Tema 5

Educación sexual: una necesidad social

5.7. Salud sexual

La salud social, vehiculada por la salud sexual, constituye el horizonte último que justifica cuanto venimos argumentando.

En el estudio de valores sexuales la salud sexual y la salud social se muestran claramente elegidas y relacionadas:

En 1974 se inicia un proceso de definición del término “Salud sexual” que culmina en el documento referido del año 2000:

“La salud sexual es la experiencia del proceso permanente de consecución de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad”.

Se precisa a continuación:

“La salud sexual se observa en las expresiones libres y responsables de las capacidades sexuales que propician un bienestar armonioso personal y social, enriqueciendo de esta manera la vida individual y social. No se trata simplemente de la ausencia de disfunción o enfermedad o de ambos. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se reconozcan y se garanticen”.

Después se matizan diversos términos relacionados con la sexualidad, como son: género, identidad de género, orientación sexual, identidad sexual, erotismo, vínculo afectivo, actividad sexual, prácticas sexuales, relaciones sexuales sin riesgo, comportamiento sexuales responsables.

Anteriormente se había hecho una justificación teórica, a partir de un devenir histórico.

En la breve discusión sobre el concepto de salud sexual, se propone de manera firme como una educación integral en valores:

“Existen puntos de vista que no conceptualizan la salud como un campo que debería interesarse en los comportamientos y los estilos de vida. Dichos enfoques cuestionan la validez de las definiciones relacionadas con un marco de referencia definido en función de los valores y proponen que la salud se defina en términos de indicadores cuantificables de condiciones claramente definidas. Un elemento fundamental en esta controversia es el debate sobre los valores y la salud. Algunos teóricos definen la salud sin tomar en cuenta los valores; otros defienden el concepto de salud definido en función de los valores. Un tercer grupo pone en tela de juicio la viabilidad misma de las proposiciones científicas desprovistas de valores. El grupo de expertos, consideró como más plausible, aquella posición que reconoce que la actividad científica, y por consiguiente, la atención y la promoción de la salud basadas en la ciencia no pueden llevarse a cabo desde una perspectiva totalmente desligada de los valores; por ende, las propuestas, definiciones y conceptos basados en valores resultan inevitables. Debería quedar claro, a partir de la definición anterior, que el presente documento plantea un significado integral de dicho concepto... El bienestar es un estado definido por valores”.

Pero es más. La definición de salud sexual ha de derivar del concepto de derechos sexuales y abarcarlo. Derechos sexuales que, como derechos humanos, “están por encima de los valores culturales”. Se reconoce que estos están en proceso de evolución y se insta a su promoción.

Siguiendo esta recomendación firme de la Organización Mundial de la Salud, los derechos sexuales –ya mencionados- han de tener un lugar privilegiado en el devenir nuestro trabajo, constituyéndose en quicio fundante del mismo, como camino hacia la salud integral a través de la educación sexual.

La persona es fuente y culmen de toda realidad ética y social. La salud sexual puede reconocerse tanto a nivel personal como social. El social lo abordamos más adelante. En el plano personal se recoge una lista de comportamientos propios de la vida de la persona adulta sexualmente sana, tomados del Consejo de Educación e Información sobre Sexualidad de los Estados Unidos (SIECUS). Una persona adulta sexualmente sana:

Entre las estrategias que se proponen para la promoción de la salud sexual destacan las estrategias educativas en proporción y calidad, hasta constituir el nervio central del documento, en la teoría y en la acción.

Una curiosidad: Sindrome de Morris (flash).


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