|
||||||||||||||||
|
||||||||||||||||
Los gitanos catalanes, autodenominados calós, son un grupo social que escapa a los tópicos establecidos acerca de los gitanos en general. Su particularidad radica en que son un grupo relativamente bien integrado en la sociedad mayoritaria, que reside en el centro urbano y no en la periferia de ciudades importantes, en cuanto a tamaño y actividad comercial, de Cataluña, Sur de Francia, Baleares y País Valenciano, y uno de cuyos rasgos característicos es que hablan el catalán. El tema que me ocupa se basa en la forma en que una de esas comunidades locales, los calós de Mataró (1), se reproduce como grupo diferenciado a través de las alianzas matrimoniales. El objeto de mi análisis no es tanto el ritual en sí sino la sospecha que si han de mantener, según su tradición, los lazos que les unen como grupo diferenciado, las alianzas entre las diversas familias constituyen el proceso a través del cual la comunidad se reproduce, se perpetúa fiel a sí misma, mantiene una presencia en el mundo. Los calós organizan sus prácticas matrimoniales en un sistema de alianza complejo. Aunque el sistema aparente ser resultado de las elecciones de los individuos, el matrimonio sigue siendo un asunto consensuado con la familia, que en todo caso, se reserva el derecho a proponer, sugerir, y, en ocasiones, imponer. La alianza entre gitanos, preferiblemente, catalanes, es un tipo ideal que se supedita a la ideología de la pureza de la sangre: hay que hacer la raza más pura, limpiando la sangre. Los calós se piensan como una etclase (2), ya que han de resistirse a las demandas de alianza de otros grupos gitanos a los que consideran menos adelantados (3). El matrimonio con payos es más rechazable, especialmente si se trata de una hija con un partenaire payo. Así, los matrimonios que no se ajustan a la norma ideal (casarse con gitanos y catalanes), acarrean unos costes para el respecte (el honor, en términos calós) de las familias. Casarse, y casarse bien, es una acción honrosa que conlleva una acumulación de capital simbólico (4). La virginidad de
la
novia otorga a un principio
como la virtud, la honra (5), un valor
sagrado.
En una sociedad relativamente bien integrada político, social y
económicamente en la sociedad mayoritaria, el énfasis en
el control de la virginidad sobre las mujeres es altamente
significativo
ya que se vincula a la reproducción de la identidad de los
hombres,
que disponen de un útero no contaminado, como garantía
para
dar continuidad a su descendencia y afirmar la pureza de la raça.
La vigencia de este mecanismo remite a la preservación de un
estatus
social diferencial frente a los gitanos no catalanes y los no gitanos. Figuras Aparecen dos
modelos
que señalan ciertas
tendencias en los diversos tipos de alianzas matrimoniales: el
matrimonio
entre primos segundos, de tendencia patrilateral y, a otro nivel, el
matrimonio
del primo del primo, el primo indirecto (6),
en
sus diversas variaciones. El cuadro 1 muestra los datos
estadísticos
del total de matrimonios y su proporción respecto del total, los
cuales, reflejan una significativa endogamia en el seno de la
consanguinidad,
pero una mayor frecuencia en el campo de la afinidad más
cercana.
