Retos ante el impacto de la COVID-19 en la sanidad en Europa y en España. Hacia un sistema de salud resiliente basado en la equidad, eficiencia, sostenibilidad, enfoque biosocial y digitalización
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemEditorial
Editorial Aranzadi
Fecha
2021Referencia bibliográfica
AAVV.: Salud y asistencia sanitaria en España en tiempos de pandemia covid-19 (Tomo I y II), Monereo Pérez, Rivas Vallejo, Moreno Vida, Vila Tierno, Álvarez Cortés (Dirs.)1ª ed., septiembre 2021, Editorial Aranzadi, páginas 261-338 (Tomo I, capítulo IV)
Patrocinador
Proyecto de investigación I+D+I, Ministerio de Ciencia y Tecnología, "Envejecimiento activo y vida laboral: Trabajadores maduros y pensionistas productivos". DER2017-85096-R. Universidad de Granada; Proyecto B-SEJ-213-UGR18, "Retos de la modernización de la asistencia sanitaria en Andalucía: cohesión interterritorial, envejecimiento y revolución digital". Proyectos I+D+I del Programa Operativo FEDER 2018. Universidad de Granada; Proyecto P18-RT-4634, "Instrumentos para la protección integral de las personas discapacitadas en una sociedad inclusiva y del bienestar. Especial referencia a Andalucía en el marco de las estrategias nacionales y de la Unión Europea. Proyectos I+D+I (PAIDI 2020). Convocatoria 2018. Universidad de Granada; Proyecto de investigación en Programa Estatal de I+D+I RTI2018-094696-B-I00, "Retos, reformas y financiación del sistema de pensiones: ¿sostenibilidad versus suficiencia?". Universidad de Málaga; Proyecto P18-RT-2585, "Los mayores en el contexto del empleo y la protección social: un reto para el crecimiento y desarrollo económico. Un análisis de la realidad andaluza". Proyectos I+D+I (PAIDI 2020). Universidad de Málaga; UMA18 FEDERJA 028, "Las nuevas tecnologías y su impacto en el ámbito laboral y de la Seguridad Social: el impacto socioeconómico de la economía digital". Universidad de MálagaResumen
El derecho a la salud constituye uno de los pilares fundamentales del constitucionalismo democráticosocial mundial y europeo y un núcleo fundamental del Estado Social, pero, además, la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la construcción de una “Unión Europea de la salud”. El Consejo Europeo plantea objetivos estratégicos en tres grandes áreas: gestión de las crisis sanitarias y respuestas a amenazas transfronterizas graves para la salud; suministro de medicamentos e investigación y desarrollo biomédico; y acceso e intercambio de datos sanitarios en el espacio europeo. Uno de los retos derivados del envejecimiento de la población es el aumento de pacientes con enfermedades crónicas o de larga duración o en situación de dependencia y de las personas con discapacidad, por lo que es necesario trabajar hacia un nuevo modelo de atención que integre el ámbito social y sanitario y tenga en cuenta la realidad de la longevidad, la multiculturalidad, la dignidad, así como los aspectos bioéticos y socioculturales. Será necesario la construcción de sistemas de salud resilientes, eficientes y sostenibles, así como la creación de una red de residencias de titularidad y gestión pública, con recursos suficientes en infraestructuras y en personal, y la potenciación de los recursos previstos por la Ley de Dependencia para que las personas mayoras puedan mantenerse en sus domicilios con el apoyo de cuidadores y recursos públicos. Se debe garantizar la coordinación entre la atención social y la atención sanitaria, teniendo como protagonista la Atención Primaria de Salud e incorporando la perspectiva social dentro del ámbito sanitario (reconociendo y potenciando a los trabajadores sociales sanitarios). Dicha integración debe ser liderada desde el sector público, si bien también se propone en la Unión Europea la colaboración en su caso de los sectores privados, en el ámbito de la llamada “silver economie”, en el despliegue de los nuevos sistemas de salud y de cuidados. Otro de los retos más importantes para garantizar la protección de la salud es conseguir la reducción de las desigualdades en materia de salud, tanto socioeconómicas como territoriales, a nivel mundial pero también en el acceso a las prestaciones sanitarias dentro los propios Sistemas Nacionales de Salud, mediante mecanismos eficaces de cohesión y coordinación. The right to health is one of the fundamental pillars of global and European social democratic constitutionalism and a fundamental core of the social state, but the COVID-19 pandemic has also highlighted the importance of building a ‘European Health Union’. The European Council sets out strategic objectives in three broad areas: health crisis management and responses to serious cross-border health threats; medicines supply and biomedical research and development; and access to and exchange of health data in the European area. One of the challenges arising from the ageing of the population is the increase in the number of patients with chronic or long-term illnesses or in a situation of dependency and of people with disabilities, making it necessary to work towards a new model of care that integrates the social and health spheres and takes into account the reality of longevity, multiculturalism, dignity, as well as bioethical and socio-cultural aspects. It will be necessary to build resilient, efficient and sustainable health systems, as well as the creation of a network of publicly owned and managed care homes, with sufficient resources in terms of infrastructure and staff, and the strengthening of the resources provided by the Dependency Law so that the elderly can remain in their homes with the support of carers and public resources. Coordination between social care and health care must be guaranteed, with primary health care playing a leading role and incorporating the social perspective within the health sphere (recognising and strengthening social health workers). This integration must be led by the public sector, although the European Union also proposes the collaboration of the private sector, where appropriate, in the field of the so-called ‘silver economy’, in the deployment of new health and care systems. Another of the most important challenges in guaranteeing health protection is to reduce health inequalities, both socio-economic and territorial, at global level, but also in access to health services within the National Health Systems themselves, by means of effective cohesion and coordination mechanisms.