El Senado, 2003

Abstract

El primero de enero de mil novecientos noventa y seis nacía EL SENADO. Ya en el número de presentación (número cero) se invitaba a los socios de ALUMA a elegir un nombre para su boletín. Después de estos años en que he colaborado con vosotros, empezando por aquel enclenque número 0, en blanco y negro hasta el de marzo de este año, que está feo que uno lo diga, pero que es una preciosidad, ha llegado el momento del colofón que es una forma bonita y muy griega de decir ‘término ’. “ En cualquier actividad, aun en esta pequeñita de dirigir un modesto periódico de un grupo de alumnos universitarios, la gente se hace muy repetida y falta de ideas (hablo de mí, sobre todo ) por lo que fue muy oportuno que pidiera el relevo a nuestra Presidente. (Gracias, tocayo , por acceder a mi petición). Y nada más, os deseo cuarto y mitad de arrojo y bravura, quilos de valor y quintales de acierto a los que os vais a enfrentar con la nueva etapa de EL SENADO. Mis palmadas en las espaldas a los varones y mis besitos cariñosos a las féminas. Que Dios reparta suerte. Un abrazo...

Reflejar en este boletín informativo y cultural de ALUMA toda nuestra experiencia, (enseñanza que se adquiere con el uso, la práctica o el vivir); toda nuestra sabiduría (si no en el conocimiento profundo en ciencias, letras o artes- que eso es privilegio de pocos-) sí en esa sabiduría del pueblo, que dicen da la vida y los muchos años que dedicas a una profesión determinada y, por último, todo nuestro bagaje, nuestra ilusión y nuestro buen hacer, a través de una conducta optimista, reflexiva y prudente; similar a la que nos corresponde ejercer y, que inequívocamente, se espera de nosotros. Es decir: Mayoría de edad, no sólo de años, sino también de sentido común, conocimiento, experiencia , razonamiento y seriedad. En resumen. Todo aquello que nos distingue e identifica. Antes de finalizar el curso 2002-2003, me propusieron colaborar con “ EL SENADO” Al final, y sin saber porqué, (tal vez porque me encanta este tipo de retos) asumí, primero la colaboración, después la coordinación y, más tarde todo lo demás. Como quiera que considero que “ EL SENADO” es la revista de todos y para todos, que tiene que ser plural, rica y variada en opiniones; directa optimista y sincera; pedí de inmediato la colaboración de algunas compañeras de curso. Me respondieron de maravilla. Solicité después el trabajo de directivos y profesorado de ALUMA y del AULA. Sus escritos -experiencia , conocimiento y dedicación- han dado brillo, prestigio y calidad humana, a numerosas páginas de este ejemplar.