El número de matrimonios mixtos (gitano/paya -7-, payo/gitana
-1-)
muestra una mínima abertura a las alianzas con los no gitanos,
siempre
del lado de los hombres y, por tanto, un cierto tránsito entre
las
fronteras simbólicas del grupo. El resto de los matrimonios se
sitúan
sin conexión genealógica cercana, pero se realizan entre
familias a su vez aliadas con otras familias, en una
concatenación
continua:
En este sentido, la única “clase exogámica” es la formada por el grupo de parientes que comparten una mayor identidad de sangre, o dicho de otro modo, la familia en sus grados más cercanos: hermanos, hermanas y primos hermanos que no deben casarse entre sí (7). La
figura 2 muestra el total de alianzas entre primos segundos y el
número
en que se repiten dichas estructuras:
El predominio de los hombres en la cadena genealógica de las alianzas sería reflejo de la dominancia masculina (8) y de la dificultad que entraña entregar a las mujeres a otras familias, conjurándose al reservarlas para la línea paterna (9), aunque habiten en otra localidad. Es posible que se realice una lectura patrilineal de los lazos cognáticos, es decir, que aparezca una cierta jerarquización de consanguíneos (10) que, como posibilidad de orientar la elección matrimonial, esté disponible a ser activada. Por otro lado, esa presencia de los hombres en la cadena genealógica sería el indicador que el matrimonio sería un asunto en que los hombres tendrían la última palabra. De hecho, cuando mostraba estos esquemas de endogamia parental y pedía a los hombres y mujeres calós que interpretaran esta inflexión masculina, aparecía una lectura ideológica, anclada en el poder de los valores masculinos, que atribuía a los hombres el “derecho” (11) a concertar o al menos orientar el matrimonio de sus hijas, especialmente, como si el matrimonio fuera un asunto entre hombres: esto es porque dos padres dicen: “ah, ¿ tú tienes una hija?, pues yo tengo un hijo, venga vamos a tomar una copa”, y después decían: “venga tu hija para mi hijo, ¿hecho?” y luego no se podían echar para atrás porque habían dado su palabra. Si entre ellos son familia, primos hermanos, es más fácil todavía”. Como señala Vinel (2000:208) acerca de la alianza por don,subyace a esta lectura la idea que cultivar buenas relaciones entre dos personas conduce fácilmente a la alianza de sus descendientes, en concreto, a dar a la hija en matrimonio. Sin embargo, esta puede ser una lectura más del pasado, tal como manifiestan los calós, que, además, oculta que los contrayentes también deciden por ellos mismos, y en ocasiones, coinciden con los deseos de sus padres sin que lo perciban como una imposición. Entre los calós catalanes, los matrimonios, a diferencia de los Roma eslovenos (que no se casan entre primos paralelos patrilaterales), se realizan entre primos segundos y con una clara tendencia a que estén representados los hombres en la cadena genealógica ascendente. Los calós se comportan de forma similar a los Rom abruzzeses-calabreses (12) y a la inversa de los Roma eslovenos (13), los cuales no se casan nunca dentro de la patrilínea. Sin embargo, los tres grupos tienen en común una estructura bilateral con una fuerte ideología patrilineal. La alianza entre primos segundos evita el intercambio entre familias distantes y, por tanto, se opone tanto a la teoría de la descendencia, que distingue claramente entre descendencia y parentesco, como la de la alianza, ya que no existe exogamia (14). Los calós no distinguen terminológicamente los parientes paternos de los maternos, ni actitudes convencionalmente diversas son apropiadas para ambos, pero el sistema funciona según una lectura masculina de la transmisión de la sangre (que equivale a la identidad), vinculada a la importancia que los hombres toman en la concepción del feto. Así, la inflexión masculina en el aporte de la sangre está en la base de la división de género, y a su vez, es compatible con una concepción bilateral de la sangre de los antepasados (15), cuya gradual recesividad se conecta con el alejamiento del tronco común. La proximidad genealógica no coincide necesariamente con la proximidad social, por lo cual, un primo segundo, pero también un no pariente, con