El programa "Aprender a Convivir en Casa" y su influencia en la mejora de la competencia social y la reducción de problemas de conducta
Metadata
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Benavides Nieto, AliciaEditorial
Universidad de Granada
Departamento
Universidad de Granada.; Departamento de Psicología Evolutiva y de la EducaciónMateria
Educación Competencia social Problemas de conducta
Materia UDC
37 37.014 37.04 5800 5802
Date
2018Fecha lectura
2018-03-23Referencia bibliográfica
Benavides Nieto, A. El programa "Aprender a Convivir en Casa" y su influencia en la mejora de la competencia social y la reducción de problemas de conducta. Granada: Universidad de Granada, 2018. [http://hdl.handle.net/10481/51178]
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Tesis Univ. Granada.; Programa Oficial de Doctorado en Ciencias de la Educación; Tesis doctoral realizada gracias a la ayuda para la formación de profesorado investigador (FPI) del Ministerio de Economía y Competitividad, vinculada al Proyecto I+D titulado El programa Aprender a Convivir en Casa y su influencia en la mejora de la competencia social y la reducción de problemas de conducta (EDU2013-41054-P)Abstract
A pesar de que la estructura familiar, sus funciones, su variedad cultural, el cambio en
las tipologías de familias han variado a lo largo de la historia, las familias continúan siendo
un importante referente para los seres humanos. Las familias cumplen diversas funciones
para su supervivencia y desarrollo, en el periodo infantil se pueden resumir estas funciones en
torno a cubrir tres aspectos clave: el desarrollo óptimo de los hijos e hijas (socialización,
capacidad, autoestima, habilidades y competencia social, normas y límites), el desarrollo de
las familias como conjunto (sentimiento de pertenencia y significación, red de apoyo,
bienestar familiar, soporte económico) y el desarrollo personal y social de cada uno de los
miembros adultos de las familias (vinculado a los cuidados y al apoyo). Las familias pueden
actuar como factor de protección, si satisfacen dichas necesidades, o de riesgo, si condiciona
la probabilidad de que aparezca una situación o problema que comprometa el ajuste de sus
miembros. Por su parte, diversos modelos y estudios apoyan la influencia de las familias (los
estilos educativos, las prácticas de crianza, su percepción de autoeficacia, expectativas
parentales, variables individuales y contextuales) en el ajuste infantil en todas las áreas del
funcionamiento. Esta influencia es bidireccional, progenitores e hijos se influyen
mutuamente. Los problemas de conducta constituyen una preocupación en la actualidad,
mostrando porcentajes de entre 6 al 35 por cierto a nivel internacional y nacional. Si estos
comportamientos no se cortan de forma temprana, pueden derivar en agresividad, desórdenes
de conducta, delincuencia, conducta antisocial, ansiedad o aislamiento social, entre otros. Es en este contexto donde surge la necesidad de implementar programas de intervención
familiar preventivos universales, para apoyar la labor educativa familiar desde las primeras edades. Las familias en pocas ocasiones reciben apoyo para llevar a cabo esta labor
educativa. Dependiendo de varios factores, las familias optarán por utilizar estrategias de
ensayo y error con sus hijos e hijas, repetirán lo que sus padres hicieron con ellos, esperando
obtener resultados parecidos, o intentarán buscar otras formas más adecuadas. La sociedad ha
cambiado y los estilos educativos y las prácticas de crianza se tienen que adaptar a las
necesidades actuales. Although the structure of the family, its functions, its cultural variations, and family
typologies have all varied throughout history, families continue to be an important reference
for human beings. Families fulfill various functions necessary for survival and development.
In the period of infancy, these functions can be summarized in terms of covering three key
aspects: the optimal development of the children (socialization, capacity, self-esteem,
abilities and social competence, norms and limits); the development of the family as a whole
(the sense of belonging and significance, support network, family wellbeing, economic
support); and the personal and social development of each of the adult members of the family
(linked to care and support). Families can act as a protective factor, if they meet the outlined
criteria, or as a risk factor, which affects the likelihood that a situation or problem will occur
that compromises the family members’ adjustment. For their part, diverse models and studies
support the influence of families (educational styles, parenting styles, their perception of
autonomy, parental expectations, individual and contextual variables) on infantile adjustment
in all functional areas. This influence is bidirectional: progenitors and children influence each
other, mutually. Behavioral problems are a cause for anxiety at present, being shown
to be present at anywhere from 6% to 35% at international and national levels. If these
behaviors are not dealt with early, they can develop into aggression, behavioral disorders,
delinquency, antisocial behavior, anxiety, or social isolation (amongst others). It is in this context where we find the need for the implementation of universal
preventative family intervention programs, to support the educational labor of the family
from the earliest ages. Families rarely receive support to carry out this educational labor.
Depending on various factors, families to use strategies of ‘trial and error’ with their children,
repeating what their parents did with them, hoping to obtain similar results, or attempting to
find other, more appropriate, forms of parenting. Society has changes and educational styles
and parenting practices have to adapt to current necessities.