Nuevos especificadores diagnósticos del trastorno bipolar
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García Jiménez, JesúsEditorial
Universidad de Granada
Director
Gutiérrez Rojas, LuisDepartamento
Universidad de Granada. Programa de Doctorado en Medicina Clínica y Salud PúblicaMateria
Trastorno bipolar Diagnóstico
Fecha
2022Fecha lectura
2022-05-13Referencia bibliográfica
García Jiménez, Jesús. Nuevos especificadores diagnósticos del trastorno bipolar. Granada: Universidad de Granada, 2022. [http://hdl.handle.net/10481/74970]
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Tesis Univ. Granada.Resumen
Los manuales diagnósticos DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales) y CIE (Clasificación Internacional de los Trastornos Mentales) recomiendan el uso de
los Especificadores Diagnósticos (ED) para subrayar la importancia de determinadas
características relativas a la descompensación actual o a la propia evolución del trastorno. En el
trastorno bipolar (TB) han sido descritos un total de nueve ED cuya presencia, en general,
implica una peor evolución clínica o una peor respuesta al tratamiento. La polaridad
predominante (PP), definida como la tendencia en el paciente a presentar recaídas maníacas o
depresivas; la polaridad de inicio (PI), que hace referencia a la polaridad del primer episodio y
el inicio precoz del trastorno (IPT), son características del paciente con implicaciones en el
pronóstico y que actualmente se están analizando como futuros ED del TB.
En primer lugar, se llevó a cabo una revisión sistemática actualizada para determinar la
asociación con factores demográficos, clínicos y terapéuticos de la PP. También se describieron
las implicaciones clínicas, diagnósticas y terapéuticas de la PI y del IPT. A continuación, se
seleccionó una muestra ambulatoria de 108 pacientes TB sobre la que se analizó la asociación
entre la PP, PI e IPT con numerosas variables sociodemográficas, clínicas y terapéuticas. El
modelo estadístico mostró que la PP depresiva estaba asociada independientemente con la PI
depresiva, una mayor gravedad clínica según la escala CGI (Clinical Global Impression) y
mayor discapacidad laboral medida por la escala de Sheehan (Sheehan Disability Inventory).
Por su parte, la PI de tipo depresiva estuvo asociada a la PP depresiva, a un mayor retraso
diagnóstico, mayor discapacidad familiar en la escala de Sheehan y diagnóstico de TB tipo II.
Finalmente, los pacientes con un IPT (≤20años) presentaban más antecedentes de síntomas
psicóticos, eran más jóvenes, estaban siendo tratados con antipsicóticos con más frecuencia,
tenían un mayor grado de retraso diagnóstico y también mayor nivel de apoyo social de acuerdo
a la escala SASS (Social Adaptation Self-evaluation Scale).
Los pacientes de polaridad depresiva (PP y PI) y los de IPT mostraron, en general, una
peor situación clínica que los de polaridad maníaca y aquellos con un debut tardío del trastorno.
Estos resultados coinciden con hallazgos de investigaciones anteriores, pero también aportan
nuevas asociaciones, como la discapacidad laboral y familiar observada en la polaridad
depresiva y el mayor grado de apoyo social percibido por los pacientes IPT. Por tanto,
determinar la PP, la PI y el IPT puede contribuir a un abordaje individualizado de la patología y,
de esta manera, llevar a cabo intervenciones específicas a nivel psicoeducativo y farmacológico
sobre los aspectos pronósticos más relevantes del paciente.