De la ontología de Heidegger a la metafísica de Levinas
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemAutor
Pérez Espigares, PabloEditorial
Universidad de Granada
Director
Sáez Rueda, LuisDepartamento
Universidad de Granada. Departamento de Filosofía IIMateria
Filosofía Metafísica Yo (Filosofía) Mente y cuerpo Conciencia Subjetividad Heidegger, Martin, 1889-1976 Levinas, Emmanuel, 1906-1995
Materia UDC
7202 1
Fecha
2016Fecha lectura
2016-01-15Referencia bibliográfica
Pérez Espigares, P. De la ontología de Heidegger a la metafísica de Levinas. Granada: Universidad de Granada, 2016. [http://hdl.handle.net/10481/42677]
Patrocinador
Tesis Univ. Granada. Programa Oficial de Doctorado en: La Herencia de la Modernidad en la Época de la GlobalizaciónResumen
En uno de sus últimos textos, Emmanuel Levinas (1906-1995) reconoce que el objetivo principal de su trayectoria filosófica no ha sido otro que el de buscar el sentido o la inteligibilidad de la trascendencia, y ha sido en la ética, entendida como relación entre el Mismo y lo Otro sin síntesis posible, donde él ha encontrado el cumplimiento o la “puesta en escena” de dicho sentido. Anárquicamente, más allá o más acá, del orden del logos y del ser, es en la relación ética entre el yo y el otro, donde acontece el sentido: la significancia de toda significación surge en la afectividad y la pasividad de un sujeto que recibe al otro sin poder integrarlo. La mejor manera de comprender cómo se articulan todos estos motivos (yo-otro-trascendencia) en su reflexión, es, a nuestro juicio, aclarando cómo su propuesta de una metafísica de la alteridad trascendente se despliega como una filosofía de la subjetividad.
De hecho, es como “una defensa de la subjetividad” como el autor anuncia su propuesta filosófica desde las páginas iniciales de Totalidad e infinito (1961), obra que merece, sin duda, el calificativo de “maestra” y donde se muestran con más nitidez que en ninguna otra la distancia y los desacuerdos con Martin Heidegger (1889-1976), el que fuera su profesor a finales de los años 20 en Friburgo. El intento allí emprendido por rearticular la noción de subjetividad en clave ética hace de dicho libro una perfecta réplica a Ser y Tiempo (1927), de ahí el papel central que otorgaremos esas dos obras a la hora de reproducir la controversia entre ambos autores, tomando precisamente ese hilo conductor, la cuestión del sujeto.