@misc{10481/43432, year = {2016}, url = {http://hdl.handle.net/10481/43432}, abstract = {El estudio neurocientífico de las emociones positivas es, actualmente, un área de investigación en constante desarrollo. Este interés se debe, al menos en parte, a la creciente popularidad de la llamada ‘Psicología Positiva’ (Seligman, 2002; Snyder, López & Pedrotti, 2010). El estudio de los mecanismos psicológicos y neurofisiológicos de las emociones positivas no sólo tiene interés en sí mismo, dado el importante papel que juegan en la protección de la salud y el bienestar personal y social (Coan, Schaefer & Davidson, 2006; Eisenberger et al, 2011; Jonhson & Frederickson, 2005; Kok et al., 2013; Zbozinek, Holmes & Craske, 2015). Puede también ayudar a entender los mecanismos de activación y control de las emociones negativas. Los modelos teóricos que mejor explican el miedo y la ansiedad, por ejemplo, asumen que los dos sistemas motivacionales primarios –el apetitivo y el defensivo- son los que determinan, en última instancia, las emociones humanas. El sistema motivacional apetitivo, (el relacionado con las emociones positivas) puede jugar un papel importante tanto en la generación y mantenimiento del miedo y la ansiedad, cuando se produce un conflicto entre ambos sistemas (Gray & McNoughton, 2000), como en su reducción o eliminación, a través del aprendizaje de señales de seguridad (Rogan, Leon, Perez, & Kandel 2005) o del contracondicionamiento (Paunovic, 1999; Pearse & Dickinson, 1975). El presente trabajo está enfocado en el estudio de los mecanismos corticales y periféricos subyacentes al Amor, a través del procesamiento afectivo de caras queridas. El marco teórico en el que se basan nuestros estudios parte de las teorías evolucionistas reflejadas por Darwin en 1872, en su libro sobre la expresión de las emociones en hombres y animales. La emoción se fundamenta como un conjunto de circuitos motivacionales cerebrales que se desarrollaron muy pronto en la historia evolutiva como medio de apoyo a la supervivencia de los individuos y sus progenitores. Desarrollando esta idea, llegamos a la propuesta de Peter Lang (1968, 1979, 1993, 1995) que considera la emoción como una disposición a la acción (Frijda, 1986), resultante de la activación de determinados circuitos cerebrales ante estímulos significativos para el organismo que se manifiesta a través de tres sistemas de respuesta relativamente independientes: el cognitivo o experiencial subjetivo, el motor o conductual-expresivo y el neurofisiológico-bioquímico.}, organization = {Tesis Univ. Granada. Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico}, publisher = {Universidad de Granada}, keywords = {Afecto (Psicología)}, keywords = {Emociones}, keywords = {Positivismo}, keywords = {Percepción visual}, keywords = {Cara}, keywords = {Neuropsicología}, title = {Mecanismos corticales y periféricos del procesamiento afectivo de caras: Emociones positivas}, author = {Vico Fuillerat, Cynthia}, }