Traditional Agrarian Landscapes and Climate Resilience in the Rural–Urban Transition Between the Sierra de las Nieves and the Western Costa del Sol (Andalusia, Spain)

Abstract

The study examines the recent transformation of traditional agricultural landscapes in the transition zone between Sierra de las Nieves and the Western Costa del Sol (Andalusia, Spain), one of the European regions where urban development pressure has reached its peak in replacing agricultural land with residential and tourism uses. Through a diachronic analysis of historical orthophotos (1956–2025), statistical sources (Agricultural Census, SIGPAC), and fieldwork, land-use changes and their impact on ecological functionality and territorial resilience are quantified. Results reveal a widespread loss of agricultural land—exceeding 68% overall—particularly severe in Benahavís, where more than 70% of farmland has disappeared, largely converted to urban areas. In contrast, in Istán and Ojén, the predominant trend is the renaturalization of abandoned agricultural land. These dynamics illustrate a coastal–inland territorial model that epitomizes the Mediterranean “territorial consumption” process, in which tourism-driven urbanization fragments traditional agroforestry mosaics. The study concludes that, despite their regression, traditional agricultural landscapes continue to play a key role in water regulation, soil conservation, and wildfire risk mitigation. Their restoration and maintenance are proposed as a replicable strategy for climate change adaptation and for reconciling territorial sustainability with economic development in other Mediterranean regions under intense urban pressure.

El estudio analiza la transformación reciente de los paisajes agrícolas tradicionales en la zona de transición entre la Sierra de las Nieves y la Costa del Sol Occidental (Andalucía, España), una de las regiones europeas donde la presión del desarrollo urbano ha alcanzado su máximo al sustituir suelo agrario por usos residenciales y turísticos. Mediante un análisis diacrónico de ortofotografías históricas (1956–2025), fuentes estadísticas (Censo Agrario, SIGPAC) y trabajo de campo, se cuantifican los cambios de usos del suelo y su impacto en la funcionalidad ecológica y la resiliencia territorial. Los resultados muestran una pérdida generalizada de superficie agrícola —superior al 68% en conjunto—, especialmente acusada en Benahavís, donde ha desaparecido más del 70% de las tierras de cultivo, transformadas en gran medida en áreas urbanas. En contraste, en Istán y Ojén predomina la renaturalización de terrenos agrícolas abandonados. Estas dinámicas reflejan un modelo territorial costa–interior que ejemplifica el proceso mediterráneo de “consumo territorial”, en el que la urbanización impulsada por el turismo fragmenta los mosaicos agroforestales tradicionales. El estudio concluye que, pese a su retroceso, los paisajes agrícolas tradicionales siguen desempeñando un papel clave en la regulación hídrica, la conservación del suelo y la mitigación del riesgo de incendios forestales. Se propone su restauración y mantenimiento como una estrategia replicable de adaptación al cambio climático y de conciliación entre sostenibilidad territorial y desarrollo económico en otras regiones mediterráneas sometidas a intensa presión urbana.