Laboratorios estéticos inmateriales. Prácticas artísticas que empiezan se transforman y desaparecen
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Reyes Osma, Jorge AlbertoEditorial
Universidad de Granada
Director
García Gil, Teresa FernandaDepartamento
Universidad de Granada. Programa de Doctorado en Historia y ArtesDate
2024Fecha lectura
2021-04-20Referencia bibliográfica
Reyes Osma, Jorge Alberto. Laboratorios estéticos inmateriales. Prácticas artísticas que empiezan se transforman y desaparecen. Granada: Universidad de Granada, 2021. [https://hdl.handle.net/10481/90407]
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Tesis Univ. Granada.Abstract
A continuación resumiremos los distintos momentos de esta investigación en historia y arte en clave de laboratorios
estéticos inmateriales, con la cual proponemos relaciones aleatorias entre el estado del arte contemporáneo
en Colombia y las dinámicas estéticas que dan forma a lo social. Planteamos una investigación cualitativa
hermenéutica en forma de sistematización de experiencias trabajada a partir de un conjunto de unidades sustituibles,
disímiles y complejas, que nos permitió adentrarnos en las tramas complejas de lo relacional e ir de un
lado a otro entre las teorías y las prácticas de arte en las que hoy se hibridan distintas disciplinas y formas de
saber. En un sentido más amplio, se trata de un arte con horizontes en la esfera social e inmerso entre formas
de recepción compartida, es decir, un arte público, pero no necesariamente para espacios públicos. Hablamos
de lo político. Los laboratorios estéticos inmateriales son una forma de producir y distribuir el arte en conjunto,
con lo cual instituimos su dimensión pública: un espacio de generación de debates acerca de la proyección
social y con intenciones emancipatorias respecto a la estética entendida desde la tradición occidental.
Proponemos al lector un documento de estructura flexible e intercambiable donde producir nuevos enlaces
en tres momentos. El primero de ellos contiene los apartados que fundamentan y organizan la investigación y
donde se elabora un recuento de los trazos históricos de la estética relacional, elaborando un mapa aleatorio
sobre la narrativa canónica y teórico-crítica del arte de la modernidad, y no sobre las obras de arte en sí mismas,
en diálogo con las motivaciones contextuales del proyecto en el que conectamos distintos momentos del
arte en Colombia con intenciones sociales. El segundo momento contiene tres textos conformados en capítulos
interdependientes, con los que intentamos mapear saberes y sensibilidades sobre los intersticios estético-políticos
del arte en las formas de lo social, a manera de ensayos críticos sobre tres aspectos: la producción de
estéticas a partir del cuerpo subjetivado en el arte contemporáneo en Colombia y América Latina, los palimpsestos
territoriales que se deducen de las nuevas formas de ordenar el tiempo en la vida urbana de hoy y, por
último, la potencia productiva, en términos culturales, de los nomadismos que intentan desterritorializar las
prácticas estéticas, de trabajo y de vida. En un tercer momento exponemos la sistematización de la experiencia
de la práctica artístico-pedagógica Coreografías de lo Cotidiano (2012), dinamizada por Gineth Meneses y
Wilson Meneses en el barrio Floralia de la ciudad de Cali (Colombia) y que consistió en una práctica artística
colaborativa que vinculaba a los actores de la comunidad a través de la producción y puesta en común de subjetividades,
por medio de las estéticas de la cotidianidad. Con esta propuesta de sistematización de experiencias
intentamos poner en situación de práctica la dispersión teórica matricial de lo relacional acompañada de
documentos gráficos y audiovisuales.
En los diferentes aspectos teóricos y prácticos que tratamos a lo largo de esta investigación, que denominamos
Laboratorios Estéticos Inmateriales. Prácticas artísticas que empiezan, se transforman y desaparecen,
nos propusimos hacer visibles las formas estéticas que emergen de las nuevas distribuciones del tiempo y la
producción de subjetividades que en ellas tiene lugar, como señales del espíritu cambiante de nuestra época.
Es una idea de estética del tiempo que haría del habitar un lugar de nomadismos, resignificando con ello las
maneras de la producción cultural y artística en Colombia. Nos referimos a un tiempo si se quiere fugaz, que
resitúa los términos sucesivos de nuestra ya diacrónica modernidad en el campo del arte.
A lo largo de esta investigación, configuramos una propuesta de producción de teorías y prácticas sobre el
cuerpo, los territorios, los nomadismos y sus variables en el arte colombiano, con algunos enlaces con el
arte y los influjos culturales internacionales, aludiendo a conceptos claves del arte de colaboraciones. Con
estos buscamos agenciar nuevas líneas de trabajo al confrontarlos con la práctica artístico-pedagógica Coreografías
de lo Cotidiano (2012), mediante un proceso de sistematización de experiencias que en este caso se
plantea a manera de laboratorio estético inmaterial. Es indispensable precisar que en este caso y por razones
de las políticas y los protocolos en Colombia creados para contener la pandemia por COVID-19, debimos
diseñar un laboratorio que funcionara como instalación en los nuevos contextos virtuales, involucrando
puentes de mensajería urbana y dispositivos portátiles a manera de suvenires, con el fin de estimular las
memorias de los participantes sobre sus historias de vida, su barrio y su transformación ciudadana. En otros
términos, diseñamos una práctica estética que devino en mapas de la memoria y que cerramos con una mesa
de conversación a través de la plataforma de videollamadas Zoom, donde pudimos observar la urdimbre de
narrativas socio-estéticas producidas durante el proceso.
