Emoción, perecepción y acción: Emoción como exploración del entorno
Metadatos
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Palma Muñoz, José ManuelEditorial
Universidad de Granada
Director
Acero Fernández, Juan JoséDepartamento
Universidad de Granada. Departamento de Filosofía IMateria
Emoción Percepción Conciencia Filosofía Cultura Acción Conocimiento Constructivismo (Filosofía)
Materia UDC
1 7203
Fecha
2017Fecha lectura
2017-07-12Referencia bibliográfica
Palma Muñoz, J.M. Emoción, perecepción y acción: Emoción como exploración del entorno. Granada: Universidad de Granada, 2017. [http://hdl.handle.net/10481/47429]
Patrocinador
Tesis Univ. Granada. Programa Oficial de Doctorado en FilosofíaResumen
Desde finales del siglo pasado el estudio de las emociones ha experimentado un auge
en una gran diversidad de campos. Disciplinas como la filosofía, psicología, psiquiatría,
neurofisiología, antropología, sociología y economía han vuelto sus miradas hacia
las emociones conscientes de que un análisis completo de asuntos como la mente,
estados psicológicos y neurofisiológicos, los individuos, sociedades, formas de organizarse
y códigos de conducta requieren un examen detallado de los fenómenos
afectivos. Una de las principales razones de esta proliferación de investigaciones sobre
emociones consiste en cierta insatisfacción por la concepción que tradicionalmente
se ha tenido de ellas. Ha sido común pensar que las emociones son fenómenos
pasivos que los sujetos padecen y ante los que poco o nada pueden hacer salvo sufrirlos.
En estrecha relación con el cuerpo, las emociones se conciben como las sensaciones
(por ejemplo de dolor), fenómenos regidos por una causalidad corporal
ajena a la vida racional de los sujetos. Esta imagen simplista no permite apreciar el
papel que de hecho las emociones desempeñan en la racionalidad del sujeto. La insuficiencia
de la imagen tradicional ha derivado en un nuevo acercamiento al estudio
de las emociones desde paradigmas teóricos distintos a los usuales, elaborándose
nuevas propuestas que las caracterizan de forma distinta, e incluso opuesta, a
dicha concepción tradicional. Así, en materias tan diversas como la ética, economía
(teoría de juegos) o neurofisiología se ha constatado la relevancia de las emociones
en procesos racionales como los de toma de decisiones. Las emociones juegan un
papel activo y determinante en los procesos racionales. Parece cierto que la razón
sin emoción no es suficiente para decidir. Se están borrando los límites nítidos que
tradicionalmente se habían establecido entre sentimiento y razón, o emoción y cognición
en términos actuales. A su vez, se está desdibujando la concepción de las emociones
como fenómenos pasivos, fuera del control de los sujetos, y se está constatando
su naturaleza activa y la responsabilidad que los sujetos tienen de ellas.
Pero más allá de este contingente e histórico interés en las emociones, éstas
constituyen un objeto de estudio con un gran atractivo propio que justifica su análisis.
El acercamiento filosófico al estudio de las emociones que acomete este trabajo,
sin perder de vista los conocimientos alcanzados en otras disciplinas como la psicología
o la neurofisiología, es una excelente puerta de entrada a cuestiones tradicionales
de esta disciplina tales como la naturaleza de los estados y procesos mentales,
de la percepción y cognición, su relación con el cuerpo, la intencionalidad, la explicación
de los significados o valores del mundo y cómo se constituyen, la relación
entre estados mentales y lenguaje, etc. La riqueza que atesoran las emociones se
debe a que en ellas convergen toda una serie de elementos de diversa índole que
hace atractivo y, al mismo tiempo, complica su análisis. En la constitución de las emociones participan procesos neurofisiológicos, sentimientos o sensaciones conscientes,
estados mentales o psicológicos, rasgos del entorno y conducta del agente.
La articulación de estos elementos en una visión equitativa y coherente se presenta
como el principal reto a afrontar por las diferentes propuestas: ofrecer una visión
equilibrada que no privilegie uno de estos elementos en detrimento de los otros y
que desdibuje la tarea de alcanzar una imagen completa y equilibrada de las emociones.