@misc{10481/81470, year = {2023}, url = {https://hdl.handle.net/10481/81470}, abstract = {El objetivo de la presente investigación fue analizar las representaciones sociales del mundo de una muestra de ciudadanos jaliscienses, y explorar la posible relación con sus prácticas de gestión del cambio. Como se refiere en el estado del arte, existen múltiples estudios que han explorado las variables que inciden en las preferencias de participación política de los ciudadanos. Éstos comúnmente se centran en explorar variables sociodemográficas, o en el mejor de los casos, la relación entre la cultura política de los ciudadanos y sus prácticas. Una minoría ha logrado construir perfiles a partir de sus actitudes ante variables como el grupo y el control (Trousset et al, 2015, p.50), estableciendo relaciones entre dichos perfiles y el tipo de prácticas preferidas. Sin embargo, no se encontraron estudios que exploraran de manera más amplia la relación entre las representaciones sociales del mundo de los ciudadanos y sus prácticas de participación ciudadana, particularmente estudios que permitieran hacer contrastes entre diferentes regiones geográficas y culturales de una entidad, incluido el caso de Jalisco, México, de especial interés para los investigadores. En todo caso, abundan estudios culturales que se centran en alguna población en particular, como pueden ser los de carácter étnico. Así las cosas, los autores de la presente investigación optaron por un diseño metodológico que les permitiera una exploración de las posibles relaciones entre las representaciones sociales del mundo y las prácticas de gestión del cambio preferidas. Para ello, fue particularmente útil la teoría de las representaciones sociales, originalmente formulada por Moscovici (Wagner y Hayes, 2011, p. 27), y entre cuyos posteriores desarrollos destacan los de Jodelet (2002), quien entre otras cosas define a las representaciones sociales como formas particulares de pensamiento práctico, y los de Abric (2001), quien además de identificar sus funciones (describir el mundo, explicarlo, dar identidad, evaluar, orientar las acciones, justificar el propio comportamiento), nos propone una visión de cómo están estructuradas las representaciones sociales y su dinámica interna (elementos del núcleo central y elementos periféricos). De cara a lo anterior, se hizo el diseño metodológico. La población estuvo conformada por ciudadanos jaliscienses de 18 años o más. En cuanto al tipo de muestra, ésta fue no probabilística, para cuya integración se consideraron cuatro variables. La primera fue la zona geográfico-cultural (que comprendió la región de Los Altos, la región Norte, la región Costa Sur y la región Centro), representadas respectivamente por las poblaciones de Lagos de Moreno (98,206 habs.), San Andrés Cohamiata (de la etnia wikárika , 1,317 habs.), Tomatlán (9.026 habs.), y la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG, 4,980,756 habs.), demografía proporcionada por el Instituto de Información Estadística y Geográfica del Gobierno de Jalisco (2018), y, para el caso de la ZMG, por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2010). También se tomó en cuenta el nivel socioeconómico (alto, medio y bajo), el nivel educativo (educación básica y media-superior o menos, y educación superior), y el grupo etáreo (en los siguientes rangos: 18 a 29 años, 30 a 59 años y 60 años o más). Cabe destacar que fue la primera de estas cuatro variables la que ocupó el lugar central en el análisis. Como parte de la investigación, se reunieron datos que permitieron construir el contexto etnográfico de las cuatro poblaciones, y que, asimismo, permitieron identificar algunas de las características de los procesos de globalización y de empoderamiento local en curso. A partir de las anteriores variables se definieron sujetos-tipo que representaban las diferentes combinatorias. Dado la amplitud de la muestra, se decidió limitarla a un sujeto por combinatoria, dando por resultado 60 entrevistas. Para la producción de datos se utilizó la entrevista semiestructurada, ya que facilitaba la exploración e identificación de categorías iniciales y variables clave en una muestra de las citadas características. El análisis de los resultados arrojados por las entrevistas permitió identificar ciertas variables propias de las representaciones del mundo de la población estudiada: 1) la escala de su visión (mundo-planeta, mundo-humanidad, mundo-comunidad, mundo-personal); 2) la integralidad de su representación (qué tanto manifiestan una visión multidimensional del mundo), 3) el grado de articulación de su representación (qué tanto logran asociar las diferentes dimensiones que refieren); 4) los contenidos más frecuentes de sus representaciones; 5) el tipo de problemas que consideran como centrales; 6) el grado de antropocentrismo proyectado; 7) sus hipótesis acerca de cómo funciona el mundo (cuáles son las reglas explícitas o tácitas que lo gobiernan); 8) el grado en que sus representaciones son potadoras de una perspectiva histórica; y, finalmente, 9) su actitud general ante el cambio. Por su parte, el análisis de las prácticas señaladas por los sujetos como las mejores vías para mejorar su mundo, claramente rebasaron el ámbito de lo que podríamos acotar como prácticas de participación ciudadana, y para su tipificación y análisis resulto necesario y útil identificar algunos de sus rasgos clave: 1) grado en que representan una acción colectiva; 2) grado en que implican a los participantes (tiempo, esfuerzo, dinero); 3) amplitud o alcance de la práctica (impacto potencial); y 4) grado de control que los actores tienen sobre el proceso. Asimismo, se consideró: 5) la frecuencia, y, 6), la diversidad de prácticas de gestión del cambio utilizadas (voto, participación en marchas, estrategias de superación personal, etc.). Finalmente se consideraron, además de las ventajas pragmáticas inherentes a cada tipo de práctica, ganancias secundarias de tipo socioafectivo que algunas de ellas pueden reportar al individuo, como el desarrollo de vínculos. Esta doble caracterización permitió analizar de qué manera una determinada práctica entraba en relaciones de consonancia o disonancia con determinadas representaciones sociales del mundo, interactuando con elementos centrales o periféricos de su estructura. También se consideraron cualidades propias del contexto social, que favorecían o desfavorecían cierto tipo de representaciones y de prácticas. En cuanto a las conclusiones, consideramos que existen elementos suficientes para afirmar que los elementos del núcleo central de las RSM y las PGC de nuestra muestra están significativamente correlacionados, lo cual, por otro lado, corrobora la influencia recíproca entre las RS y las prácticas culturales, previstas por la teoría (Jodelet, 2002, entre otros). Se identificaron asimismo elementos periféricos que permiten dar cuenta de las especificidades culturales de las diferentes zonas geográficas incluidas en el estudio, diferencias que se intensifican en el caso de la comunidad wixárika de San Andrés Cohamiata, cuyas prácticas democráticas parecen estar dotadas de mayor vitalidad. Estos elementos periféricos dotan de flexibilidad a las RSM de los habitantes de dichos municipios, tal como lo indica la teoría.}, organization = {Tesis Univ. Granada.}, publisher = {Universidad de Granada}, title = {La comprensión del mundo de los ciudadanos jaliscienses y la relación con sus patrones de gestión del cambio: una aproximación desde la teoría de las representaciones sociales}, author = {Zavala Alardín, Gonzalo}, }