De la misma manera que la formación sexológica resulta indispensable en el currículo de un profesional de la educación, ésta no puede faltar en la educación transversal de toda la población, especialmente en las enseñanzas regladas. Es más, ésta segunda afirmación se constituye en un fundamento de la primera.
Entramos en una clase y encontramos un pene pintado en la pizarra. Podemos entenderlo como una provocación o interpretarlo como una petición. En ambos casos estamos educando sexualmente en un sentido concreto y diverso.
Seguro que estamos de acuerdo en que se brinda como una posibilidad formativa para quien la palabra sexual muestra la transparencia de la vida misma: cabe pedirles que dibujen su sexualidad, y la experiencia será inolvidable para todos los participantes en ese acto educativo.
Ya hace años que Álvarez Gayou (1998) proponía la educación sexual de la población mejicana como una necesidad impostergable.
En julio de 2003, los pediatras españoles reclamaban una educación sexual como necesidad social urgente en la sociedad española. La razón es clara: en España, cada día, una menor tiene un parto y otra un aborto.
Esto coincide con el documento de la Asociación Mundial para la Salud sexual que hemos referido anteriormente: muchos de los graves problemas de salud social que afectan a la humanidad encuentran en la educación su principal antídoto.
Si queremos que la población adquiera una educación sexual adecuada, un electo fundamental es la formación sexológica del profesorado en todos los niveles de su intervención.
Una tarea importante es la de describir el currículo sexológico de los educadores profesionales, atendiendo a su tarea laboral.
En principio, teniendo en cuenta el marco europeo de educación superior, podemos pensar en una asignatura troncal de Educación sexual, diversificada según los niveles, y un Master en Educación sexual para quienes quieran profundizar. También habría que tener en cuenta la formación de los profesionales que llegan a las enseñanzas medias sin una seria preparación pedagógica.
Un profesorado sensible y formado es fundamental para acometer la educación transversal que las enseñanzas básica y media requieren.
Para el foro: ¿Qué elementos deberían estar en la formación sexológica de un profesional de la educación?.
JIMÉNEZ RÍOS, F. J. (2004): La sexualidad. Una urgencia educativa. Madrid: San Pablo.
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