Petu mongenleiñ, petu mapuchengen. Todavía estamos vivxs, todavía somos mapuche. Un Proceso autoetnográfico para la descolonización feminista de las categorías mujer, mapuche, urbana, a través del aborto
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemAutor
Quiñimil Vásquez, DorisDepartamento
Universidad de Granada. Instituto de Estudios de la MujerMateria
Descolonización del feminismo Aborto Pueblo Mapuche Deconstucción de categorías: mujer, mapuche y urbana
Fecha
2012-12-13Fecha lectura
2012-09Patrocinador
Máster Erasmus Mundus en Estudios de las Mujeres y de Género, GEMMA. 4ª ed.Resumen
El presente proceso autoetnográfico es una invitación al cuestionamiento de categorías y prácticas
investigativas, que emergen del imaginario occidental. Su deconstrucción descolonizadora implicó un
tránsito que desvela mis iniciales sesgos etnocéntricos, para resituarme en el juego de espejos del trabajo de
campo, como mujer y mapuche, resignificando la otredad, en el encuentro con lxs otrxs que también son mi
“nosotrxs”; recuperando mi conciencia de pueblo, la lengua, contra-memorias y luchas del pueblo-nación
mapuche y de las mujeres mapuche.
Paralelamente, como intento situado de descolonización feminista, y de la mano de la sabiduría y
generosidad de mis compañerxs y hermanxs de viaje autoetnográfico, hemos dialogado respecto a las
categorías mujer, mapuche y urbana, a través del pie forzado del aborto. En primer lugar, dado el contexto
anti-aborto del Estado de Chile (que lo criminaliza en todas sus formas, construyendo su vivencia como un
trauma) y pro-maternal del pueblo mapuche (que producto de la colonización estigmatiza la práctica
abortiva). En segundo lugar, asumiendo que lo personal es político y teórico, y que el cuerpo, la cultura y la
ciudad son terrenos de disputa entre la colonización y la resistencia; poner en discusión diversas
perspectivas del aborto permite romper imágenes monolíticas, heteropatriarcales y coloniales de las
categorías en cuestión. Finalmente, porque el aborto permite debatir y proponer colectivamente salidas a la
encrucijada entre la defensa de nuestro pueblo (derechos colectivos) y de nuestros derechos como mujeres
(derechos individuales), desde un horizonte de descolonización en general y del útero en particular.
Para ello se propone integrar la demanda de autodeterminación en el territorio soberano que también es el
cuerpo, a través de la reinvindicación del derecho a resolver como lo hicieron nuestras ancestras (con yerbas
abortivas), recuperando nuestra soberanía (suspendida por los poderes hegemónicos) y emergiendo como
práctica corporal de resistencia anti-heteropatriarcal y anti-colonial. This self-ethnographic process is an invitation to question the categories and the practices of research
emerging from the western-eye perception. This decolonizing deconstruction involved a passage, which has
revealed my initial ethnocentric biases and, at the same time, has located me in the mirror game of the
fieldwork as a woman and as a mapuche. In the encounter with the others, whom I consider my “us” as well,
I have re-signified the otherness. This allowed me to recover the conscience of my people, as well as the
language, the countermemories and the struggles of mapuche’s nation-people and mapuche’s women.
In line with this, as a situated attempt of feminist decolonization and along with the wisdom and the
generosity of my partners, brothers and sisters, of this self-ethnographic trip, we have been discussing about
the categories of women, mapuche and urban, through the dissertation of the complicated issue of abortion.
Firstly because, given the anti-abortion context of Chilean State (which criminalizes abortion in all its forms
by building its experience as a trauma) and the pro-motherhood background of mapuche people (which
stigmatizes abortion practices as a result of colonization). Secondly, assuming that what is personal is
political and theoretical as well, and that body, culture and city are the fields of dispute between
colonization and resistance, the fact of discussing about diverse perspectives of abortion enables us to break
the monolithic, heteropatriarcal and colonialist images of the categories in question. Eventually, because
abortion allows to debate and propose collective solutions to the dilemma that stands between the defence
of our people (collective rights) and the one of our rights as women (individual rights), from a horizon of
decolonization in general and of womb in particular.
Hence, I propose to incorporate the demand for self-determination in the sovereign territory of the body,
through the vindication of the right to solve the way our female ancestors used to (with abortive herbs). This
would imply recovering our sovereignty (suspended by the hegemonic powers) and emerging as a corporal
practice of resistance anti-heteropatriarcal and anti-colonialist.