el que existe una interrelación intensa, puede ser rechazado como cónyuge por ser visto como familia. Por tanto, para casarse es requisito que exista un factor de extrañeza, y los primos segundos pueden entrar dentro de esa categoría de “primos” extraños o lejanos, por razones geográficas o ausencia de trato, lo que los convierte en partenaires privilegiados (16). Por otro lado, la idea principal es que la sangre, a través de antepasados masculinos, permanece más idéntica respecto a los troncos de ambas familias, mientras que si aparecen mujeres, esa familia es menos familia, porque ha entrado otra herencia, tu sangre ya no es tan directa. La alianza con la prima hermana es, además, algo que ya no se quiere asumir y que se proyecta en otros grupos gitanos, los castellanos, como signo de no modernidad. En este sentido, es a partir de mediados de este siglo cuando los matrimonios entre primos hermanos dejan de realizarse entre los calós catalanes de Mataró (17). Este hecho, sugiero, marca el tránsito de gitanos a gitanos modernos (18). Casarse con la prima hermana posee una doble dimensión para los calós: a) se quema (19) la sangre y produce taras físicas (existe un discurso de lo sano/insano y una prevención eugenésica), b) se sanciona moralmente: es vergonzoso quedarse a la hija para la propia familia (20), no darla (21), rechazando el intercambio con otras familias, pero también es poco práctico ya que no haces la familia más grande, no amplias el clan. Sin embargo, en un caso específico se produce un tipo de alianza paralela a la sancionada moralmente que se caracteriza por co-aliar a dos primas hermanas paralelas matrilaterales a través de dos hermanos:
En el esquema 28 y 29, dos parientes con cierto aire de consanguinidad se coalían a partir de dos hermanos de distinto sexo:
En todo caso,
los
primos segundos no son tanta
familia, tan “idénticos” (a lo Héritier) como los
primos
hermanos, siendo así cónyuges preferenciales. El primo indirecto El matrimonio
con el
primo indirecto es un
tipo de alianza registrada en diversas áreas del sur de Europa,
y en diversos periodos históricos (22).
En esta figura
se
produce un intercambio entre
dos familias, que se redobla rápidamente en la siguiente
generación
(o posteriores): una repetición relativamente rápida de
una
alianza anterior, con un pariente afín o consanguíneo, en
diversos niveles generacional (23). En la figura 6
aparecen
dos matrimonios (12, 13), cuya estructura se sitúa a camino
entre
la relación de personas en la misma generación (hermano/a
// hermano/a) y la relación de una generación sucesiva
(tío/a
// sobrino/a):
En la figura 7
la
alianza se redobla a través
de un colateral femenino (hermanastra) de la tía del sobrino:
En ambos
esquemas
existe una relación
de germanidad, por un lado directa (entre hermano/a), por el otro,
más
matizada (tío/a//sobrino/a), que da cuenta del cierre de las
familias
sobre sí mismas. En las
siguientes
figuras se muestran los
esquemas de las alianza tío/a- sobrino/a //
tío/a-sobrino/a
en el nivel generacional de los primos indirectos. La 18 y la 22 son
complementarias,
ya que el sobrino del tío maternal en el primer esquema se
transforma
en sobrina en el segundo esquema.
En la figura 9, dos primas indirectas se co-alían a través de dos hermanos, expresando la solidaridad entre dos hermanos y dos primas indirectas. El vínculo entre dos familias es, en este caso, más matizado que en el matrimonio nº 36:
En otros esquemas
se observa cómo se encabalga el nivel generacional, según
la edad relativa de los contrayentes, en uno de los niveles
colaterales.
Los consanguíneos colaterales pueden ser del mismo o de
diferente
sexo:
Así como en
un
nivel ascendente: el primo cruzado matrilateral del ego masculino (23),
el sobrino del primo hermano patrilateral del padre (16) o una sobrina
-distante genealógicamente- del primo hermano paralelo
patrilateral
de su abuelo paterno (20). En el matrimonio nº 33, la
reproducción
de la alianza se produce diferida en el nivel generacional +2. En el
19,
la replicación se realiza a través de dos intermediarios
que a su vez son hermanos de distinto sexo entre sí. En el 34,
el
nivel generacional se alarga desde los ascendientes.
