@misc{10481/74571, year = {2022}, url = {http://hdl.handle.net/10481/74571}, abstract = {Existe a día de hoy una realidad atroz a la que las personas más necesitadas y vulnerables se enfrentan cada día precisamente por el hecho de serlo. Una realidad que proviene de tiempos remotos y que parecían olvidados con el paso de los años pero que en pleno S.XXI se ha convertido en una forma criminal que convierte a los seres humanos en objetos de comercio y que los despoja de sus derechos humanos más básicos convirtiéndolos en “muertos civiles”. Y es que de eso se aprovechan los nuevos “amos”. Escondidos entre las rendijas del capitalismo económico y de una sociedad globalizada e industrializada que devora a su paso cualquier atisbo de humanidad, estas organizaciones aprovechan la vida de los seres humanos que han quedado olvidados en el avance social con el objetivo de convertirlos en mano de obra barata a base de explotar su fuerza de trabajo hasta reducirlos a desechos sociales. Y es la propia sociedad, en su búsqueda de poder, la que da la espalda a una cruel realidad que retorna con fuerza desde el pasado, pero por causas, características y con objetivos diferentes: la esclavitud. Las “Formas Contemporáneas de Esclavitud” engloban una serie de comportamientos delictivos que suponen un sometimiento radical y absoluto de la persona destruyendo un compendio de derechos humanos básicos tales como la dignidad, la integridad moral, la vida o la libertad hasta robarles su propia esencia de seres humanos. Tales comportamientos suponen la degradación más extrema de la persona hasta llegar a cosificarla y convertirla en una “res” con la que comerciar. Son las vidas baratas, las caras sin rostro, los muertos sociales. La catástrofe del fenómeno llega a límites insospechados debido a la falta de visibilidad de estas conductas delictivas, pero no por ello los datos son menos abrumadores. La organización Walk Free1 cifra en 40.3 millones las personas sometidas a alguna forma de esclavitud según el Índice Mundial de Esclavitud que elabora desde el año 2011 incorporando los datos de 167 países. Este revelador dato pertenece al último informe de 2018 elaborado junto con la Organización Mundial del Trabajo (OIT) y con la colaboración de la Organización Mundial de las Migraciones (OIM). Del total de personas esclavizadas, 25 millones aproximadamente son víctimas de trabajo forzoso y 15 millones son víctimas de matrimonios forzosos. Además, el 71% son mujeres y niñas y el 25% menores de edad.}, organization = {Tesis Univ. Granada.}, publisher = {Universidad de Granada}, keywords = {Derecho penal}, keywords = {Esclavitud contemporánea}, title = {El Derecho Penal ante las formas contemporáneas de esclavitud}, author = {Bedmar Carrillo, Eulogio José}, }