Del espacio para escultura a la escultura como espacio: El jardín
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Universidad de Granada
Director
Martínez Villa, AntonioDepartamento
Universidad de Granada. Departamento de EsculturaMateria
Escultura Jardines Arte Arquitectura del paisaje Cartografía Cultura
Materia UDC
712 730 620309
Fecha
2016Fecha lectura
2015-12-11Referencia bibliográfica
Romera Díaz, J.A. Del espacio para escultura a la escultura como espacio: El jardín. Granada: Universidad de Granada, 2016. [http://hdl.handle.net/10481/41720]
Patrocinador
Tesis Univ. Granada. Departamento de EsculturaResumen
Derribar estatuas es el primer paso en cualquier proceso revolucionario,
por eso debemos ser muy cautelosos a la hora de erigirlas.
El arte de la jardinería tuvo dos claras prioridades en los albores
de la Edad Contemporánea, generar espacios dotados de una
profunda carga de ejemplaridad moral y construir refugios melancólicos
a la medida de un alma encendida, símbolo inequívoco de la
virtud burguesa. La escultura en su dimensión estatuaria colaboró
en ambos empeños, de tal modo que escultura y jardín correrían una
suerte pareja. El cuestionamiento de los valores heredados del siglo
XIX durante la modernidad supuso una renuncia explícita al jardín, en
tanto que escenario privilegiado del orden a desmontar, a la vez que
evidenció la necesidad de reformular los códigos escultóricos en un
marco que excedía obligatoriamente los aspectos formales.
Pasó la modernidad y con ella su furor iconoclasta. Al hacer
balance de esos dos primeros tercios del pasado siglo descubrimos
que el hombre nuevo, prometido tanto por las vanguardias como por
los movimientos totalitarios, no ha llegado, que el mundo no es ni
mejor ni más bello de lo que era, y que, además, por haber renunciado
al jardín no disponemos de un espacio simbólico, por precario que
resulte, en el que mantenernos a cubierto.
La tesis que aquí defiendo es que en nuestros días la escultura
y el jardín coinciden en el objetivo común de generar lugar. El interés
que la cultura artística proyecta desde la posmodernidad sobre ellos
tiene que ver con el arrasamiento de las diferencias paisajísticas a
nivel planetario, así como con la idea de recuperar el tiempo perdido
para todos aquellos asuntos que no tuvieron cabida en la modernidad,
y, de manera especial, una cierta idea de subjetividad. Los objetivos de estudio abarcan las causas del rechazo a la idea de
jardín, la recuperación del mismo a la luz de las investigaciones escultóricas,
la evolución de la escultura hacia la escala paisajística y la
combinación de ambos conceptos en un territorio híbrido caracterizado
por el flujo permanente de cesiones recíprocas. Presento una cartografía sumaria de las experiencias artísticas en
las que ambos dominios confluyen organizados según las categorías
de la jardinería clásica, para concluir que la escultura convertida en
lugar tendrá un peso determinante en el arte futuro, puesto que invita
a vivir el espacio con toda su densidad de signos y resulta, por ello, un
arma eficacísima contra la homogeneización del mundo impuesta por
las multinacionales.
La metodología propuesta se basa en la idea del paseo como forma
de conocimiento bien asentada en la tradición occidental. Platón, Aristóteles,
Rousseau, Nietzsche o Benjamin son algunos de los muchos
filósofos que basaron una parte importante de su pensamiento en la
interacción entre la profundidad y la levedad aparente del mundo que
acontece durante el paseo. Decían Gilles Deleuze y Félix Guattari que escribir no tiene nada
que ver con significar, sino con deslindar, cartografiar, incluso futuros
parajes. Siguiendo a estos maestros del pensamiento contemporáneo
y teniendo en cuenta la complejidad y riqueza del objeto de estudio, se
opta por un modelo que oscila entre el trabajo del cartógrafo primitivo3,
que pretende facilitar el acceso a un territorio cuyos límites sólo puede
alcanzar de manera intuitiva, y el filósofo peripatético, consciente de
que sólo paseando podemos vislumbrar el conocimiento buscado. Por
otro lado, la tesis versa sobre el estudio de los espacios transfigurados
por el hálito del jardín y, por tanto, la idea del mapa le es consustancial.
Se propone, en definitiva, un vagabundeo por las artes centradas en el
análisis y construcción del lugar, en las que confluyen naturaleza y artificio, teniendo como escenario una idea cultural del paisaje.