La migración, ¿solución o problema? La sesgada respuesta de la Unión Europea
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemEditorial
UNED
Fecha
2025Referencia bibliográfica
Porras Ramírez, J. M. (2025). La migración, ¿solución o problema? La sesgada respuesta de la Unión Europea. Teoría Y Realidad Constitucional, (55), 115–140. https://doi.org/10.5944/trc.55.2025.45031
Patrocinador
Departamento de Derecho Político. Facultad de Derecho. UNEDResumen
La mayoría de las personas que llegan a Europa lo hacen por motivos laborales o familiares. Y tan solo una pequeña fracción de ellas accede a la Unión de forma irregular, al no permitírseles o no disponer de otra opción de ingreso. La búsqueda de protección internacional, en cualquiera de sus formas, es otro de los motivos por el que las personas desean ser admitidas en el territorio de la Unión. Esta depende, crecientemente, de la inmigración para sostener su población activa, a fin de atender las necesidades de un mercado laboral propio, claramente insuficiente. A tal fin, precisa afrontar la construcción de un relato positivo acerca de la inmigración, que exige un debate público del que, hoy, se carece, mediante el que se conciencie a la población acerca de cómo gestionar adecuadamente un fenómeno social, en modo alguno coyuntural, generador de beneficios, tanto para quienes llegan como para quienes acogen. Dicha narrativa debería servir de aliciente para la creación de vías de migración regular, legales, ordenadas y seguras. Sin embargo, la desinformación y la ausencia de ese debate público han alimentado planteamientos populistas y xenófobos, por medio de los cuales se demoniza e instrumentaliza la migración, la cual es mostrada como una amenaza, en tanto que competencia desleal que restringe oportunidades a los nacionales. La llamada «crisis de los refugiados» ocasionó un cambio, no sólo demográfico, sino también cultural en los Estados que componen la Unión Europea. Su consecuencia más perdurable la supuso la adopción, en buena medida reactiva, del «enfoque securitario» que ha pasado a inspirar las nuevas políticas de la Unión en materia de control de fronteras, asilo e inmigración, la cual ha alentado una insolidaria política, forjada en interés exclusivo de aquellos Estados miembros que se consideran amenazados, de muy diferentes formas, por el incremento de los flujos migratorios. De este modo, la Unión viene insistiendo en la creación de las vías e instrumentos de contención y rechazo, las cuales están lejos de expresar una auténtica, racional y humanitaria política migratoria común. A ese fin, el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo se ha plasmado en un amplio conjunto de disposiciones que redundan en controles más intensos y efectivos, destinados a la contención y el rechazo de quienes no son considerados merecedores de entrar o permanecer legalmente en el territorio de la Unión. Most people who come to Europe do so for work or family reasons. And only a small frac-tion of them enter the Union irregularly, as they are not allowed or have no other option of entry. The search for international protection, in any of its forms, is another reason why people wish to be admitted to the terri-tory of the Union. The Union increasingly depends on immigration to sustain its active population, in order to meet the needs of its own labour market, which is clearly insufficient. To this end, it is necessary to address the construction of a positive narrative about immigration, which requires a public debate that is currently lacking, through which the population is made aware of how to properly manage a social phenomenon, in no way temporary, that generates benefits for both those who arrive and those who receive. This narrative should serve as an incentive for the creation of regular, legal, orderly and safe migration routes. However, misinfor-mation and the absence of such public debate have fuelled populist and xenophobic approaches, through which migration is demonised and exploited, and is portrayed as a threat, as unfair competition that restricts oppor-tunities for nationals. The so-called «refugee crisis» brought about a change, not only demographic but cultural, in the States that make up the European Union. Its most lasting consequence was the adoption, largely reactive, of the «security approach» that has come to inspire the Union’s new policies on border control, asylum and immigration, which has encouraged an unsupportive policy, forged in the exclusive interest of those Member States that consider themselves threatened, in very different ways, by the increase in migratory flows. In this way, the Union has been insisting on the creation of channels and instruments of containment and rejection, which are far from expressing an authentic, rational and humanitarian common migration policy. To this end, the new Pact on Migration and Asylum has been set out in a comprehensive set of provisions that result in more intense and effective controls, aimed at containing and rejecting those who are not considered worthy of entering or remaining legally in the territory of the Union.