La variabilidad de estos esquemas muestra como los calós parecen jugar con todas las posibilidades de alianza diversificando el campo matrimonial. Visto diacrónicamente es posible que una familia reproduzca una alianza entre dos familias a lo largo de varias generaciones, pero el caso inverso, que no vuelvan a aliarse es también posible. En todo caso, la reproducción de la alianza inicial se realiza de forma relativamente rápida (aunque no es habitual el intercambio entre hermanos y hermanas). El redoblamiento de alianzas expresa un límite: es a partir del intercambio de hermanos y hermanas, como estructura no realizada, que los matrimonios empiezan a celebrarse. Al igual que con el matrimonio entre primos segundos donde el límite es el matrimonio entre primos hermanos, los calós evitan una endogamia cerrada, precisamente allí donde la conciencia de ser demasiada familia es más evidente: evitando el encadenamiento entre pares de parientes lo más cercanos posibles (hermano/a // hermano/a) o el matrimonio dentro de la parentela (primos hermanos). El matrimonio del primo indirecto sería un ejemplo clásico de bouclage en el seno de la afinidad o de redoblamiento de la alianza del tipo IV (25). Como señala Copet-Rougier (1991: 17ss), este tipo de alianza se asemejaría a los intercambios directos de los sistemas elementales clásicos de parentesco, con la particularidad que el intercambio seria diferido en una, dos, o tres generaciones. Si el matrimonio entre primos hermanos es rechazable por estar dentro del campo de la consanguinidad, el matrimonio con el primo del primo sería un matrimonio entre “casi” primos, un tipo de “astucia social” al crear un equivalente al matrimonio entre primos. Señala, además, que una de las particularidades de este tipo de matrimonios es la noción de partage en común: ambos cónyuges ya comparten una relación de alianza en común, el primo hermano central de la cadena, que se redobla en el acto de su matrimonio. Los calós no hacen distinción entre líneas masculinas o femeninas, es decir, el bouclage, el redoblamiento de alianzas anteriores puede producirse indistintamente a través de colaterales masculinos o femeninos (26). Por tanto, no existen grupos de filiación unilineal ni intercambio de mujeres que persiga un equilibrio entre líneas de parientes. La variabilidad de las diversas combinaciones de redoblamiento de alianzas es el indicador de la indiferencia de los lazos agnáticos y uterinos. Sin embargo, sobre una base cognaticia el hecho que aparezca un número significativo mayor de intermediarios masculinos en la cadena lineal y colateral que parte de la primera alianza hasta la replicada, puede indicar una cierta modulación masculina. En cinco casos (12, 13, 26, 27, 33) solo hay lazos agnáticos entre los colaterales, mientras que en un solo caso (25) los lazos son uterinos. Para Delille (2000: 252) el sistema de alianzas europeo histórico (Edad Media y periodo moderno) muestra cómo “sean cuales sean las situaciones, todo se construye siempre a partir de un módulo único que permite la duplicación de la alianza a través de los colaterales de la pareja inicial. La forma más simple y más breve de una tal duplicación es el intercambio de hermanas, la más larga y compleja, el intercambio entre líneas alternas masculinas (Manduria, Provenza, Alicante, Cáceres) o mixtas (Verviers). Su expresión característica reside en el intercambio de sobrinos”. Es decir, la estructura de la afinidad caló tiene su correspondencia en el modelo de alianzas europeo, con sus propias particularidades, ya que los calós constituyen una sociedad bilateral. Añade Delille (2000: 252) que aquello que define este modelo, y a los sistemas semi-complejos y complejos, son dos componentes: la libre elección, frente a las determinaciones de los sistemas elementales, y la evitación de las prohibiciones matrimoniales, en nuestro caso, la sanción moral. El efecto de este tipo de alianza es ligar a las parentelas (las consanguiniza), que no están unidas entre sí sino por una relación de contigüidad Se observa cómo las familias emplean ambos tipos de alianza, por consanguinidad o por afinidad, de forma que las familias se encuentran imbricadas mutuamente por múltiples lazos (a los que hay que añadir los de parentesco ritual), lo cual, explica por qué los calós se representan a sí mismos como un grupo local en el que todos somos familia. La alianza en el
campo de la afinidad se extiende
horizontalmente como muestran los siguientes esquemas:
En todo caso, el
pequeño tamaño
de la comunidad de Mataró condiciona la búsqueda de
cónyuges
en otras comunidades locales a riesgo de una endogamia de localidad
juzgada
como incestuosa. Por lo tanto, las alianzas se dirigen hacia otras
familias
con las que ya se estaba aliado, pero en otra comunidad local, o bien
se
abren al riesgo de nuevas alianzas con grupos con los que no se estaba
aliado que puede dar lugar a un nuevo ciclo de redoblamiento de
alianza.
