Deciphering the role of cortistatin in neuro-immune dysregulation and blood-brain barrier breakdown underlying ischemic strokes
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Afficher la notice complèteAuteur
Castillo González, JuliaEditorial
Universidad de Granada
Director
González-Rey, ElenaDepartamento
Universidad de Granada. Programa de Doctorado en BiomedicinaDate
2024Fecha lectura
2024-01-26Referencia bibliográfica
Castillo González, Julia. Deciphering the role of cortistatin in neuro-immune dysregulation and blood-brain barrier breakdown underlying ischemic strokes. Granada: Universidad de Granada, 2024. [https://hdl.handle.net/10481/89851]
Patrocinador
Tesis Univ. Granada.; FPU-program FPU17/02616Résumé
Ischemic stroke is the result of a permanent or transient occlusion of a major brain artery
that provokes irreversible tissue injury and long-term sequelae. Beyond
neurodegeneration, the subsequent energy/oxygen deprivation triggers a cascade of
cellular and molecular events encompassing the nervous, immune, and vascular systems.
Despite ongoing improvements, therapeutic failure remains notorious, and stroke carries
and enormous global burden, being the second leading cause of death worldwide.
Neuroinflammation, blood-brain barrier (BBB) breakdown, and immune deregulation are
the major hallmarks of the pathogenesis and outcomes of brain ischemia. Importantly,
these processes unfold over different spatiotemporal scales, including both responses to
damage and the ensuing attempts at recovery. Understanding the interconnected and
complex mechanisms that globally modulate these responses is essential for developing
successful therapeutic strategies, and also emphasizes the need to comprehensively
explore endogenous mediators. In this context, our study focuses on cortistatin, a
neuropeptide widely distributed neuropeptide in the central nervous and immune systems.
The anti-inflammatory, immunomodulatory, and neuroprotective properties of cortistatin
make it an attractive endogenous target and a novel therapeutic agent for
neuroinflammatory-vascular disorders including stroke. Therefore, our investigation
explores the involvement of this neuropeptide in neuroinflammation, immune
dysregulation, and BBB dysfunction associated with stroke, as well as its potential
therapeutic application. For this purpose, we used the widely-known preclinical model of
stroke MCAO (middle cerebral artery occlusion) in young (3 months old) and middle-aged
(6 months old) wild-type and cortistatin-deficient mice. Our findings reveal that the absence
of cortistatin increases susceptibility to stroke and worsens prognosis in cortistatindeficient
mice (i.e., worsened neurological score, severe microglial activation, impaired
astrocyte scar, disrupted BBB, dysregulated angiogenesis, and exacerbated immune
infiltration and peripheral response). Furthermore, we found that the endogenous lack of
cortistatin predisposes brain endothelium to weakening, leading to increased permeability,
tight-junctions breakdown, dysregulated immune activity, and disrupted and/or deactivated
genetic programming. These pathways, crucial for both basic physiology and repair after
damage (e.g., extracellular matrix remodeling, angiogenesis, response to oxygen,
signaling, and metabolites transport), become dysfunctional, rendering cortistatin-deficient
brain endothelium unresponsive to further injury. Our results also demonstrate that
treatment with cortistatin at later stages in wild-type and cortistatin-deficient mice of both
age groups reverses stroke outcomes. This is evidenced by improved neurological score, smaller lesions, reduced/modulated glial response, regulation of the glial scar formation,
BBB recovery, and decreased peripheral immune response. Importantly, we reported that
cortistatin targets hyperpermeability, tight-junctions disruption, and the inflammatory
response observed after ischemic conditions in the human and mouse brain endothelium.
