La construcción simbólica del Franquismo. Mitos, ritos y discursos para la legitimación del Nuevo Estado
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Cobo Romero, FranciscoEditorial
Centro de Estudios Andaluces
Date
2015-04Referencia bibliográfica
Cobo Romero, Francisco. La construcción simbólica del Franquismo. Mitos, ritos y discursos para la legitimación del Nuevo Estado. La Articulación del Franquismo en Andalucía. 2015. ISBN: 9788494268359
Abstract
Quizás debamos reconocer a la dictadura franquista una indudable eficacia en
la materialización de las diferentes estrategias ensayadas en su inquebrantable búsqueda
de adherentes. Entre todas ellas, destacaríamos la potenciación de la imagen carismática
del general Franco, y la consiguiente atribución a su sublimada figura del cumplimiento
de una supuesta función mesiánica, asociada a las ‛sobrenaturales características’ de su
personalidad castrense, viril y heroica. Un éxito similar cosechó la laboriosa fabricación
del Mito de la Victoria, cincelado sobre la identificación del triunfo de los rebeldes en la
Guerra Civil con la honorable apertura de una jubilosa etapa de Refundación Nacional.
En definitiva, pensamos que el régimen franquista constituyó por sí mismo un proyecto
de ordenación política instalado sobre la construcción de una imagen fabulada de la
Nación. Tal proyecto se vio rodeado de un universo simbólico y un imaginario mítico
hasta entonces inexistentes, aún cuando ambos deviniesen herederos de una dilatada
trayectoria de pensamiento antiliberal. Un proyecto, en definitiva, erigido sobre la
exaltación de una extensa panoplia de significados culturales de naturaleza fascista,
tradicionalista, ultracatólica y reaccionaria, al que se adhirió un sinnúmero de
representaciones y figuraciones pródigamente difundidas, que experimentaron una
redefinición altamente decantada durante la Guerra Civil. El naciente régimen
franquista trató, pues, de conferir uniformidad a las difusas e imprecisas expresiones
antidemocráticas y antiparlamentarias interpretadas, cada vez con mayor convicción a
medida que avanzaba la experiencia política de la II República, por una heterogénea
mezcolanza de grupos sociales. Este esfuerzo hizo posible que todas estas expresiones
de naturaleza antiparlamentaria y antiliberal alcanzaran una redefinición impulsiva y
movilizadora, obtenida mediante su instalación al servicio de un glorioso proyecto de
regeneración patria. En su permanente búsqueda de un espacioso y multiforme agregado
social de adherentes, la dictadura porfió en la gestación de un nutrido imaginario,
exaltador de las virtudes espiritualizadas y eternas de la Nación Hispana.