Resulta así que los redoblamientos se producen relativamente
rápido,
coincidiendo con la profundidad de la memoria genealógica.
Aquello
que se instaura es una estructura de ciclo corto y mediano de alianzas.
La elección del cónyuge, sin embargo, no es prescriptiva
sino que depende de varios factores (económicos, sociales,
etc.).
La falta de redoblamientos de ciclo largo remite a la memoria
genealógica
de corta duración, y la centralidad de la familia nuclear y la
parentela
(de contornos fluidos). En consecuencia, refleja la inexistencia de una
estructuración profunda de las alianzas entre familias a lo
largo
del tiempo generacional. Las reciprocidades entre familias (no
líneas
masculinas) son relativamente rápidas pero, en todo caso, el
sistema
no es ni tan cerrado (pocas familias que intercambian mujeres) ni tan
abierto
(abertura generalizada a otras familias) sino un tipo intermedio de un continuum.
El síndrome de la hija Podemos afirmar que los matrimonios se producen, pero no sabemos bien por qué. Así, el nivel consciente puede ser menos importante que el nivel inconsciente. Pero creo que el matrimonio con la prima segunda, así como con el primo del primo, son equivalentes si los colocamos en un mismo plano: el de la seguridad, o en otras palabras, el deseo de colocar bien a la hija. En ambos tipos de matrimonio, el recelo latente se conjura con los lazos de parentesco ya existentes (primos hermanos y consanguíneo de afín o con-cuñado). Los calós afirman, con resignación, que el matrimonio es una lotería, es cuestión de bajín, de suerte: los fadrins y fadrines se enamoran de vista, se prometen y se casan. Como en el juego de cartas, el bingo o la lotería, al que son muy aficionados hombres y mujeres, en el matrimonio bé hi ha que provar (27), exponerse a la bajín, y cuando no es así, casarse en el entorno de la parentela parece ser una de las apuestas más seguras. El sistema funciona de tal forma que existe un bouclage de consanguíneos y un redoublement en el espacio de la afinidad, que se combina con las alianzas con otras parentelas. Para Bestard (1986: 169) más que de “endogamia mediterránea” cabría referirse a “la capacidad de combinar los matrimonios más cercanos con los más alejados lo que caracteriza la estrategia matrimonial de las familias mediterráneas”, como ocurre entre los calós. Circulan mujeres en varias direcciones, sin que se espere recibir mujeres a cambio por parte de los aliados, pero, simultáneamente, se reciben mujeres de otros aliados, de forma que las parentelas quedan ligadas entre sí. Una cierta preferencia por el campo de la afinidad tiene como resultado el convertir a toda la comunidad en un poco parientes entre sí (nos vemos como familia todos aquí). Por tanto, la comunidad se construye primordialmente sobre la base de la afinidad, en primer lugar, y cuando se mira a la propia parentela consanguínea, el sistema parece evitar la endogamia más cerrada, evitándola. El problema que se
plantea con esta diversidad
de estructuras, con la bilateralidad de fondo, es que es
prácticamente
imposible determinar los contornos de las alianzas ya que éstas
apuntan en diversas direcciones. Así, es la práctica
matrimonial
lo importante, el poder disponer de varias posibilidades de
elección
y jugar con ellas, y no una posible regla de filiación. Por
tanto,
el ideal era el de casarse, retomando la idea ya clásica de
Héritier
(1981: 152-167) y Zonabend (1981) ni demasiado cerca, en
términos
de parentesco, de sangre, ni demasiado lejos, en términos
sociológicos,
entre gitanos catalanes. Y como resultado, permiten mantener parentelas
relativamente cerradas, al reducir, aunque no de forma radical pero
sí
significativa, el número de ascendientes y por tanto de
parientes.
