@misc{10481/69303, year = {2014}, url = {http://hdl.handle.net/10481/69303}, abstract = {En primer lugar nos gustaría señalar que, aunque a primera vista el tamaño de muestra pueda parecer pequeño, en realidad un n=16, tratándose de niños que presenten autismo, es un tamaño que podría considerarse adecuado y, por tanto, extrapolable a niños autistas de entre 6 y 9 años dada la escasa frecuencia de este síndrome en la población. En segundo lugar y, aunque se nos ha hablado en clase de las desventajas de un estudio cruzado, creemos que este estudio debía hacerse de este modo porque ya se habían observado ventajas en estudios anteriores de la realización de ejercicio físico en el desarrollo de la capacidad social de niños autistas y pensamos que no se consideraría ético, por tanto, privar a uno de estos niños de dicho tratamiento. Finalmente, nos parece interesante la idea de que los 16 chicos que comenzaron el tratamiento completaran las 21 semanas de ejercicios, más aún si consideramos la participación activa necesaria por parte de los padres de los participantes a lo largo de la duración del estudio (llevando y recogiendo a los niños, evaluando su comportamiento, etc.). Este hecho nos hace pensar que los padres de los participantes tenían la motivación de los efectos positivos que observaban en el comportamiento social de sus hijos a lo largo del estudio.}, publisher = {Archivos de Medicina Universitaria}, title = {Crítica al artículo: “Effects of water exercise swimming program on aquatic skills and social behaviors in children with autism spectrum disorders”}, author = {Piñer López, Ana and Orantes Pozo, Marina}, }