hasta 8.000 euros el gramo que se recogen en la zona libre y se pasan a Europa a través de Mauritania.

5. Zona del desierto habitable donde la vegetación y el clima permite la vida, sino continua, sí al menos estacionalmente. En esta zona que puede llegara ocupar varios países se alimentan las personas y el ganado. El mercado de ganado se llama Rag el Haya, y el ganado en venta eyhab.

6. Estos lugares son marroquíes y suenan extraños cuando la gente los lee.

7. En los últimos años, UNHCR ha facilitado las visitas y contactos entre familiares saharauis refugiados en Tinduf y sus familias en los territorios ocupados. Hace sólo cuatro semanas, UNHCR ha dotado de un presupuesto de US$3.5 milliones para continuar con estas medidas. Ginebra, 13 de febrero (UNHCR).

8. Conocimiento y transformaciones sociales: Una exploración de las innovaciones institucionales para el desarrollo de las capacidades en la Comunidad Autónoma de Madrid. Ayudas para la realización de proyectos de investigación en humanidades, ciencias sociales y económicas. Orden 1452/2004 de 16 de abril.

9. El concepto de nasrani es fundamental a la hora de entender las relaciones con otros pueblos durante la colonia y durante el periodo de la cooperación en estos años de refugio. Ha habido un proceso de diferenciación y especificidad colectiva, que ahora se define en la lucha política, pero que se generó en los momentos de rechazo contra el colonialismo como movimiento de liberación. Es una reacción natural cuyo objetivo es la recuperación de la propia historia, la memoria y la oralidad, y el derecho a escribirla por ellos mismos. Obviamente, el contacto con el otro es necesario, y el saharaui ha sabido entender esta dinámica para imaginar nuevas alternativas de futuro.

10. http://www.aeci.es/03coop/1activ_coop/index_geog.asp

11. Protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales (2005):
http://portal.unesco.org/en/ev.php-URL_ID=29008&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

12. Mohamed-Fadel ould Ismaïl ould Es-Sweyih, La République sahraouie, Ediciones L'Harmattan; Paris: febrero, 2001. Versión en castellano en:
http://www.arso.org/rep.saharaui.htm (página 68)

13. http://www.arso.org/UNMS-1.htm

14. Capacidad de cambiar un proyecto gubernamental fortaleciendo a la sociedad civil desde su participación organizada.

15. Informe del 13 de febrero de 2007 UNHCR (bianual).

16. Informe de Ron Redmond el 23 de enero de 2007 en el Palacio de la ONU en Ginebra.

17. Compuesto por regiones, batallón (3 compañías), compañías (3 pelotones), pelotón (3 escuadras), escuadra (2 células), y célula (5 personas).

18. Constitución Saharaui art. 32 (hoy reformada por el X Congreso en 1999), en:
http://www.ub.es/solidaritat/observatori/esp/sahara/documentos/rasd.htm

19. Consideramos que 1 dinar equivale a 1 céntimo de euro, pero normalmente su valor varía respecto al euro según el mercado negro de Nouakchott. Durante el año 2003 el dinar estaba más barato (por cada 100 dinares tenías 110 céntimos de euro) y en el 2006 más caro (por cada 100 dinares tenías 0,92-0,95 céntimos de euro).

20. El franco toma el nombre de la moneda francesa pero no su valor, que es un medida autóctona inventada.

21. David de Juan Canales, "Oigo una voz caminando", en Conocimiento y transformaciones sociales. Madrid, Editorial SEPHA, 2007.

22. Exponemos algunos objetos cotidianos con el fin de hacernos a la idea del coste familiar. Por ejemplo no hemos incluido objetos o productos relacionados con el aseo personal.

23. Exponemos elementos de la vestimenta básicos y sin profundizar en cuántos serían necesarios.

24. http://www.wfp.org/operations/current_operations/project_docs/101721.pdf (página7)

25. Normalmente se bebe agua de las cisternas, muy fluorada, que provoca que los dientes se ennegrezcan. Consideramos necesario que las personas beban agua salubre, y para ello hay que pagarla. El verano es tan caluroso y seco que el agua del cuerpo se evapora rápidamente, por lo que es necesario incrementar su consumo y el gasto.

26. En tetrabrik es de leche de vaca. La leche en polvo ½ k. sube hasta 1,30 €. Se prefiere leche de camella porque tiene más alimento y menos grasas según la tradición.

27. Hablamos de la harina que trae el PAM u otras instituciones, pero a veces no es suficiente puesto que se utiliza para hacer pan casero o tortas fritas de harina con azúcar.

28. El PAM suministra azúcar, pero no en cantidades suficientes, ya que es un producto saludable muy utilizado para hacer el té, y por lo tanto un elemento cultural imprescindible en las reuniones sociales. En torno al té existe una importante actividad social.

29. El PAM e instituciones oficiales envían aceite, normalmente de girasol, que da para muy poco uso.
 


 

Bibliografía

Bonelli R, Juan
 1944 El problema de la colonización. Madrid, CSIC.

Caro Baroja, Julio
 1990 Estudios saharianos. Madrid, Júcar.

Corán. Barcelona, Herder, 1990.

Juliano, Dolors
 1999 La causa saharaui y las mujeres. Barcelona, Icaria.

ould Ismaïl ould Es-Sweyih, Mohamed-Fadel
 2001 République sahraouie. París, L'Harmattan.

Smith, Anthony D.
 2000 Nacionalismo y modernidad. Madrid, Itsmo.




Recibido: 4 diciembre 2009  |  Aceptado: 6 marzo 2010  |  Publicado: 2010-04


 Gazeta de Antropología
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