@misc{10481/78818, year = {1985}, url = {https://hdl.handle.net/10481/78818}, abstract = {La infancia ha sido tradicionalmente una de las lreas menos contempladas por los historiadores. Pese a la existencia de algunos intentos aislados, puede decirse que fue a partir de la obra de Freud cuando esta época de la vida comenzó a ser objeto de estudio de la antropología, la sociología y la psicología. Ultimamente también ha merecido ser materia de interés para el historiador, hecho directamente ligado con la corriente historiogrifica que tuvo su punto de partida en las orientaciones iniciadas hace unos cincuenta allos por el denominado grupo de Annales. Uno de sus epígonos puede considerarse la «historia de las mentalidades», iniciada cuando el historiador cayó en la cuenta que bajo la serie de condicionamientos (económicos, técnicos, científicos, políticos, etc.) el conocimiento no trabaja con lo que en rigor son «ideas» críticamente establecidas, conscientemente aceptadas por aquél que las posee. Si el conocimiento esta en conexión con la sociedad y ésta es siempre herencia (al menos en buena parte), quiere decirse que el conocimiento recibe de la sociedad una herencia de elaboraciones mentales que aprende, que se incorporan y sobre las cuales se apoya para desenvolver su actividad crítica. Este repertorio, coherente desde el punto de vista histórico, sería para Maravall, uno de los mejores conocedores del tema, la mentalidad de un grupo en un momento dado: im4enes de la realidad, sentimientos lAsicos, valores vigentes, aspiraciones y creencias.}, publisher = {Universidad de Granada}, title = {Tendencias de la historiografía pediátrica española}, author = {Ballester, Rosa}, }