Análisis de género del mercado laboral, el nivel educativo, la vivienda y variables regionales socioeconómicas con la salud percibida de los españoles y europeos
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Godoy Bermúdez, AmandaEditorial
Universidad de Granada
Director
Martín Martín, José JesúsDepartamento
Universidad de Granada. Programa de Doctorado en Ciencias Económicas y EmpresarialesFecha
2024Fecha lectura
2024-09-26Referencia bibliográfica
Amanda Godoy Bermúdez. Análisis de género del mercado laboral, el nivel educativo, la vivienda y variables regionales socioeconómicas con la salud percibida de los españoles y europeos. Granada: Universidad de Granada, 2024. [https://hdl.handle.net/10481/97509]
Patrocinador
Tesis Univ. Granada.; Fundación Biosanitaria de Andalucía Oriental para la realización del proyecto de investigación “Impacto Regional y de Género de las Características del Mercado Laboral en la Salud” (PI-0457-2016)Resumen
Esta tesis doctoral examina desde una perspectiva de género la influencia de
distintas variables de desigualdad económica, estatus social y de políticas de gasto
público sobre la salud percibida de los ciudadanos españoles (2014-2017) y europeos
(2011-2014), a través del análisis de la relación de la salud percibida con la educación,
el desempleo y el gasto sanitario público en España entre 2014-2017 y el análisis de la
relación de la salud percibida con la tenencia de la vivienda, la pobreza energética, el
gasto sanitario público y el gasto social en 24 países europeos entre 2011-2014, todo
ello diferenciado por género y usando como cimiento el marco teórico de referencia de
la Organización Mundial de la Salud de los determinantes sociales de la salud.
En primer lugar, se realiza una revisión de la literatura en la que se identifican
evidencias contrapuestas e insuficientes en determinados aspectos, como las
incipientes investigaciones que focalizan su análisis en las diferencias por género.
Mientras que la mayoría de los estudios confirman que un mayor nivel educativo
conlleva una mejor salud, la evidencia sobre la influencia del desempleo en la salud no
termina de ser homogénea. Por su parte, los trabajos que se centran en la brecha de
género existente entre el régimen de tenencia de la vivienda y la salud son limitados y
contradictorios, ocurriendo lo mismo con el análisis de la pobreza energética como
variable de interés. Por último, la literatura sobre la influencia del gasto sanitario en la
salud percibida arroja resultados dispares y ciertos estudios apuntan que las políticas
sociales tienen una mayor influencia en la mejora de la salud de la población.
A continuación, en este documento se da paso al análisis de datos, donde se expone
el ámbito de estudio, la metodología empleada y el software utilizado, Stata.
Concretamente, por una parte, se construye una base de datos a partir de los
archivos de microdatos longitudinales de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) y el
Informe Estadístico de Gasto Sanitario Público para la serie temporal 2014–2017,
compuesto por 8.331 mujeres y 8.111 hombres de entre 16 y 60 años residentes en
alguna de las 17 comunidades autónomas que componen nuestro país. Las variables que
se encuentran en dicha base de datos son salud percibida, edad, sexo, enfermedad
crónica, situación laboral, nivel de estudios, renta disponible del hogar, carencia
material severa, baja intensidad del empleo en el hogar, el indicador AROPE y el gasto
sanitario público por cápita. Por otra parte, se construye otra base de datos a partir de los archivos de microdatos
longitudinales de la Encuesta Europea de Condiciones de Vida (EU-SILC) y Eurostat para
la serie temporal 2011-2014, y que, tras el criterio de inclusión (población mayor de 15
años), incluyó un total de 175.365 mujeres y 155.525 hombres que residen en alguno de
los siguientes 24 países europeos: Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, República Checa,
Estonia, Grecia, España, Finlandia, Francia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania,
Luxemburgo, Letonia, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia, Eslovenia,
y Reino Unido. Las variables que componen esta segunda base de datos son salud
percibida, edad, sexo, enfermedad crónica, situación laboral, nivel de estudios, renta
disponible del hogar, pobreza energética, tenencia de la vivienda, gasto sanitario como
% del PIB y gasto social como % del PIB.
En multitud de áreas de investigación se trabaja con bases de datos en las que se
pueden establecer estructuras jerárquicas. Con la utilización de los modelos de
regresión tradicionales, únicamente se contempla la variabilidad entre sujetos,
conducente a una subestimación de la varianza que da lugar a interpretaciones
incorrectas, así como a problemas conceptuales como las falacias ecológica y atomista.
