Industria 4.0 y Fiscalidad. Los sistemas tributarios frente a los avances en robótica e inteligencia artificial

Abstract

Desde que a comienzos del año 2017, Bill Gates plantease el posible establecimiento de un impuesto específico sobre los robots, numerosos son los organismos, organizaciones, instituciones, y autores, entre los cuales nos encontramos, que, con curiosidad en nuestro caso, se han acercado al estudio del impacto que los avances en la tecnología robótica e inteligencia artificial pueden producir sobre nuestros sistemas tributarios y de seguridad sociales. El planteamiento del discurso del cofundador de Microsoft es bastante simple: si los robots están ocupando (y ocuparán con mayor intensidad en el futuro próximo) puestos de trabajo hasta este momento desempeñados por trabajadores (personas físicas), lo natural es que dichos robots contribuyan, a través de impuestos y cotizaciones sociales, del mismo modo que los trabajadores. Partiendo de la base de que los avances tecnológicos siempre han suscitado cierto recelo, y en particular, el temor a la desaparición del factor trabajo por la tecnología es un tema recurrente (aunque también es cierto que hasta la fecha no ha sido objeto de una imposición específica); en este trabajo pretendemos analizar si resulta posible, oportuno y conveniente, en estos momentos, plantear el posible establecimiento de un impuesto que grave el trabajo ejecutado por robots, o en su caso, el uso o mantenimiento de cada robot, tal y como se planteó en la Propuesta de Resolución del Parlamento Europeo con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre normas de Derecho civil sobre Robótica de 27 de enero de 2017. Para ello, analizaremos, en un primer momento, el impacto que los progresos en la tecnología robótica puede tener sobre las finanzas públicas (especialmente, sobre el sistema tributario y de Seguridad Social de nuestro país), para, a continuación, señalar cuáles son las principales vías de actuación que se pueden emprender desde la política fiscal, y si, entre ellas, se encuentra, precisamente, la aprobación de un impuesto sobre los robots (robot tax).