En una sociedad indiferenciada como la gitana, que no posee grupos de
descendencia,
la consolidación de stocks y el matrimonio entre familias, que
quedan
ligadas entre sí por varias ramas, genera una red de parientes y
afines cohesiva que se solapa con otras redes, y que constituye un
referente
importante para la organización social del grupo. 1. Ciudad a 25
km.
de Barcelona, de poco más de 100.000 habitantes, capital de la
comarca
del Maresme, y que destaca por una intensa actividad comercial
vinculada,
desde antiguo, al género textil. 2.
Los calós se representan como gitanos modernos,
adaptados
a los tiempos, cultos, bien situados social y económicamente. 3. Indio/a
es un término genérico despectivo, que al igual que peluts (peludos),
los gitanos catalanes aplican a los gitanos castellanos. 4.
Añade Bourdieu (1991: 36-37) que los intercambios matrimoniales
no son más que un producto de la lógica de los costes y
beneficios:
los costes que conlleva la transgresión de la norma oficial y
los
beneficios de respetabilidad que asegura el respeto a la regla. 5.
Es de obligada consulta Gay Blasco (1999: 87-110). 6.
Término propuesto por Ferry y Guignard (cit, Arioti,1995:
267). 8.
Lévi-Strauss (1984: 111-122) sugiere que la preferencia
matrimonial
con parientes en línea paterna en sociedades indiferenciadas se
debe a que los hombres, receptores de mujeres, estarían
interesados
en las alianzas endogámicas para conservar patrimonios, rangos o
títulos. Williams (1995:298) señala que si los Rom
Kalderas
se casan preferentemente en la parte patrilateral es porque dan mayor
importancia
al padre del esposo y el lado paterno, lo cual se relaciona más
con el peso simbólico de los hombres que no con el
interés. 9.
Según Pitt-Rivers (1979: 115) ésta ha sido una
tradición
de la Europa mediterránea. Por su parte, Bestard (1986: 141-142)
señala que la “endogamia mediterránea” se define por el
hecho
que “se retiene a las hijas o hermanas dentro del propio grupo de
parentesco
en vez de darlas a otros grupos, ya que el principio de la
acumulación
y la lógica del prestigio, derivado de la capacidad de proteger
a las mujeres de uno, prevalece sobre la lógica de la
reciprocidad
propia de las estructuras elementales de parentesco”. 10.
En este sentido, Copet-Rougier (1991: 3) señala que todo sistema
de parentesco reafirma una jerarquización de
consanguíneos
que orienta la elección matrimonial y que esta relación
está
sesgada por la preeminencia de lo masculino sobre lo femenino.
Héritier
(1981: 166) sugiere que en los sistemas complejos, sin principios de
unifiliación
o preferencia por un tipo de itinerario sexuado a lo largo de las
cadenas
intermediarias, pueden aparecer criterios propios de un sistema
implícito
de filiación y de clasificación jerárquica de los
diferentes tipos de consanguíneos en función de esta
elección
implícita de filiación. 11. Bonte (2000: 58)
explica
el matrimonio árabe en términos de honor común
remitiendo
a un cierto derecho de los hombres sobre las mujeres. Entre los calós
sería poco prudente afirmarlo por igual pero, en todo caso, la
autoridad
de los hombres puede influir, al igual que el poder oficioso de las
madres,
en las transacciones entre familias. 12.
Manna (1996: 48) observa una frecuencia en los matrimonios entre primos
paralelos patrilaterales entre los Rom abruzzesi del sur de
Italia.
Por ello infiere que este tipo de matrimonio dentro de la rats
(unidad
social más amplia que la familia nuclear y extensa, de
límites
poco claros e ideológicamente patrilineal) es tolerable porque
se
sitúa fuera de los límites del incesto, más
allá
de los primos hermanos y cumple con el ideal de casarse dentro del
grupo. 13. Piasere (1985:
126-127)
señala para el sistema de parentesco de los Roma
eslovenos
que: a) se trata de un sistema complejo, b) no existen líneas
patrimoniales
ni reglas de filiación unilineal, c) la residencia no se
estabiliza
hasta cierto tiempo, y d) la transmisión del nombre es algo
particular,
con lo cual, propone una hipótesis que da cuenta de la
existencia
de un sistema implícito de filiación, ya que las
líneas
tienen tendencia a comportarse como unidades de intercambio. 15.
