¿Qué inconveniente hay en que lo sepa el público? La ambición profesional de una matrona del siglo XVIII
Identificadores
URI: http://hdl.handle.net/10481/49960ISBN: 978-84-7799-944-7
ISBN: 978-84-92546-37-4
Metadatos
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Ortiz Gómez, TeresaEditorial
España. Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades
Materia
Matronas Comadronas Género Historia de la medicina España
Date
2017Referencia bibliográfica
Ortiz Gómez, T. ¿Qué inconveniente hay en que lo sepa el público? La ambición profesional de una matrona del siglo XVIII. En: Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX. Madrid: Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, 2017. pp. 87-96. [http://hdl.handle.net/10481/49960]
Résumé
En el mes de marzo de 1770, Luisa Rosado, matrona titular del Real Colegio de Niños Desamparados de Madrid desde hacía dos años, envió al Consejo de Castilla una solicitud de permiso para anunciar su práctica profesional a través de la impresión de un cartel. Recurría a la clemencia real tras haber recibido, unos meses antes, la negativa a esta misma petición del
órgano responsable de supervisar los oficios sanitarios, el Tribunal
del Real Protomedicato. Aunque en febrero de 1771 el rey concedió
a Rosado el permiso solicitado, el Protomedicato continuó poniendo impedimentos que ella recurrió en dos ocasiones más, dando
lugar a un expediente de gran riqueza documental que se conserva en el archivo de Simancas. Defendía su solicitud de anunciar sus
servicios basándose en su utilidad pública y en su conocimiento
experto, y se preguntaba: ¿Qué inconveniente hay para que se fijen los carteles? Parece que ninguno; ¿puede hacer [la solicitante] estas operaciones sin impedimento? No hay duda: pues es de su Arte y está aprobada
por el Tribunal del Protomedicato; pues ¿qué inconveniente hay en que lo sepa el público? No se alcanza, y ¿qué desgracias de lo
contrario pueden sobrevenir en criaturas y madres? infinitas, como se está viendo todos los días en esta Corte.