Entendemos la sistematización como un instrumento privilegiado de poder político a partir del tejido de recuerdos,
saberes y reencuentros, que convergen en beneficio de la reconstrucción del tejido social, algo que
resulta apremiante en nuestro contexto ante la falta de compromiso ideológico de las instituciones del arte. El
laboratorio estético inmaterial que proponemos es una de las formas posibles de agenciar teorías y prácticas
de arte para mapear el rizoma multicultural urbano de Cali y, con ello, determinar formas de posproducción
en arte menos autónomas y más interconectadas con las realidades sociopolíticas y económicas de la gente.
Formas que también sean menos dependientes del formalismo histórico de las artes visuales en el contexto
colombiano, en el que muchas producciones estéticas populares permanecen a la sombra de los circuitos locales
institucionales del arte.
La propuesta central de esta investigación es hacer de las prácticas estéticas cotidianas un lugar instituyente
de producción artística, crítica y de teorías emergentes, como una alternativa práctica al planteamiento
elaborado por Rancière en su libro El reparto de lo sensible (publicado originalmente en el 2000). Para ello
es crucial implementar paradigmas abiertos e interdisciplinarios, en diálogo con las ideas sobre estética
relacional propuestas por Bourriaud en el libro de ensayos Estética relacional (publicado originalmente en
1998) y la elaboración argumentativa sobre la contextualización socioeconómica y política que precipita la
globalización, que es planteada por Laddaga en el libro Estética de la Emergencia (publicado originalmente
en 2006). Estos textos presentan un nuevo entorno cultural lleno de redefiniciones y prefijos pos, desde donde, como lo anota Escobar en su libro Sentipensar con la tierra. Nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio
y diferencia (publicado originalmente en 2014), sentipensar lo complejo de estas desterritorializaciones en el
arte, abriendo grietas a lo establecido en el hegemónico mundo del arte local e incrementando el juicio público
de las nuevas espectadurías, término que Bishop desarrolla en el libro Infiernos artificiales. Arte participativo
y políticas de la espectaduría (publicado originalmente en 2012). En este último sentido, Laboratorios Estéticos
Inmateriales es una apuesta de palimpsesto de memorias, teorías y prácticas artísticas indisciplinadas para
pensar el arte en lo púbico, incluyendo las innovaciones más radicales de las prácticas de arte y con esto las
formas más controversiales de nuestra historia social.
Esta versión de laboratorio estético inmaterial entre lo real y lo mediático nos permitió ver cómo y de qué manera
la intensa conectividad de la vida contemporánea que han generado internet y sus dispositivos portátiles,
así como los flujos de mercancías globales y los viajes de corta y larga duración con distintas intenciones, ha estimulado
diversas posturas estéticas en el sentido de una infinita gama de percibir los entornos y posproducir
mundos de vida a partir de ellos. Estas posturas estéticas, en todo caso, han beneficiado las micromovilidades
sociales con fuertes incidencias en el empoderamiento de la cada vez más creciente y diversa gama de ciudadanías,
posturas políticas y experiencias de educación popular, una educación que se produce en los intersticios
que las telemáticas iluminan en tiempos breves, donde es posible distinguir del concepto genérico de lo social
a las formas de lo social.
Este entorno de complejidad del arte en Colombia obliga a las prácticas de arte locales con intenciones sociales
a pronunciarse críticamente y en las propias prácticas artísticas, sin necesidad de literatura experta, frente
a la pretendida hegemonía de las instituciones educativas de arte y los centros de promoción cultural como
los museos, las galerías, las salas de teatro y concierto, entre otras acordadas por el establecimiento artístico,
que indudablemente participan con su capital simbólico de la legitimación del poder mediante sus rituales y
sus publicaciones. El laboratorio estético inmaterial, como plataforma de colaboraciones, propone emancipaciones
a este entramado institucional y hegemónico, diseñando estrategias de participación ciudadana en
colectivos interdisciplinares no necesariamente de procedencia filial, con la intención de impulsar procesos
más imaginativos de arte y sociedad. La práctica artística funge como documento teórico y crítico, y es esta
dualidad la que constituye un giro con respecto a las ideas vigentes de producción y difusión estándar del arte,
entre las bifurcaciones que prometen lo posmoderno como forma de reensamblar las producciones culturales
con lo social.
En síntesis, más que una salida a la alienación que provocan las normas, esta investigación plantea el laboratorio
estético inmaterial como una alternativa de posproducción de ágoras urbanas donde las estéticas potencien
nuevos imaginarios de comunidades. En ningún caso se conciben como otro establecimiento del arte;
en cambio, suponen una ruta para introducir de un modo complejo las nociones que, en relación con el arte
público, agencien derivas intersticiales de realidad y estrategias políticas relacionales. Dicho de otro modo,
los laboratorios son palimpsestos que tejen, en los encuentros breves, los rumores de la colmena barrial y las
microacciones políticas de los espectadores-autores.