In conclusion, our results highlight the key role of cortistatin in regulating the intricate
interplay between the nervous and the immune systems, modulating dysregulated cellular
and molecular responses from both systems that could impact brain homeostasis. This
also underscores the importance of shifting the focus of stroke therapies towards
regulating and balancing neurotoxic processes to prevent chronic detrimental responses
rather than entirely halting them. Moreover, our findings suggest that cortistatin-based
therapies may represent a novel multifunctional treatment for ischemic stroke, holding
significant promise compared to interventions targeting only a single aspect of stroke
physiopathology. Finally, the efficient application of these multimodal therapies at later
times and across different ages and phenotypes opens the door for extending the
therapeutic window for many patients who unfortunately do not meet the current clinical
criteria. El accidente cerebrovascular isquémico o ictus se produce debido a la obstrucción
permanente o temporal de una arteria cerebral, generando daño irreversible en el tejido y
secuelas a largo plazo. Más allá de la neurodegeneración, la subsiguiente privación de
energía y oxígeno desencadena una cascada de eventos celulares y moleculares que
afectan a los sistemas nervioso, inmunológico y vascular. A pesar de los continuos
avances en investigación y clínica, el fallo terapéutico sigue siendo notorio y el ictus se
mantiene como la segunda causa de muerte a nivel mundial. La neuroinflamación, la
ruptura de la barrera hematoencefálica (BHE) y la desregulación inmunológica son los
principales rasgos patogénicos de la isquemia cerebral. Estos procesos se desarrollan en
diferentes etapas espacio-temporales, abarcando respuestas agudas al daño, pero siendo
también partícipes en la recuperación posterior. Comprender los complejos e
interconectados mecanismos que modulan estas respuestas es esencial para desarrollar
estrategias terapéuticas exitosas, destacando especialmente la necesidad de explorar
exhaustivamente los mediadores endógenos. En este contexto, nuestro estudio se centra
en cortistatina, un neuropéptido ampliamente distribuido en los sistemas nervioso central
e inmunológico. Las propiedades antiinflamatorias, inmunomoduladoras y
neuroprotectoras de cortistatina le convierten en una atractiva diana endógena y en un
nuevo agente potencialmente terapéutico para trastornos neuroinflamatorios-vasculares
como el accidente cerebrovascular. Por lo tanto, nuestra investigación explora la
participación de este neuropéptido en la neuroinflamación, la desregulación inmunológica
y la disfunción de la BHE asociadas con el ictus, así como su potencial aplicación
terapéutica. Para ello, utilizamos el modelo preclínico de ictus por oclusión de la arteria
cerebral media (MCAO) en ratones jóvenes (3 meses) y de mediana edad (6 meses)
salvajes (wild-type) y deficientes en cortistatina. Nuestros descubrimientos revelan que la
ausencia de cortistatina aumenta la susceptibilidad al accidente cerebrovascular y agrava
el pronóstico clínico en ratones deficientes en cortistatina (empeoramiento del daño
neurológico, activación microglial severa, cicatriz astrocítica disfuncional, BHE
disrumpida, angiogénesis desregulada e infiltración inmunológica y respuesta
inmunológica periférica exacerbadas). Además, encontramos que la falta endógena de
cortistatina predispone al endotelio cerebral a debilitarse, además de aumentar su
permeabilidad, romper las llamadas uniones estrechas, desregular la actividad
inmunológica y desactivar ciertas vías moleculares. Estas vías, cruciales tanto para la
actividad fisiológica básica como para procesos de reparación después del daño (por
ejemplo, remodelación de la matriz extracelular, angiogénesis, respuesta al oxígeno, señalización y transporte de metabolitos), se vuelven disfuncionales, haciendo que el
endotelio cerebral deficiente en cortistatina sea incapaz de responder a daños adicionales.
Nuestros resultados también demuestran que el tratamiento con cortistatina en etapas
tardías revierte los resultados del accidente cerebrovascular en ambos grupos de edad
de ratones y tanto en wild-type como deficientes en cortistatina. Esto se evidencia por la
mejora de la escala de daño neurológico, lesiones isquémicas reducidas, respuesta glial
reducida/modulada, regulación de la formación de la cicatriz glial, recuperación de la BHE
y disminución de la respuesta inmunológica periférica. Es importante destacar que
cortistatina también modula la hiperpermeabilidad de la BHE, la disrupción de las uniones
estrechas y la respuesta inflamatoria en condiciones isquémicas en el endotelio cerebral
humano y de ratón. En conclusión, nuestros resultados destacan el papel clave de
cortistatina endógena en la regulación de la compleja interacción entre los sistemas
nervioso e inmunológico, modulando respuestas celulares y moleculares desreguladas de
ambos sistemas que podrían afectar la homeostasis cerebral. Esto subraya la necesidad
de cambiar el enfoque de las terapias del ictus, orientándolas hacia la regulación y el
equilibrio de los procesos neurotóxicos para prevenir respuestas crónicas perjudiciales en
lugar de detenerlas por completo. Además, nuestros hallazgos sugieren que las terapias
basadas en cortistatina pueden representar un novedoso tratamiento multifuncional para
el accidente cerebrovascular isquémico, con un gran potencial en comparación con las
intervenciones que se solo centran en un aspecto de la fisiopatología del mismo.
Finalmente, la aplicación eficiente de estas terapias multimodales en etapas tardías y en
diferentes edades y fenotipos (considerando posibles cambios interindividuales en
diferentes factores y mediadores endógenos) abre la puerta para ampliar la ventana
terapéutica para la mayoría de pacientes que no cumplen con los criterios clínicos.