De tierra y mar: análisis de las arquitecturas y su relación con el mar en el entorno de la Bahía de Cádiz
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URI: http://hdl.handle.net/10481/68374Metadatos
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2020-07-13Resumen
El interés por el paisaje que nos rodea surge a través del afán por conocernos a nosotros mismos. Los paisajes que habitamos conforman nuestra memoria, definen nuestra forma de ser y sentir y constituyen la base de nuestros anhelos. El paisaje de la Bahía de Cádiz es el paisaje de mi infancia, es el paisaje que junto a otros ha movido mi espíritu. Es un paisaje horizontal en el que se pierde la vista, en el que solo hay hueco para el cielo y su reflejo en el agua, en el que resuenan ecos de un pasado histórico. Es un paisaje de tierra y mar.
La vida en la bahía está completamente condicionada por la presencia del agua, desde la escala territorial a la puramente doméstica, el agua define el territorio y la vida del que lo habita. La bahía es el encuentro entre el agua dulce y salada, entre el océano y el continente y el resultado es uno de los sistemas más característicos y de mayor riqueza: las marismas. Alrededor de estos sistemas se asientan distintos núcleos de población, en torno a ellos los habitantes han ido construyendo su vida. Si el lenguaje con el que el hombre se asienta en el territorio es la arquitectura, ¿cómo se relaciona esta con el mar? Las arquitecturas que encontramos en estas zonas lo son sin arquitectos, resultado de saberes transmitidos de generación en generación. Son resultado de entender el entorno en el que se asientan y poder habitarlo a pesar de sus condiciones más extremas. Sin embargo, y como resultado del progreso descontrolado al que hemos asistido en los últimos siglos, hemos olvidado que la naturaleza y sus recursos son el soporte de nuestras vidas y observamos cómo en muchos casos ecosistemas enteros son amenazados. Por esta razón se hace necesario el conocimiento de nuestro pasado, representado por un patrimonio en algunos casos al borde de la ruina.
En este trabajo se desarrollará el estudio del territorio, del paisaje marismeño y de las arquitecturas que explotaron los recursos del mar para dar respuesta a las problemáticas de la época: los molinos de marea. El objetivo del trabajo no es el de realizar un inventario o catálogo de estas construcciones, sino el de entender el patrimonio marismeño, tan menospreciado a veces, como el fruto del encuentro entre el hombre y la naturaleza. Como manifestación de la capacidad emprendedora de sus habitantes, como reflejo de modos de vida históricos. La relación entre la arquitectura, el paisaje y el agua.