Efectos de nuevos aditivos alimentarios sobre la composición de la microbiota digestiva en pollos broiler
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Universidad de Granada
Director
Rubio San Millán, Luis ÁngelDepartamento
Universidad de Granada. Departamento de Fisiología; Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Estación Experimental del ZaidínMateria
Aditivos alimentarios Microbiota digestiva Pollos Nutrición Antibióticos Ajos
Materia UDC
613.2 3206
Date
2016Fecha lectura
2015-12-22Referencia bibliográfica
Peinado Martínez, M.J. Efectos de nuevos aditivos alimentarios sobre la composición de la microbiota digestiva en pollos broiler. Granada: Universidad de Granada, 2016. [http://hdl.handle.net/10481/42252]
Sponsorship
Tesis Univ. Granada. Programa Oficial de Doctorado en: Nutrición Humana; El trabajo expuesto forma parte de dos proyectos concedidos por el Ministerio de Economía y Competitividad AGL2012-32894 “Evaluación de aditivos antimicrobianos y estudio de la correlación entre la composición de la microbiota digestiva y parámetros fisiológicos y productivos en broilers” y AGL2009-11925 “Evaluación de aditivos con potencial actividad moduladora de la microbiota digestiva en pollos broiler en crecimiento”.Abstract
Los objetivos de la alimentación avícola pueden relacionarse en general con dos
grupos de acciones claramente diferenciados: i) satisfacer los requerimientos de las aves para
un adecuado rendimiento productivo, y ii) controlar los ingredientes alimenticios para obtener
una producción sostenible, económica y saludable. Desde una perspectiva económica y
ecológica, la necesidad de mejorar la utilización de la energía procedente de la dieta y la
utilización de nutrientes se están volviendo cada vez más importantes. A este respecto, hay
que prestar especial atención a la digestibilidad de nutrientes y a la exploración de la mejora
de la retención de nutrientes que resulte en un aumento de la utilización energética y
productividad de aves (Cowieson y Ravindran, 2008). Por otra parte, hay que considerar que el
estado sanitario del animal, y la salud gastrointestinal en particular, constituye un factor
determinante tanto desde el punto de vista productivo como sanitario. A su vez, la salud
gastrointestinal depende de muchos factores que incluyen la integridad del intestino, el
balance adecuado de la microbiota y el estado del sistema inmune. Por todo ello, la
composición de las dietas de los pollitos es realmente relevante afectando al desarrollo de
órganos, crecimiento de tejidos y maduración del sistema inmune (Kelly y Conway, 2001).
Los antibióticos promotores del crecimiento (AGP) han sido utilizados durante años
para mantener un determinado estado microbiano de las aves y por ende un adecuado
rendimiento productivo y sanitario (Looft y col., 2012). Sin embargo, debido a la posibilidad de
aparición de resistencias a antibióticos usados con fines terapéuticos, y a sus riesgos
potenciales tanto para la salud tanto humana como animal, la Comisión Europea prohibió en
Junio de 2006, el uso de estos antibióticos en producción animal (EC Regulation No.
1831/2003; http://eur-lex.europa.eu/en/index.htm). Como consecuencia de la entrada en
vigor de esta ley en Europa, empezó a crecer la demanda de alternativas a los AGP, también en
gran parte debido a la aparición de determinadas patologías ligadas a infecciones bacterianas
cuyo foco inicial se localiza en animales tales como infecciones de etiología enterocócica,
estafilocócica y las ocasionadas más frecuentemente como salmonelosis y campylobacteriosis
(Casewell y col., 2003). Estas afecciones del GIT junto con otras (enteritis necrótica aviar),
constituyen una gran preocupación dentro de la industria avícola porque producen grandes
pérdidas productivas, aumentan la mortalidad en las aves y dan lugar a contaminaciones
alimentarias de los productos avícolas de consumo humano.
Evidentemente, es necesario que las alternativas dirigidas en principio a la sustitución
de los AGP no comprometan la salud del ganado ni tampoco la productividad de la industria
actual (Diarra y Malouin, 2014). Un número considerable de estudios se han llevado a cabo en
los últimos años para comprobar la utilidad de ciertos compuestos que pudieran sustituir de
manera eficaz a los antibióticos, hierbas, especias, extractos vegetales y aceites esenciales
(Bozkurt y col., 2009). Dentro de la búsqueda de soluciones que se han ensayado los extractos
vegetales, y muy particularmente los derivados del ajo, tienen un papel relevante debido a su
larga trayectoria como antimicrobianos empleados con fines medicinales desde la antigua
Grecia (Harris y col., 2001). actividad antimicrobiana respecto a bacterias intestinales tradicionalmente descritas
como patógenas o potencialmente patógenas, que causan diarreas y otros desórdenes
gastrointestinales en animales (Amagase y col., 2001; Tatara y col., 2008). Sin embargo, la
literatura es contradictoria a la hora de valorar los efectos de este tipo de derivados en pollos
broiler no sólo en lo que a microbiota y afectación del sistema gastrointestinal se refiere, sino
también a la influencia que pueden tener en el rendimiento productivo y la modificación de
parámetros fisiológicos y digestivos.