Un enfoque antropológico a la vía sufí, una mirada sobre el arte sagrado. Comunicando lo incomunicable

Abstract

Este trabajo de investigación ofrece una amplia visión del sufismo "viviente" en el Mediterráneo occidental a través de un análisis del arte contemporáneo. Para comprender el trabajo de un artista sufí es necesario experimentar una etnografía visionaria, que, al igual que la antropología de la trama de Gregory Bateson, se acerque a lo sagrado e interceda en las variedades perceptivas del sujeto encontrado. Sujeto que, en el caso de los artistas sufíes, busca superar los límites mismos de la percepción ordinaria. El yo que observa se dirige hacia espacios simbólicos complejos, fragmentados y visionarios. Siguiendo a Crapanzano, este estudio pretende "recuperar la dimensión poética o al menos estética que ha sido demasiado a menudo ignorada por nuestro análisis etnográfico". Con especial atención a la deconstrucción de los estereotipos relacionados con el mundo islámico, a través de un enfoque multidisciplinario, se analiza el imaginario evocado por Al-Ándalus como un “mito bueno” para promover la difusión de un horizonte de tolerancia y pluralidad, particularmente importante en estos tiempos. Al pasar de un trabajo artístico a otro, se traza un panorama del misticismo sufí: el arte de Hashim Cabrera se conectará con los colores de Rothko, celebrando la contemplación de la luz; las delicadas imágenes del barzaj de Ana Crespo nos conducen al imaginario de Ibn al-ʽArabī y al patrimonio andalusí; las geometrías platónicas de Ligia Unanue nos transportarán a tierras donde la metafísica, la matemática, la física y la geometría confluyen; la obra de Rachid Koraïchi se configurará como un proceso de redescubrimiento de la memoria, una memoria viva, reinterpretada y a la vez una representación simbólica del viaje espiritual. El arte sacro sufí, instrumento de perfeccionamiento espiritual y de búsqueda mística, se convierte en la encarnación visual de las realidades espirituales contenidas en la revelación mística. Las imágenes de estos artistas aparecen investidas de luz y nos recuerdan cómo Argan describe "el uso de la luz" en el Beato Angelico, no como un fenómeno óptico, sino como un concepto teológico: "la luz no tiene origen terrestre, emana de los cuerpos celestiales, como tal no tiene cantidad, sino que es pura calidad".