Por otra parte, el análisis de medidas repetidas (datos longitudinales) ha supuesto un
reto para la estadística aplicada por el manejo de la interdependencia de las
observaciones repetidas sobre cada individuo y la limitación de los métodos clásicos que
requieren disponer del mismo número de observaciones para cada individuo. Todos
estos inconvenientes son sorteados por los modelos multinivel, cuyos inicios se sitúan
en el campo de la educación y salud, pero se han extendido al ámbito de las ciencias
sociales. Estos modelos permiten determinar separadamente el efecto directo de las
variables explicativas individuales y grupales, si las variables explicativas de grupo
modelan las relaciones a nivel individual, y la variabilidad de los individuos y la de los
grupos a los que pertenecen. Las ventajas de usar este tipo de modelos son numerosas,
pues al modelar cada nivel de jerarquía proporcionan una versión más realista con
mejores estimaciones y no necesitan la hipótesis de independencia entre las medidas
de la variable dependiente. Los datos longitudinales se pueden ver como datos
multinivel con medidas repetidas anidadas dentro de los individuos. En su forma más
simple, esto conduce a un modelo de dos niveles, con la serie de medidas repetidas en
el nivel más bajo, y los individuos en el nivel más alto. Particularmente, en este estudio se especifican modelos multinivel longitudinales
con especificaciones tanto logística (con la salud percibida colapsada en buena y mala
salud) como lineal (pudiendo percibirse la salud como muy mala, mala, regular, buena o
muy buena), de tres niveles (nivel 1, año, nivel 2, individuo y nivel 3, comunidad
autónoma) a partir de la base de datos española para el periodo 2014-2017,
considerando en primer lugar toda la base de datos y estimando posteriormente de
forma independiente una variedad de modelos para mujeres y hombres.
De otro lado, a partir de la base de datos europea se especifican modelos de
regresión logística multinivel longitudinal (con la salud percibida colapsada en buena y
mala salud) de tres niveles (nivel 1, año, nivel 2, individuo y nivel 3, país) para el periodo
2011-2014, inicialmente de manera conjunta y a continuación para mujeres y hombres
por separado.
Del estudio de la base de datos española se obtiene en términos globales que el
desempleo se asocia con peor salud percibida, que niveles educativos inferiores se
relacionan con una peor autopercepción de la salud y que ser mujer se asocia con
reportar peor salud que los hombres, mientras que, según el análisis diferenciado por
género, un bajo nivel educativo se asocia con una peor salud en las mujeres, en tanto
que el desempleo se relaciona negativamente con la salud solo de los hombres. El gasto
regional en salud pública per cápita no está estadísticamente asociado con la salud
percibida en ninguno de los modelos.
De los análisis realizados a partir de la base de datos europea se obtiene ,en primer
lugar de manera conjunta, que encontrarse en situación de pobreza energética se
relaciona sustancialmente con percibir una peor salud, que no ser propietario de la
vivienda donde se habita se asocia con una peor autopercepción de la salud y que ser
mujer se vincula con reportar peor salud que los hombres. Del mismo modo, los análisis
diferenciados por género muestran evidencia de un deterioro significativo de la salud
de las mujeres que viven de alquiler y señalan a la pobreza energética como variable
asociada negativamente con la salud tanto en mujeres como en hombres. El gasto social
como % del PIB se postula como factor protector de la salud de ambos sexos y el gasto
sanitario como % del PIB no es estadísticamente significativo en ningún caso.
Obtenidos los resultados, el presente texto ofrece una discusión de los mismos,
estableciendo una comparativa con la literatura disponible y presentada en los antecedentes, así como indicando las limitaciones identificadas a lo largo de la
investigación llevada a cabo.
Finalmente, esta tesis concluye destacando la importancia de una comprensión
pormenorizada de la influencia de variables relacionadas con el estatus social y laboral
y las condiciones de vivienda en la salud percibida de los ciudadanos europeos para un
diseño efectivo de políticas públicas preventivas destinadas a paliar estos efectos
negativos y las desigualdades de género existentes. Así, el desarrollo de programas de
empleo efectivos, de reformas del mercado laboral, de sistemas de protección para los
desempleados y de ayudas económicas hacia aquellos en mayor riesgo de privación
social, puede resultar más beneficioso para evitar riesgos para la salud que el mero
aumento del gasto sanitario agregado; del mismo modo que, el perfilado de políticas
públicas a nivel europeo que aborden la pobreza energética y favorezcan las condiciones
de habitabilidad de la población de la mano de un incremento en el gasto social puede
jugar un papel fundamental en la prevención de enfermedades y la mejora de la calidad
de vida de los ciudadanos.