Este es un rasgo típicamente europeo: una orientación
patrilineal
parece haber coexistido con una concepción de la parentela como
fundada en la consanguinidad (Pomata, 1994: 299). 16.
Ver también Jolas, Verdier, Zonabend (1970: 15). 17.
El análisis histórico de la evolución de las
alianzas
matrimoniales sobrepasa el objetivo de este capítulo, pero cabe
citar el hecho que, desde principios del siglo pasado, aparecen
dispensas
matrimoniales, y que hasta mediados del siglo XX, una proporción
significativa de las alianzas matrimoniales se realizan en el
ámbito
de la parentela cercana. 18. Moderno
es el término que utilizan frecuentemente para distinguirse como
grupo respecto al resto de los grupos gitanos. De hecho, los propios calós
señalan que el matrimonio con el primo hermano es más
propio
de los gitanos no catalanes, aquellos que ellos consideran más atrasados.
19.
La metáfora de lo caliente aparece en otros contextos
comunicativos,
cuando se dice que la sangre hierve, cuando alguien se altera,
o
que alguien no tiene sangre, iniciativa o fuerza. De este modo,
esta idea de la sangre como fuerza vital no es extraña a otras
comunidades
de gitanos, pues es Pasqualino (1998: 255-256) quien identifica la
sangre
con el “espíritu flamenco” entre los gitanos jerezanos, trazando
interesantes paralelismos con las entrañas del cuerpo, el semen,
los alimentos y el soplo del cantaor. 20.
De hecho, el matrimonio entre primos segundos es, en cierto modo,
ambiguo
(es el matrimonio con parientes consanguíneos más
cercanos
que se realiza), y de forma larvada, emerge una conciencia de ser un
matrimonio
más vergonzoso, en cierto modo egoísta, al no abrir la
familia
a otras alianzas. 21.
En el lenguaje empleado, las hijas se dan, lo cual, simboliza
el
sentido de la propiedad sobre las mismas. 22.
Es referido por primera vez por Jolas, Verdier, Zonabend en Minot
(Arioti
1995: 267). 23.
He acotado los niveles generacionales a cuatro generaciones ya que es
el
límite a partir del cual la memoria genealógica empieza a
fallar. 24.
Este matrimonio no ha sido contabilizado a efectos estadísticos
pero sirve como ejemplo. 25.
Ver Copet-Rougier (1991: 18-19). 26.
Un leve contraste apunta respecto a las sociedades cognáticas
tradicionales,
en las cuales, señala Héritier (1981: 149), se practica
el bouclage
en el seno de la consanguinidad cuando las prohibiciones cesan, y el
intercambio
de hermanas y el redoublement de las alianzas por
consanguíneos
del mismo sexo. Entre los calós, se registran más
figuras de matrimonio doble paralelo que el matrimonio doble cruzado
(intercambio
de hermanas) hasta principios del siglo XX; los redoublements,
pasados
y presentes, no se realizan según el criterio unisexual; y hasta
mediados del siglo XX, se realizaron matrimonios entre primos hermanos
sin respetar los grados prohibidos de la Iglesia. 27. Bien
hay que probar.
Arioti, Maria Bestard, Joan Bonte, Pierre Bourdieu, Pierre Copet-Rougier, Elisabeth Delille, Gérard Gay Blasco, Paloma Holy, Ladislav 1996 Anthropological perspectives on kinship. Chicago, Pluto Press. Jolas, Tina (Yvonne Verdier y
Françoise
Zonabend) Lévi-Strauss, Claude Manna, Francesca Pasqualino, Caterina Piasere, Leonardo Pitt-Rivers, Julian Pomata, Gianna Solinas, Pier Giorgio Vinel, Virginie Williams, Patrick Zonabend, Françoise Publicado: 2001-12 |
||||||||||||||||
|