Estructuras tectónicas recientes en la transversal central de las cordilleras béticas Ruano Roca, Patricia Galindo Zaldívar, Jesús Universidad de Granada. Departamento de Geodinámica Geología Geodinámica Las estructuras tectónicas activas en las Cordilleras Bético-Rifeñas acomodan la convergencia oblicua, con orientación NO-SE, entre las placas Euroasiática y Africana. La transversal central de las Cordilleras Béticas permite entender las relaciones entre las estructuras que deforman las Zonas Internas y las Zonas Externas. A pesar del carácter convergente del límite de placas, la mayoría de fallas presentes en esta transversal son normales y muestran un contexto extensional. Sin embargo, la mayor parte de la región muestra un rápido levantamiento desde el Mioceno que seria más típico de una región en compresión. Los datos geofísicos permiten determinar los principales rasgos de la estructura profunda de la región. Mientras que en el mar de Alborán los datos de sísmica de refracción indican la presencia de una corteza continental delgada (15-Km), hacia las Cordilleras Béticas se produce un rápido engrosamiento de la corteza de hasta 36-37 km. Los estudios gravimétricos indican que el engrosamiento cortical es brusco y se produce en una posición próxima a la línea de costa. Los perfieles de sísmica de reflexión profunda en las cordilleras muestran reflectores horizontales en la corteza inferior que no están afectados por los grandes pliegues de la corteza superior. La continuidad de anomalías aeromagnéticas del Macizo Ibérico bajo las zonas externas de las Cordilleras Béticas hacia que dichos materiales constituyen el basamento de estas últimas. Todos estos datos sugieren que las rocas que forman las Cordilleras Béticas están despegadas sobre un zócalo que estaría constituido por el Macizo Ibérico. Este despegue constituirá la principal estructura activa de las Cordilleras Bética, con un movimiento relativo del bloque de techo hacia el NO. Las estructuras observadas en campo a lo largo de la transversal indican que a partir del Mioceno superior se han desarrollado, tanto pliegues como fallas que determinan el relieve actual en la transversal. Desde la línea de costa hacia el N, la Sierra Tejeda constituye una gran antiforma de dirección media E-O. Esta antiforma tardía deforma una superposición de varias unidades alpujárrides separadas por fallas normales de bajo ángulo de edad Mioceno inferior. Los buzamientos de los materiales alpujárrides presentan en la línea de costa generalmente buzamientos hacia el S, del mismo modo que ocurre en depósitos costeros plio-cuaternarios. El sistema de fallas normales con buzamientos hacia el SO, que son activas en otros sectores de la Cordillera, como en Sierra Nevada occidental, no controlan la morfología costera y en algunos puntos aparecen fosilizadas por materiales plio-cuaternarios. Por ello, la línea de costa podría estar determinada por el desarrollo del pliegue de gran radio. El flaco norte del Pliegue de Sierra Tejeda se prolonga bajo la Depresión de Granada. Esta depresión tiene una estructura de cuña que se abre hacia el N de determinada por una falla normal en su borde norte. Esta falla ha sido activa, al menos, desde el Tortoniense hasta la actualidad, ya que condiciona el depósito de materiales de estas edades, tal y como indican los datos geofísicos y geología de campo. Hacia el Norte, los plieges post-tortonienses determinan la geometría del relieve. Cabe destacar la Depresión de Alcalá la Real, en la que afloran materiales desde el Mioceno superior y cuya geometría esta determinada por pliegues de actividad progresiva de dirección NO-SE y NE-SO. En el frente de las cordilleras, que constituye el límite entre las Cordilleras y la Depresión del Guadalquivir, se observan fallas inversas con dirección E-O a ENE-OSO que afectan al menos a materiales tortoniense aunque no se ha observado la relación con materiales mas recientes. También, se han observado fallas E-O e salto en dirección sinixtras. El estudio de dos sectores en Marruecos, uno en el frente de las Cordilleras Rifeña y otro en la Meseta permiten comparar la distribución de las deformaciones en ambos frentes de la Cordilleras Bético-Rifeñas. Donde se observa un frente activo con pliegues, cabalagamientos y fallas ciegas que indican movimientos del bloqueo de techo hacia el S. Las determinaciones de paleoesfuerzos se han realizado a partir de microfallas, maclado de calcita y sobre todo del análisis de cantos estriados de conglomerados del Plioceno y el Cuaternario. En cada canto se ha considerado tanto las marcas de disolución con las estriaciones en su superficie. Las determinaciones de paleoesfuerzos indican que el estado de esfuerzos ha tenido un carácter muy variable en la región para el mismo periodo de tiempo. Sierra Tejeda y la parte S de la Depresión de Granada han sufrido una extensión radial desde el Mioceno superior, aunque direcciones de extensión NE-SO bien definidas han sido determinadas. Sin embargo, en el borde norte de la Depresión de Granada se han identificado compresiones subhorizontales con elipsoide prolatos perpendiculares de dirección NO-SE y NE-SO. Hacia el frente de las Cordilleras Béticas, los paleoesfuerzos permiten reconocer tres eventos, dos comprensivos con elipsoides de esfuerzo prolatos NO-SE y NE-SO y uno extensivo NO-SE. Las observaciones y datos anteriores muestran que las principales estructuras asociadas al acortamiento de las Cordilleras Béticas desde el Mioceno superior con los pliegues de tamaño kilométrico y de direcciones variables entre los que predominan los de E-O a NE-SO en las cordilleras Béticas y fallas inversas en las Cordilleras Rifeñas t despegues corticales en ambas cordilleras. Los pliegues se habrían desarrollado a techo de un gran despegue basal que separaría las rocas de la Cordilleras Béticas del basamento formado por las rocas del Macizo Ibérico. El desarrollo de estas estructuras seria el responsable del engrosamiento cortical y la elevación del a cordillera desde el Tortoniense. La elevación topográfica favorecería la prsencia de fallas normales en la parte superior de la corteza que no se prolongan en las zonas media y profunda de la corteza. No obstante, las fallas inversas se localizan preferentemente en el frente de las cordilleras. El hecho del que el salto de estas fallas sea relativamente pequeño indicaría que la mayor parte del acortamiento está acomodado en los grandes pliegues que se desarrollan en superficie. Los paleosfuerzos también confirman el predominio de la extensión en la zona más interna de las cordilleras y la comprensión en las zonas más externas de las mismas. No obstante el campo de esfuerzo ha debido de ser complejo puesto que se han detectado direcciones de comprensión perpendiculares en áres muy próximas. Todo esto indica que la deformación, desde el Mioceno superior, ha sido más o menos continúa aunque con diferentes características en cada región de las Cordilleras Béticas lo que impide la diferenciación de fases de deformación regionales que afecten por igual a todas las cordilleras 2013-10-28T12:03:48Z 2013-10-28T12:03:48Z 2003 info:eu-repo/semantics/doctoralThesis http://hdl.handle.net/10481/28807 spa http://creativecommons.org/licenses/by/3.0 Creative Commons Attribution 3.0 License Granada: [s.n.] ;