@misc{10481/84362, year = {2023}, url = {https://hdl.handle.net/10481/84362}, abstract = {El turismo es una de las industrias más importantes del mundo, contribuyendo significativamente al PIB global y al empleo. Según la organización mundial del turismo (OMT) este sector represento el 6 % del PIB mundial en 2022, tras la recuperación de la pandemia (OMT, 2023). Una de las razones del crecimiento del sector turístico en los últimos 20 años, ha sido el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), que han conseguido que cada vez más las barreras culturales, sociales y económicas entre países sean menores (Ahn y Jang, 2018). Estas tecnologías se han introducido en la vida diaria de las personas siendo utilizadas en todo momento y lugar (Wang, Xiang y Fesenmaier, 2016). Un ejemplo de ello es el Smartphone, que con su capacidad de conexión a Internet ha permitido a las personas estar conectadas a la red permanentemente, modificando desde las formas de consumo hasta las relaciones sociales (Dinhopl, Gretzel y Neuhofer, 2018). La introducción de estos dispositivos potenciados por sus diferentes aplicaciones (apps), ha supuesto que más del 90% de la población mundial tenga un Smartphone alcanzando un nivel de negocio de 522 mil millones de dólares en el año 2022 (Statista, 2023a). Derivado de lo anterior, la tecnología también ha transformado la forma en que los turistas planifican y experimentan sus viajes. La introducción de la tecnología digital ha permitido a los turistas reservar y personalizar sus experiencias de viaje de manera más efectiva. No obstante, el comportamiento de los turistas viene determinado por su cultura de origen (Huang y Crotts, 2019), dependiendo de la cultura, los gustos, actividades o la satisfacción con la experiencia turística es diferente entre los individuos procedentes de distintas culturas (Manrai y Manrai, 2011). Es importante que los profesionales del sector turístico tengan en cuenta estas diferencias, puesto que influyen en la manera que los turistas se relacionan con un destino turístico (Wang, Li y Tasci, 2018). Además, derivado de la cultura, el concepto de inteligencia cultural (CQ) es clave, puesto que es una cualidad que permite adaptarse a los individuos ante estas diferencias culturales (Thomas e Inkson, 2019). Por otra parte, la cultura es también un factor determinante de la aceptación y uso de la tecnología, influyendo en los comportamientos de uso de la tecnología (Kim, Lee y Sung, 2021). De hecho, en turismo, estudios previos señalan que la cultura de origen de los usuarios de tecnologías turísticas determina tanto la satisfacción con la tecnología como el compromiso con la misma (Gupta, Pansari y Kumar, 2018; Wang, So y Sparks, 2017)}, organization = {Tesis Univ. Granada.}, organization = {Ministerio de Ciencia e Innovación. Proyecto de investigación con referencia PID2019-110941RB-I00}, organization = {Vicerrectorado de Investigación y Transferencia. Plan propio de investigación y transferencia de la universidad de Granada 2018}, publisher = {Universidad de Granada}, title = {Efecto del uso de las aplicaciones móviles de viaje y la cultura en el comportamiento del turista}, author = {Coves-Martínez, Ángel Luis}, }